Si Twice tuviera un crossover legendario

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—¡Y... Corten!— se escuchó un grito masculino, al parecer del director. Las chicas de Twice y la pequeña se encontraban en el set que era de una recámara destrozada por una camioneta de dulces. Habían estado bailando con peluches y saltando en la cama, pero la grabación había terminado.

La pequeña tarareaba, aún bailando, sin percatarse de los aplausos de todo el equipo y de Twice, pues finalmente habían concluido con la grabación del M/V de Candy Pop.

—¿Y-Ya, ya se van?— bajó de la cama, donde estaba saltando junto con Jeongyeon.

—Si, ¡quedó muy bien!— exclamó Tzuyu, felicitando a la pequeña.

—Oh, pero, yo había pensado que se quedarían un poco más.

Con tristeza y pena, le negaron a la niña de coletas que se quedarían, después de unas fotos y abrazos el grupo Twice se despidió.

La niña pensaba que debería de sentirse agradecida y feliz, pues pudo abrazar y bailar con las nueve mujeres más preciosas de Asia o del mundo, tal vez; en vez de sentirse abrumada de separarse. Esas horas de grabación valió la pena, y mucho.

—Hey, niña del Candy Pop, levántate, ya vamos a recoger el set—le habló un hombre corpulento, indicándole que se levantara de la cama.

La pequeña de coletas no dejaba de pensar en que quizás no volvería a estar tan cerca de Twice en su vida. Aunque, debemos de admitir que aquella niña estaba dramatizando un poco, pues hizo lo que muchos no han podido, tuvo la oportunidad de estar junto a ellas en su vídeo. En fin, le deprimía la idea de que no volvería a respirar el mismo aire que Twice.

—Llévame al edificio de JYP— le dijo a su mamá, quién como en las caricaturas, sólo se mostraba sus piernas, y no la cara.

—¿Para qué te digo que no, si al final terminarás llegando sola y me desobedecerás, habrá una aventura toda peligrosa y ni siquiera te llevarás suéter?

—Buen punto— asintió la niña de coletas, y salió de su casa. En su bicicleta se dirigió al edificio de JYP, pero al ver que ya estaba abandonado notó que era el viejo y ahora debía ir pedaleando hasta el nuevo edificio.

Estaba por el centro de la ciudad, había demasiada gente y a nadie le importaba que una niña sin supervisión estuviera en las calles, eso sonó un poco feo.

—Llévense la foto, la foto, la foto con el Marcianito, el Marcianito, bara bara bara bara— gritaba un chico muy peculiar, pues anunciaba que fotografiaba pero no tenía cámara alguna. La cámara la tenía en su cabeza. Estaba parado junto a un hombre ¿disfrazado?, en medio de la acera, ignorado por la mayoría.

—¿Es el 100% Real no fake?— preguntó obviamente una coreanita en coreano, como se supone debería estar esta lectura, pero la escritora no sabe coreano así que escribe en español, me salí del tema, disculpen. Una mujer preguntó acercándose al hombre de la cámara.

—Uhm...—rascó su nuca, negando repetidamente—No, no es él, es el alien de Signal pero la foto es muy barata y de calidad.

—¿Signal? Olvídelo— la mujer se fue, y continuó caminado. Nadie entendía porque la todavía poca valoración hacia Signal, realmente fue una muy buena canción diferente de Twice.

Ese par captó la atención de la pequeña, y rápido fue pedaleando hacia los dos.

—Llévate la foto con el Marcianito amiga.

El alien agitó su mano.

—No, yo no quiero una foto ¡quiero hablar con ustedes! ¿Trabajaron con Twice, cierto?

Si Twice...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora