2. Segundo día de clase

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Hoy quedé con Mayka para irnos juntas a clase, por lo cual nos veríamos en mitad del camino. Salí de mi casa en busca de Mayka, pero antes de llegar donde habíamos quedado vi al chico nuevo, Lorca y me quedé mirándole fijamente unos segundos y luego desvié la mirada para ir a por Mayka, no quería que mi madre ni él se dieran cuenta de que le estaba mirando.

Llegué donde estaba ella y nos fuimos al colegio juntas. Llegamos a clase antes que él y nos pusimos en nuestro sitio. A los dos minutos llegó él, se sentó y, acto seguido me puse a mirarle fijamente durante unos cinco minutos aproximadamente. Podía ver que tenía los libros de la asignatura que nos tocaba fuera y la mochila en el suelo, parecía que estaba escribiendo algo, dejó de escribir y me miró. Al darse cuenta de que le estaba mirando, se quedó mirándome fijamente. Así estuvimos hasta que sonó la sirena y llegó la profesora, entonces se volvió hacia su mesa y siguió escribiendo. Yo me giré también y atendí a la profesora.

-Hola alumnos/as hoy tendremos que elegir delegado/a y subdelegado/a, por lo que quienes estén interesados, levanten la mano por favor.

Miguel , Andrea, Lorca, Elena, Gisela, André y yo levantamos las manos, y la profesora apuntó nuestros nombres en la pizarra y nos pasó unos papeles pequeños para que pusiéramos dos nombres. Yo puse a Lorca y mi nombre, ya que se podía votar a uno mismo.

-Bien, hagamos el recuento de votos:

Nerea 6
Miguel 2
Andrea 3
André 3
Lorca 6
Elena 6
Gisela 4

Total de votos: 30
-Bien, tendremos que volver a votar ya que hay triple empate. Por lo que ahora solo podéis votar a: Nerea, Elena y Lorca.

Votamos de nuevo a dos personas, pero esta vez no nos podíamos votar a nosotros mismos, y quedó así:

Elena 8
Lorca 10
Nerea 12

Me quedé impresionada al ver que había sacado mayor número de votos que los/as demás compañeros/as. La profesora dijo que yo sería la delegada por tener más votos y Lorca el subdelegado por ser el siguiente con más votos, y también que al final de la clase nos mandaría una tarea a los delegados para que lo hiciésemos para las dos últimas horas, antes de irnos a casa.
Nos dijo que mañana haríamos una colonia toda la clase y que después del recreo tendríamos que ir nosotros dos solos a la biblioteca del colegio para buscar información sobre los ingredientes que deberíamos de llevar, y que allí habrían bastantes, así que nos dió una bolsa a cada uno para llevarlos a la clase. Tendríamos una hora para buscar la información y otra para coger los ingredientes, en esas dos horas, el resto de la clase harían otras actividades y después de terminar deberíamos entregárselo a ella.

Antes de salir al recreo, cogimos las bolsas que estaban en la mesa de la profesora y dijimos de vernos en la biblioteca después de que tocase la sirena para volver a clase.

Después del recreo, fui a la biblioteca y él ya estaba allí, esperándome en la puerta. Entramos y nos pusimos los dos con uno de los ordenadores que tenían allí para buscar los ingredientes. Yo los iba apuntando en una hoja mientras él me dictaba lo que debía poner, a todo esto, éramos los únicos que habíamos allí, ya que los/as demás compañeros/as estaban en sus respectivas clases y, de vez en cuando se pasaban por allí algunos profesores por si necesitábamos algo. Terminamos de copiar los ingredientes más rápido de lo que esperábamos, ya que Lorca me estaba dictando lo que debía de poner, ya que yo tengo mejor letra y me gusta decorarlo, y me queda mucho mejor que a él.

Fuimos al almacén, donde estaban los ingredientes; conforme cogía los botes que tenían etiquetas para saber lo que eran, se los pasaba a él para que los guardase en las bolsas. Había un bote en una tabla donde ninguno llegaba, así que soltó la bolsa en el suelo y me puso las manos para que pusiera mi pie y me impulsara para alcanzar el bote, pero antes de poder cogerlo perdí el equilibrio. Creía que me caería al suelo y cerré los ojos, ya que estaba medio cuerpo más por encima del suelo, pero no sentí ningún golpe, por lo que abrí los ojos y ahí estaba, en los brazos de Lorca. Estaba en una posición en la cual podía verle sus ojos marrones ocultos en sus gafas y esos labios que me habían hipnotizado por completo, estaba muy nerviosa, demasiado diría yo, ya que él también me estaba mirando fijamente a los ojos. Parecía que los dos nos quedamos hipnotizados y había una conexión especial, pareciera que pensábamos lo mismo, teníamos ganas de besarnos, o al menos eso sentí yo; pero al escuchar el escándalo, vino una profesora, lo cual hizo que nos separásemos inmediatamente y nos pusiéramos rojos.

Profesora: Hey chica, ¿estás bien, te has hecho daño?
Nerea: Si profe, estoy bien, gracias por preguntar. Mi compañero....
Lorca interrumpió para decir:
Lorca: Compañero y amigo.
La profesora soltó una pequeña risita.
Nerea: Bueno, eso, me salvó del golpe.
Profesora: Me alegro de que no te haya pasado nada. Podrías haberte hecho daño. ¿Qué estaban intentando coger?
Lorca: Ese bote de la tabla de arriba, y como ninguno llegamos y todas las sillas tienen ruedas pues la subí, pero se resbaló y por poco se cae al suelo.
Profesora: Está bien - bajó el bote - , pero la próxima vez llamen a algún profesor para evitar que se pudiese caer ella y hacerse daño.
Lorca, Nerea: Vale, gracias profe.
Profesora: ¿Necesitan algo más?
Nerea: No gracias, ya tenemos todos los ingredientes.
Profesora: De acuerdo, entonces vuelvan a clase, ya cierro yo.
Lorca, Nerea: Vale gracias, adiós
Profesora: Adiós.

Por el camino sonó el timbre, por lo cual nos fuimos a la clase juntos. Yo no le podía mirar mucho, ya que me ponía nerviosa por lo sucedido y no hablamos hasta llegar a la clase y explicarle el trabajo como lo habíamos hecho, sin contarle el pequeño detalle de que casi me caigo, claro.
La profesora, María José, nos dijo que pusiéramos los ingredientes en una mesa al final de la clase, y así hicimos. Y como ya nos tocaba clase, nos sentamos cada uno en nuestro respectivo sitio. Estuvo explicando cómo realizaríamos dicha tarea, por lo cual todos estábamos apuntando y cuando se paraba en un punto a explicar, no podía parar de pensar en los ojos y labios de Lorca. Dije para mí misma: ¿Qué me está pasando?, ¿por qué no puedo parar de pensar en él?, él dijo que era su amiga, ¿por qué empezó a latirme el corazón a cien por hora cuando lo dijo?, ¿a caso me sentía atraída por él? Aún estando en mis pensamientos miré hacia él y vi que ya me llevaba mirando un rato, por lo cual me quedé fijamente mirándole y, ¿me guiñó el ojo o me pareció?, antes de poderme contestar a mí misma, él seguía sonriendo y me guiñó el ojo. Esto me puso muy nerviosa, por lo que volteé mi cara otra vez a mi sitio y me quedé pensando en lo que acaba de pasar, sentía mis mejillas ardiendo. Al ratillo decido volver a mirarle, pero esta vez de reojo, a lo cual vi que no me quitaba el ojo de encima por lo que me puse a mirar hacia la libreta para comprobar lo que tenía apuntado con lo que tenía Mayka, así que le pedí que la pusiera en medio para copiar lo que me faltaba. Justo después de que lo copiara, tocó para irnos a casa. Se pasó la última hora volando. Por el camino me preguntó:
Mayka: ¿qué te pasa estos días que estás un poco despistada?
Nerea: Nada, simplemente estoy cansada ya que no duermo mucho por la noche -lo cual era verdad, ya que me quedaba pensando en él.-

Aquel día sólo dormí una hora, ya que me quedé pensando en sus ojos, su pelo, sus labios, todo se veía tan bien desde tan cerca. En verdad me gustó muchísimo que me sujetara en sus brazos para que no me cayese, se sentía tan bien, que hasta soñé que casi nos besábamos en los labios cuando me desperté.

Los siguientes días los pasé de igual forma, atendiendo a los profesores y mirándole disimuladamente de vez en cuando, ya que no quería que se diera cuenta, pero había veces que se daba cuenta y me miraba. Rara vez me guiñaba el ojo, no sé por qué empezaría aquel día a hacerlo. No sé por qué, pero cada día me sentía más atraída por él. A diferencia que a partir del tercer día se juntaba a veces con nosotras para que le enseñásemos bailes y bailarlos con nosotras en el patio, sin importarle que lo vieran. A partir de aquel día que dijo que éramos sus amigas (aunque a mí me lo dijo el primer día), ahora para mí, él es mi mejor amigo.

Amor o amistadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora