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— ¿Qué acabas de decir? —Pronunció al fin el chico cuando logró asimilar las palabras de su madre.

—Lo que escuchaste Junhoe. — Respondió su madre y su cara se suavizó al ver el estado en que estaba su hijo. —Planeaba decírtelo de otra manera... no quería que te dieras cuenta así pero así sucedió y es momento de que lo sepas. Tu padre y yo nos casamos por un arreglo entre su familia y la mía. Su padre y el mío eran grandes amigos y para garantizar el crecimiento de la compañía, arreglaron que nos casaríamos.

—Pero... ¿por qué accedieron? — Cuestionó. No sabía qué pensar ni qué sentir.

—No tuvimos otra opción más que seguir órdenes, éramos sólo unos niños. — Respondió su madre y en sus ojos empezaron a brillar las lágrimas. —Nos obligaron a casarnos cuando ambos tuvimos los dieciséis años de edad. Yo aún no había recibido mi marca.

Junhoe sintió su cuerpo estremecer al ver a su madre sollozar al recordar y contar el pasado. Quería abrazarla y consolarla pero estaba enfadado, le enojaba que lo hubieran engañado toda su vida, creyendo que sus padres eran almas gemelas. Pero si su padre no era el alma gemela de su madre, entonces...

—Mamá. — La llamó cuando ordenó sus pensamientos. — ¿Quién es ese hombre al que abrazabas?

—Él es mi alma gemela, June. — Respondió y de un jalón quitó su guante rojo, mostrándole un nombre.

Seung Ki

Junhoe se sobresaltó al ver la marca de su madre, primero porque efectivamente ese no era el nombre de su padre, pero más que todo porque nunca había visto una marca en persona. Había visto marcas en fotografías en la escuela cuando les enseñaban sobre las almas gemelas y su poca ciencia conocida, pero nunca había visto una marca en la vida real, ni siquiera la suya.

La suya... El corazón de Junhoe empezó a palpitar con fuerza, golpeando su pecho casi como si quisiera salir de él. De un salto, se levantó del sofá y caminó apresurado hacia la salida.

— ¿A dónde vas? — Le preguntó su madre sobresaltada al ver la reacción de su hijo. Junhoe se detuvo y sobre su hombro soltó unas palabras que llenarían a su madre de emoción y felicidad.

—Voy por mi alma gemela.

soulmate ﹥ junhwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora