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El sol brillaba en la mañana del miércoles, los rayos de sol iluminando y calentando todo lo que tocaba. Por ejemplo, la cara de Jinhwan, que en ese momento estaba acostado en su cama boca arriba, dormido pero con una ligera sonrisa en el rostro.

El calor provocó que el castaño fuera despertando poco a poco y se estiró como un gato en su cama, sus cobijas enrolladas en sus piernas y su cadera. Inconscientemente, Jinhwan acarició con suavidad la marca en su mano derecha. Esto se había vuelto una costumbre desde que había obtenido el nombre; eran los buenos días que le enviaba a su alma gemela.

Segundos después, una brillante sonrisa iluminó su rostro al recordar lo que había sucedido el día anterior en la cafetería.

Oye Jun...

¿Sí?

¿Te gustaría salir conmigo una de estás tardes?

Oh... puede ser...

¿...puede ser?"

Es decir... no sé muy bien-... no sé cuándo-... okay. ¿Qué te parece este jueves por la tarde?

Perfecto.

Jinhwan sonrío aún más –si es que eso era posible– y volvió a cerrar sus ojos, recordando cada detalle de aquel encuentro.

Recordaba a la perfección cómo se veía Jun, con sus manos ocultas por un par de guantes de hule amarillos, puesto que Jun estaba haciendo la limpieza en ese momento. Recordaba su alocado cabello atrapado por una bella bandana gris.

Recordaba su aroma dulce y con un pequeño toque de café. Recordaba su rosado sonrojo en su cuello y mejillas al haber balbuceado antes de sugerir la fecha para verse.

Y Jinhwan también recordaba cómo estuvo él mismo a punto de sugerir el jueves, pero al instante se dio cuenta de que eso lo haría ver como un acosador que ya se había memorizado el horario del chico. Lo cual no era cierto. Por supuesto y claro que no, jamás.

Resulta que algunas muy pocas veces, Jinhwan logra seguir por lo menos una pequeña parte de sus planes, o afinar el filtro de su boca y guardar pensamientos que no deben salir de sus labios.

Con un último suspiro y un último estirón de su cuerpo, se levantó para alistarse y partir rumbo al instituto. Había decidido ese día no ir a la cafetería, para darle un respiro a Jun de tener que verlo y así evitar que se casara de verlo todos los días. Una vez aseado y vestido, Jinhwan bajó de su habitación a la cocina y se encontró con su padre en la cocina, preparando el desayuno. Su madre probablemente ya había partido para el trabajo.

—Buenos días hijo. — Lo saludó con una sonrisa y le sirvió una taza de café.

—Buenos días papá. — Respondió Jinhwan y tomó asiento frente a la taza de café.

— ¿Cómo va la escuela? — Preguntó, dándole a Jinhwan un plato con huevos revueltos.

—Bien, bien...— Respondió vagamente mientras movía con su tenedor su comida. —Oye papá, ¿puedo hacerte una pregunta?

—Claro que sí. — Su padre le respondió curioso, para luego servirse una taza de café para sí mismo y tomar asiento frente a Jinhwan.

— ¿Qué sentiste... cuando viste por primera vez a mamá? —Sus ojos se dirigieron automáticamente a la mano derecha de su padre, en la que podía ver el gastado pero presente nombre de su madre.

— ¿Por qué preguntas, hijo? — Preguntó su padre y en su boca se asomó una sonrisa. Luego señaló la mano enguantada del chico. — ¿Lo encontraste?

soulmate ﹥ junhwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora