Sentidos opuestos ❀ SooKai

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ㅡ Quizá es un poco temprano... para dormir.

La sonrisa de KyungSoo extendiéndose y formando un precioso corazón con sus labios hizo que JongIn sonriera en automático a su vez, inflando su pecho de alegría por estar en ese lugar, en ese momento y nada más.

JongIn asintió cuando los labios de KyungSoo dejaron rastros de caricias sobre su mentón, bajando perezosamente sobre la piel tostada hasta la base de su cuello, desabotonando con habilidad los primeros botones de la camisa que había elegido para esa noche.

KyungSoo lamió una pequeña porción de piel sobre sus clavículas y después dejó que su aliento se estampara contra ella, haciendo que JongIn se estremeciera por el mero acto.

Era impresionante la cantidad de sensaciones que lo embargaban al mismo tiempo, la facilidad con que KyungSoo lo hacía relajarse, cerrar los ojos y dejar que hiciera con él lo que quisiera.

A ese punto, recordaba vagamente cómo se habían estacionado fuera de los departamentos y después habían subido de la mano, besándose en el elevador de forma tranquila, con los ojos siempre puestos sobre los del otro, brillando, dejando un rastro de algo que JongIn no podía describir con palabras, pero que le sonaba a perfección.

La perfección del chasquido de los besos tronados de KyungSoo sobre su piel en ese momento, le recordó la forma en que abrieron la puerta y entraron de la mano, KyungSoo ofreciéndole algo para beber o comer y él negándose con las mejillas arreboladas porque lo único que necesitaba era al propio KyungSoo.

Se aferró a él por los brazos como hizo hacía poco rato, en la estancia del departamento y KyungSoo le había sonreído de esa manera tan confiada que le gustaba tanto. Le gustaba que lo desarmara por completo, que con una mirada le dijera que quería hacer con él de todo un poco y él se sentía plenamente dispuesto a ello.

Era así como habían terminado en la habitación, tumbados sobre la cama observándose a los ojos con la promesa de ir a dormir, pero con las manos tan ansiosas que no dejaban de tocar el cuerpo del contrario.

JongIn tragó saliva cuando la lengua de su amante se deslizó por su pecho y se regodeó entre sus brazos con la sensación de su espina dorsal creciendo deliberadamente cada que el placer aumentaba gracias a la bendita boca de KyungSoo, que se acomodaba a su lado para adaptarse y seguir bajando por la piel dorada de su estómago, besando, dejando caminillos invisibles y caricias plenas que lo hacían querer estallar.

JongIn jadeó sin poder contenerse y KyungSoo lo observó desde su ombligo, levantando la mirada oscura mientras JongIn arqueaba la espalda ligeramente y echaba la cabeza hacia atrás sobre la almohada.

Para KyungSoo, los movimientos de JongIn, su respiración pesada y la manera en que estaba acostado en su cama eran simplemente arte, una pintura hecha con deseo y anhelo, una escultura creada por los mismos dioses para él, postrado ante su cuerpo para que ambos obtuvieran el mejor de los placeres.

ㅡ JongIn...

JongIn se maravilló al escuchar la gutural voz de KyungSoo al llamarlo por su nombre, así que se dedicó a bajar la mirada para verlo, obteniendo una sensación placentera cuando KyungSoo sonrió contra su vientre bajo y le acaricó los costados de las delgadas caderas, amenazando con desnudarlo por completo.

ㅡ No quiero que desaparezcas mañana... o que te arrepientas.

ㅡ No voy a desaparecer ㅡ JongIn dibujó una tímida sonrisa en sus labios y suspiró, dejando caer nuevamente la cabeza sobre la almohada.