IV

1.3K 152 75
                                    

Todo iba bien. Tu tomabas tu típico té, Mugman jugaba conmigo a cazar mariposas. Todo estaba de maravilla, eramos una familia muy unida

Hasta que metiste tus narices, abuelo

¿Por que? Estábamos tranquilos. Te ayude a arreglar tu taza, limpie el té que estaba en el suelo, incluso hice todo lo posible para no dejar rastro de aquel pequeño accidente para que Mugman no se percatara

¿Y como me lo agradeces? Queriéndome echar con algún conjuro mágico o lo que sea que te traigan. ¿Crees que no lo se? Te seguí, abuelo. Te seguí hasta la tienda de aquel puerco, pediste algo para alejar a los "malos espíritus". ¿Soy maligno, abuelo? Incluso me encargue de los abusadores de Mugman y si me lo pides, me encargo también de ese cerdo idiota que te falto el respeto

Soy mas que un simple amigo imaginario. ¿No lo comprendes aun? 

Abuelo, te quiero. Eres parte de mi familia desde que nació Mugman

Pero no permitiré que lo alejes de mi. Incluso si tengo que mantenerte fuera de esto. Lo siento abuelo, pero si quiero ser feliz con Mugman...

Tendré que matarte...

&

Despertó de un salto de aquella cómoda cama en donde descansaba su aletargado cuerpo. El cuarto donde estaba no era suyo, todo estaba en blanco. Su espalda dolía como nunca y un molesto pitido sonaba en su cabeza. Tardo segundos para recordar lo que había pasado

Espantando, se levanto rápidamente de aquel lecho igual de blanco como el cuarto. Sus piernas le fallaron, cayendo al suelo, mas sin embargo no le hizo caso a su caída ni al dolor de sus piernas o el ardor en su espalda, simplemente se paro como pudo y fue hacia la puerta, abriéndola con su peso al caer de nuevo al azulejo blanco del piso

Y, enfrente de él, estaba un Mugman acostado y durmiendo en unas sillas de plástico. Seguramente el lugar era demasiado incomodo y su nieto estaba durmiendo ahí, esperándolo paciente a que despertara

-¡Mugman! -Lo llamo, feliz y aliviado de verlo bien y que aquel ser no le hubiera hecho algo. Se arrastro hasta llegar hacia él, que apenas despertaba-

-¿A-abuelo? -Pregunto el niño, soñoliento, mirando al mayor enfrente suyo. Después de unos segundos pudo despabilar y miro a su abuelo con incredulidad- Abuelo...

-Mugman... -Y prosiguió a abrazarlo, siendo correspondido al instante-

-¡Abuelo, te extrañe tanto! -Grito el niño, llorando y aferrándose a su viejo, queriendo nunca soltarlo-

-Lo siento, hijo. No quería espantarte

Estuvieron así un rato. Elder Kettle consolaba a su pequeño con palmadas en la espalda y dulces palabras, agradeciendo al cielo de que aun estuviera con su niño

Mugman aun lo necesitaba, y mas aun con aquella cosa acechándolos

El niño de azul se separo un poco de su abuelo, limpiándose con sus antebrazos las lagrimitas de cocodrilo que salían sin parar de sus ojos. Miro al mayor con una leve sonrisa

-M-me alegra que... *snif* ya estés bien, abuelo -Dijo, con su nariz tapada de tanto llorar, haciéndole difícil respirar-

-A mi me alegra que tu estés bien -Le sonrió a su niño, limpiando también su carita- 

-Yo... Yo*Snif* T-te encontré en el suelo y me espante mucho... Y-y pensé... *Snif* Pensé... -Mugman no pudo completar su frase al ya encontrarse de nuevo llorando, recordando aquella fea escena de su abuelo tirado en el piso y sin escucharle respirar. Grito con todas sus fuerzas, pidiendo ayuda mientras trataba de despertar a su abuelo y, afortunadamente, unos adultos fueron a socorrerlo. Mugman no quería volver a revivir una horrible escena como esa, no lo soportaría. Era aun un niño, no podía cuidarse el solo. No podría vivir si su abuelo-

-Ya ya, hijo. Estoy bien -Y volvió otra vez a consolar a su niño en un abrazo lleno de amor hasta que se volviera a calmar-

Después de un rato un doctor vino a verlo, encontrándose con la tierna escena del señor con su nieto. Prosiguió a hacerle unos análisis, con el niño acompañándolos a petición de este, diciendo que no volvería a dejar solo a su abuelo nunca mas

El doctor le explico que tenia la porcelana de su espalda quebrada y que tuviera mucho cuidado en esa zona, siendo que estaba muy débil y fácilmente podría ser quebrada. También le explico, a escondidas del niño, que pudo haber muerto de asfixia unos segundos mas sino fuera por el pequeño que pidió ayuda rápidamente. No le dio medicamentos, tan solo un ungüento para su espalda y absoluto reposo. Para cuando estaba cayendo la noche lo habían dado de alta

-Mugman, hijo -Le llamo a su pequeño una vez salieron del hospital- Nos mudaremos de casa

-¿Que? ¿Por que? 

-Es necesario, pequeño. Vivimos en una zona alejada de la civilización, así que nos iremos a la segunda isla de Inkwell

-¿Que pasara con Cuppy?

Cuppy. Con solo oír ese apelativo le causaba una horrible sensación y escalofríos en todo su cuerpo

-Él estará bien. No creo que le agrade cambiar de residencia

-¿Y si mejor le digo que venga con nosotros?

-No, Mugman 

El pequeño se había cohibido al oír aquella voz ronca y ese rostro serio en su abuelo. Nunca le había mostrado esa faceta suya

Le daba miedo. Su abuelo le daba miedo así

-Lo siento, hijo. Pero es un secreto que se quedara guardado entre nosotros, ¿esta bien?

El niño asintió con la cabeza, bajando su mirada. No se atrevía a mirar a la cara al viejo, no quería volver a ver esa expresión en su abuelo

-Bien. Mientras, nos quedaremos con un amigo mio. Vamos -Dijo, emprendiendo marcha hacia el supuesto amigo de su abuelo-

Lo que ambos no notaron, era la silueta escondida entre la fría oscuridad que comenzaba a caer gracias a la noche. Desvaneciéndose al instante, junto con el viento

Te daré una ultima oportunidad abuelo...

Tómalo o déjalo

ImaginarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora