Capítulo 1

3.8K 319 290
                                    


La belleza de unos ojos dorados como el Sol. La elegancia de las alas extendidas con las que podía surcar libremente todo el cielo. Las poderosas patas que sujetaba todo su imponente cuerpo. Y aquellas escamas que se veían de distintos colores según como diera la luz.

Dragón.


—¡Buenos días, Sehun!

—Ungh, buenos días, Chanyeol.

Chanyeol sonrió amplio mientras agitaba el cuerpo de su mejor amigo. Sehun tenía 13 años, dos menos que él. Hoy iba a ser su primer día de caza y él estaba muy emocionado por ello. Sehun no parecía estarlo tanto.

—Levántate de una vez, gandul.

—Chanyeol. —Sehun gruñó quitándose todas aquellas pieles de encima que formaban sus sábanas para protegerse del frío— Ni siquiera es de día todavía.

—¡Por eso! —pataleó en el suelo. Estaba claro que su mejor amigo no entendía ese importante momento— A esta hora es cuando más ciervos despistados hay. Ni nos verán.

—Ni nosotros a ellos.

—Un buen cazador puede ver en la oscuridad. —Chanyeol se cruzó de brazos, asintiendo con la cabeza a sus propias palabras.

—No vuelvas a dejar que los viejos de la aldea te sigan contando cuentos, ¿quieres? —Sehun se revolvió su sedoso y algo largo pelo rubio antes de levantarse de la cama y caminar hasta Chanyeol que le entregaba toda su ropa con una sonrisa— Que sepas que lo hago por ti.

—¡Gracias! —Chanyeol besó sus labios con rapidez y se separó igual de rápido. Para ellos dos esto era algo normal— Voy a ensillar a los caballos, te espero en los establos.

Chanyeol salió corriendo de la cabaña que compartía con Sehun. Se ajustó en la espalda el arco de madera tallado a mano y el carcaj de cuero donde llevaba las flechas. Llegó a los establos con la ayuda de la luz de la Luna y los caballos relincharon al oírle.

—Siento despertaros, chicos. —sonrió amplio el joven— Solo vengo a por Bucéfalo y Taranis.

Bucéfalo era un semental negro que pertenecía a Chanyeol y que había cuidado y entrenado desde que era un potro recién nacido. Taranis era un semental de capa tordo ratón con manchas nevadas por todo su lomo que pertenecía a Sehun. Los dos caballos eran inseparables, al igual que sus dueños.

Chanyeol entró en la cuadra de Bucéfalo y acarició su hocico antes de sacarlo para poder colocarle su montura. Sehun apareció en ese momento aun medio dormido.

—¿Y tu arco?

—¿Um? —Sehun se tocó la espalda pero allí no había nada— Mierda, estoy tan dormido que se me ha olvidado.

—Eres un despistado dormilón. —Chanyeol soltó una risita— Ve a por él, yo me encargo de Taranis.

Una vez los caballos estaban ensillados y preparados para salir, Chanyeol esperó pacientemente a Sehun. Por un momento pensó que el menor se había vuelto a quedar dormido pero Sehun apareció cuando ya iba a ir a regañarlo.

—¿Por qué has tardado tanto?

—Me hacía pis. —se encogió de hombros— Y no encontraba mi arco.

—Idiota. —Chanyeol agarró las riendas de su caballo y de un impulso se subió a él— Ya casi va a amanecer. Hemos perdido mucho tiempo. —bufó, intentando parecer enfadado. Aunque Sehun sabía que Chanyeol no lo estaba.

—Voy, voy. —rodó los ojos subiendo a Taranis y colocándose bien las riendas entre los dedos.

Empezaron a avanzar tranquilamente hasta el bosque. Era su primer día de caza y, al ser huérfanos en la tribu, no tenían ningún referente paternal que los guiara en aquel momento tan importante para ellos. Chanyeol se llevaba bien con los mayores de la tribu, le contaban historias muy interesantes y de fantasía, pero Sehun era demasiado tímido y con el único con quien se hablaba era con él. Tampoco ayudaba que Sehun fuera un chico rubio de ojos azules, algo que se veía raro en la tribu donde todos eran morenos.

Dragons { CHANCHEN }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora