Caín

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La puerta de la casa de mi padre estaba abierta, entre y cerré la puerta detrás de mí, al llegar al corredor lo encontré roncando al pie de las escaleras, se veía acabado, la barba le había crecido y sus ojeras eran más que notorias, se veía flaco, muy flaco, lo cargue hasta su habitación, le quite los zapatos y lo tape con una manta de noche, más que decepción sentí mucha lástima por mi padre, ya no quedaba nada del reconocido abogado que era más bien ahora es solo un tipo más que cayó en el vicio del alcoholismo al perder a su mujer.

Recogí mi maleta de la entrada y entrando a mi habitación decidido a darme un baño, abrí la maleta para sacar algo de ropa, pero me encontre con el retrato de Elena y de mi en la boda de su padre que yo mismo guarde, tan radiante... tan feliz.

soy un maldito imbécil, por que seguramente no quedan rastros de lo que ella era y todo por mi cobardía.

Guarde el retrato en la mesita de noche y me mantuve en la ducha por al menos dos horas... cuando sentí que están hecho una uva pasa salí y me tendi en mi cama mirando el techo.

Ella estaba en mi mente y en mi corazón, me aleje por que no estaba listo para hacerla parte de mi infierno, no podía permitir que pasara su vida solucionando mis problemas, ella estará mejor sin mí.

TRAGICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora