La Gran fiesta parte 2.

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Iban y venían chicos, chicas en trajes de baño diminutos podría jurar que la mitad de ellos ni siquiera sabía que hacia aquí solo vino por la música, el alcohol y la drogas que apuesto que más de uno ya tenía en su sistema inmunológico solo esperaba que mis padres o la policía llegara pues fiesta descontrolada en casa del alcalde no sería un buen encabezado para la carrera de mi padre en este punto me siento bastante incómoda en mi propia casa, pero dios yo inicie todo esto no podría simplemente ir aparte mis amigos estaba por ahí en algún lugar.

-Heeey Amor mío Ven acá-Siento unas manos pasar por mis caderas haciendo que mi espalda chocara contra su sudoroso y bien tornado abdomen - Isaac –Susurre al sentir como besa mi cuello claro espero y sea mi maldito novio porque si no sería un mujer cascos ligeros volteo y estampa sus labios contra los míos sin ninguna preocupación siento como su lengua empuja mis labios sin más le doy paso profundizando el beso mientras pasa sus manos por mi trasero Hombres al fin.

-Isaac-me separo al sentir el oxigeno faltar en mi ser- llegaste me alegro- me alejo de su tacto no quería su sudor en mi.

-Como dejaría ami novia en este lugar sola con tanto patán- me sonríe con su perfecta dentadura blanca- jamás mi cielo ¿quieres algo de tomar?

-si por favor una cerveza sería muy buena- veo a mi alrededor y solo veo gente besándose y tocándose mierda es mi casa malditos enfermos-yo la voy a buscar tranquilo sirve busco a Cora y malia no tardo- entro entre la gente empujando y ganándome algunas palabras graves.

-Lydia te extrañe hace cuanto nos vemos- mi amiga malia con sus tragos en sima- te extrañe te extrañe-grita aturdiendo mis oídos.

-Malia te vi hace dos horas en la escuela ¿recuerdas? – esta mujer y el alcohol no se llevan nada bien.

-Oye ese amigo de tu hermano no está nada mal he- ríe tomando un trago de cerveza- lo quiero en mi cama- dios mío casi lo grita a los cuatro vientos.

-Malia Scott está detrás de ti tu novio deja decir tantas tonterías- ruedo los ojos al estar harta de su grado de puteria por que no es la primera vez dios.

-Y lo amo pero uno puede engañar con la mente así no duele tanto- debo conseguir amigas menos promiscuas en seguida.

Niego-Si tu lo dices pues yo no soy de esas cosas malia pero sigue tu vida está bien por mi-Sonrió y salgo en busca de mi maldita cerveza cuando unos tipos sin más que peleaban cerca de las escaleras me empujaron y caigo golpeando mi frente con el escalón de repente todo en mi ciento relajación y todo se iba haciendo borroso tocaba mi frente la sentía húmeda con un liquido emanando de ella GRACIAS MALDITOS BASTARDOS POR ESTA CICATRIZ QUE DEJARON EN MI intente levantarme más me fue imposible un tipo cayo arriba de mi y ahí mismo pensé Lydia Martin muere descalabrada y asfixiada en casa de nuestro alcalde dios que vergüenza , no podría ser peor mi muerte escucho unos gritos y unos grandes brazos que me levantan de golpe a casos será dios que viene por mí y me aleja de esta vida que anterior mente habría brindado, no soy católica ni nada de eso pero en este momento me siento salvada por alguna razón, protegida y segura.

-Vamos Lydia abre los ojos vamos nena-Sentía como ponían fomentos en mi frente pero no lograba entender su voz-Vamos princesa abre tus ojos necesito saber que estas bien- Santa madre teresa ¿Stiles? Estaba ¿ayudándome?

-Mi cabeza dios-Me quejo y abro lentamente mis ojos topándome con sus ojos color avellanas y sus pelo revuelto tan cerca de mi rostro de podría contar sus lunares nuestras respiración iban al mismo tiempo como si estuvieran bailando me sonríe jamás lo había visto sonreír no de esta forma al ver su cara llena de preocupación.

-tranquila princesa ya paso- me sonríe mientras limpiaba mi cara- me puedes decir ¿Qué hacías tirada en medio de esa pelea? ¿Y porque ese tipo casi te mata?

-Y...yo-mierda este hombre y su cercanía ami me ponía tensa- iba por una cerveza creo y me empujaron ya no recuerdo mas- trague saliva al ver pasar el trapo por mi busto sentía un ligero hormigueo en todo mi pecho nunca había estado tan cerca de el.

-¿Cerveza? Lydia tienes 17- niega esbozando una sonrisa de lado- theo no le gustara saber cómo fue que llegaste ahí- pasa el trapo por mi cuello apoyando sus fuertes brazos en la cama ami lado se acerca ami herida por raro que suene no me molestaba que estuviera tan cerca mio al contrario quisiera que estuviera ahí todo el tiempo.

-Si tu no le dices no tendrá porque saberlo-muerdo mi labio al ver sus bellos y rosados labios tan peligrosamente cerca de mi espacio, de mi zona, de mis labios.

-Y como planeas explicar que tendrás ¿puntadas en tu frente? – Saca un pequeño maletín donde deja ver muchas cosas de primeros auxilios.

-p...Puntadas? de que hablas claro que no – niego tratando de levantarme pero el mareo es fuerte.

-Si princesa te tengo que cocer por suerte soy bueno en ello y otro punto es que estoy estudiando medicina –sonríe qué carajo ¿medicina? ¿Qué diablos está pasando aquí? –Así que no te muevas si no dolerá será rápido solo piensa en algo lindo- ¿Lindo? Pues sus labios son lindos y santa maría no me había percatado de la falta de su camisa dios moriré.

-¿Estás seguro de esto verdad? No es ninguna de tus estúpidas bromas-lo veo de reojo.

-Lydia no es ninguna broma-me aseguro mientras sacaba una pequeña aguja e hilo sin antes desafectar mi herida- SANTA MIERDA STILES GRITE- esa boquita princesa tranquila-rio cual idiota termino de limpiar preparo el hilo penetrando mi herida se sentía como la misma mierda pero debo admitir que lo hizo despacio y con ¿amor? No lo sé pero hizo mi dolor menos fuerte y eso me tranquilizaba- Listo princesa espero fue pequeña pero profunda-

-gracias-susurro-pude haber muerto aplastada-veo como guarda sus cosas muy ordenado no conocía esta parte de Stiles.

-De nada no iba a dejar que murieras no de esa forma tan penosa-Termina de guardar sus cosas-me debes una grande Martin- Sonríe que jodida sonrisa tan linda en verdad.

-Salvaste mi vida claro que te debo algo-sonrió.

-Tranquila quizás tú en algún momento tengas que salvar la mía y como tu doctor de ordeno que te quedes aquí-

-y mi fiesta mis amigos están allá- proteste aun que sabía que todo sería inútil.

-Yo estoy aquí-

Suspire pesadamente viendo sus ojos que parecía que conocían todos mis pecados- lo sé- susurro con un hilo de voz- pero- interrumpe posando un dedo sobre mis labios acercándose a mí.

-Quédate conmigo-Entro a mi lado de mi cama sin dejar de verme quedamos frente a frente platicamos de cualquier cosa mientras la música retumba en todos lados pasamos horas hablando pues no podía dormir tras el golpe poco apoco fui cerrando los ojos hasta dejar de ver esos ojos avellanos que sabía que al despertar mañana todo sería igual y esta noche donde conocía aun Stiles diferente solo sería un recuerdo.

Besos enfermizos®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora