3. De como la adrenalina poco a poco desciende.

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-¿Este es tu "yo me encargo"?

-¡Perdón pues! ¡Es lo único que se me ocurrió! –mintió mientras apuntaba en sus notas mentales agradecerle a Gaara aquello.

-¡¿Qué huele tan mal?! –pasó por toda la mini sala-cocina-recibidor. Todo tan reducido en esa casucha.

-No sé... -olía botes y ropa, platos y cacerolas. Sasuke fue a la habitación, encontró una rata comiendo el empaque vacío de un bote de ramen. –Ya lo encontré. –dijo al ver el excremento de rata en el suelo. -¿Hace cuánto que no limpias?

-Desde que me fui. Hace... como... ya un mes. Si, un mes.

-Parecen años. –criticó al ver el estado de todo el lugar. Y él que pensaba que la calle era lo que le daría asco pisar descalzo. –Mata eso.

-¿Qué cosa?

-Eso que mastica un bote. –apunta con seriedad.

-No es un eso, ttebayo, es un ella. Se llama Yuki. ¿Verdad Yuki, quien es una linda rata? Tú, tú lo eres. –le dijo acercando otro envase vacío a su boca cual alimento.

-... no inventes.

-Es mi mascota, ttebayo.

-¡Que cerdo! –estaba sintiendo escalofríos ya.

-No, no... rata, rata.

-¡Tu eres el cerdo! –lo vio indignarse. –Naruto, quita esa rata ahora, no pienso dormir en este lugar hasta que todo esté limpio ¿me escuchaste?

-Cuando la conozcas, te va a agradar. –la tomó entre sus manos y la acercó hasta el rostro del Uchiha. –Dile hola, Yuki. Dile, hola Sasuke... vamos a ser buenos compañeros de habitación ¿verdad?

-Aléjala de mí. –dio un paso atrás y Naruto otro adelante notando el asco. –Naruto... -ninguno escuchó el llamado de la puerta de entrada.

-Tócala. –le divirtió.

-Naruto. –otros dos pasos.

-Vamos, te quiere conocer.

-¡Naruto!

-¡Abre la puerta! –escucharon ambos y el rubio soltó a Yuki que pasó sobre los pies de Sasuke haciéndolo sacar un jadeo del asco. Luego se recompuso y cruzado de brazos se acercó al rubio que ya abría la puerta. Entró Sakura empujándolo un poco. -¡¿Ya estás feliz?! ¡Mira lo que has causado! ¡¿Cómo te atreviste a hacerle esto a Naruto?! –arremetió contra él, empujándolo con el dedo apenas logrando un movimiento en el otro. –Eres un sinvergüenza ¿me escuchaste?

-Sakura. –no fue un ruego, fue una advertencia para que dejara de tocarlo, ella lo miró entonces con sorpresa. –Ya basta.

-¿Qué te hizo? –le dijo con ojos llorosos. Naruto cerró la puerta y la tomó de las mejillas, la abrazó con fuerza luego, a pesar de la mirada molesta de Sasuke, la abrazó hasta que el Uchiha mejor se recargó en una pared. –Naruto... te perdimos...te...

-Me tienes aquí... -no podía ser duro con ella.

-No, tú no eras así, tú eras...

-Sakura. –le tomó la mano y la pegó a su pecho. –No... no debí callarlo. –ella sintió su corazón. –Lo siento. Debiste saberlo desde que me di cuenta ¿no? Es que... la promesa dejó de ser importante, ¿entiendes? Lo quiero conmigo. –Sasuke abrió los ojos con sorpresa, qué demonios estaba pasando ahí, por qué decía esa clase de cosas tan vergonzosas como si estuviera platicando de ramen.

Únicamente tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora