Únicamente tuyo

4. De como Naruto se aterra en la oscuridad.

Le ardieron los ojos cuando el parpadeo no llegó, estaba jugando a aguantar lo más que podía el no cerrarlos, su vista desenfocaba todo, como si tuviera miopía. El techo estaba sucio, encontró telarañas en una esquina y había restos de comida que deseó que Sasuke no los viera o lo pondría a limpiar eso también.

¿Cómo habían llegado hasta el techo? Todo un misterio.

Su reloj despertador, arreglado como cien veces por cada golpe y aventón que le daba, sonaba cada segundo, recordándole que no estaba durmiendo. Las manos estaban estiradas a lo ancho y sus pies descalzos libres de toda sábana que les cubriera. La luna lo iluminó pero luego se movió un poco, ahora todo era más oscuro. Se estuvo entreteniendo con una escena mental gracias a los maullidos de unos gatos fuera de su casa, imaginó una historia con los sonidos pero luego de unos minutos, ya hubo silencio y él seguía despierto.

¿Sasuke estaría durmiendo? Naruto presiente que solo es bueno para no hacer ruido alguno. Desde que se acostó tiene la tentación de salir de su cuarto y asomarse a verle, se supone que debe estar en el suelo, cerca de la mesa comedor. ¿Tendría algún mal sueño? ¿Estaría bien? ¿Necesitaría compañía?

¡¿Y si no?! ¡¿Y si va y lo despierta y lo hace quedarse despierto como él y lo hace recordar cosas y se siente mal y llora...?!

¿Sasuke llora?

Bueno, recuerda que lloró... sacar una lágrima es considerado llorar ¿no?

Quizá Sasuke es como un continuo lamento pero sin lágrimas y por eso la gente no lo nota. Quizá siempre está llorando.

-Ya duérmete. –se dice a sí mismo, desesperado mientras piensa que ambos pueden caber en la misma cama. Se hace a un lado notando que perfectamente cabría ahí Sasuke, de todos modos nunca se mueve, parece cadáver. Y Naruto ya casi no se agita, no cuando sabe que alguien más está cerca... considerando que solo con Yuki ha dormido... pero algo es algo...

Se sienta y se acomoda los huesos del cuello, su cabello está más desordenado de lo normal. Mira hacia la puerta, en la rendija no hay una línea de luz, está incluso más oscuro que ahí, piensa. Sasuke está a oscuras, debería ir a encenderle una luz o algo.

La primera noche, Sasuke terminó de quitar todo lo que estorbara en esa habitación, cambió las sábanas y se metió a bañar. No había shampoo, supuso que se bañó con el mismo jabón de barra, si es así, ha de ser alienígena porque su cabello siguió sedoso y perfecto. Naruto aun lloraba un poco por su rata-mascota cuando lo vio tomar ropa de su armario y sin preguntar, se fue a recostar. No cenó ni comentó nada, como si estuviera agotado, como si en el calabozo no hubiera dormido nada en días.

Durmió y durmió, Naruto no se animó a moverle para cenar ni para recostarse también, por eso se fue a la sala. Sin saberlo, había establecido una rutina y turnos. Eso no es lo que quería...

Bajó los pies al suelo y se incorporó, acercándose a la puerta.

Lo que él quería era dormir con Sasuke. Despertar con Sasuke. Comer con Sasuke. Reír con Sasuke, entrenar con Sasuke, bañarse con Sasuke...

Su frente tocó dos veces la puerta cuando notó que sus músculos temblaban solo de pensar que lo vería posiblemente despierto ahora. ¿Qué le iba a decir?

-Ahh... ven a la cama... -murmuró ensayando. –No. Me dirá idiota y me lastimará el cora... -se giró y se fue a acostar de nuevo resuelto a esperar que amaneciera para verle otra vez. -¡No! –antes de que su cabeza tocara la almohada, se incorporó y miró la puerta de nuevo. –Vamos, solo tráelo acá... solo... dile... "Sasuke, ven a dormir conmigo". Sí, eso... -se levantó de nuevo y dio pasos lentos imaginando sus pies hechos de plomo. –Te lo mereces y... él sabe ¿no? Quizá no se anima, no se atreve a dar ese paso... -enrojeció imaginando a Sasuke abrazarle para arrullarse, apretándolo y restregando su rostro contra su pecho como si se tratara de un gatito mimado. -¡Sí! ¡Quiero eso! ¡Aquí voy! –estiró su mano al picaporte. -¡Sasuke! –la puerta se abrió y algo le dio directo en la cara. -¡Argh!