Ella observa al chico que toca el violín.
Ella observa las luces de la madrugada en su cara, y se pregunta qué hace en la calle tan temprano.
Ella observa los sentimientos que refleja su cara, aquellos que ella conoce demasiado bien.
Ella cierra los ojos.
Coge su rotulador y escribe en la pared:
"El mundo intenta matar a lo que no quiere ver. Pero el mundo es ciego de madrugada".