6

122 13 2
                                    

Ya era el tan famoso receso, he decidido estar con Dylan por un tiempo; no puedo emcariñarme con nadie, mucho memos hacer amigos. Es la primera regla que me aclaró papá antes de venir.

Si hago amistades tendrán de donde torceme. Y ser torcido es lo peor para un pirata con prestigio. Pierdes autoridad y a tu gente. No me voy a arriesgar.

- Y... ¿Qué piensas ordenar? - Me pregunta Dylan.

- ¿Qué? - ¿ordenar? ¿Alguien aquí sabe que soy pirata?

- Sí. ¿Qué piensas pedir para comer?

- Ah, sí. Eso. - Diablos debo ser más discreta. - No lo sé, ¿qué me recomiendas?

- Pues... La cacerola toxica de la anciana definitivamente no.

Pone una cara de asco que me de gracia.

- ¿Porqué no?

- Dicen, - Comienza a decir como si fuera un secreto. - que una vez, un chico se comió un plato, ¿qué un plato? Medio plato y nunca se le ha vuelto a ver.

- Wow. - Dije asombrada por la historia. - Esa cacerola debe ser prohibida.

- Exacto. Nadie sabe porqué la directora lo sigue permitiendo, y la directora no sabe porqué dejamos de comerla.

- ¿No deberían decirle? - Pregunto totalmente confundida. - Si quieren algo, tiene que hacer algo.

- Aly, ¿Acaso no habías ido a una escuela antes? - La incredulidad tiñe por completo sus palabras.

- Claro que y había ido a una escuela, - miento - ¿qué no todos van a una?

- ¿En serio nunca habías ido a una escuela en tu vida? - Sus ojos casi salen de sus orbitas.

- No. - Me rindo. - Nunca he ido, ¿Tan malo es?

- No, no, no.- se apresura a negar - Claro que no. Pero...¿Porqué?

- Bueno,...

Soy interrumpida por un cuerpo que se mete a la fila justo frente a mi. Dylan le toca el hombro para llamar su atención.

- Oye, amigo, fuera. Tienes que ir a la cola.

El chico se voltea, me hace retroceder un paso para que pueda quedar de frente a nosotros. Callaghan.

- ¿Qué dices?

Veo que Dylan se pone nervioso aunuqe intente ocultarlo. Se repone casi de inmediato.

- Dije que te vayas de aquí y hagas fila como todos los demás. - Dice poniéndose a mi lado.

- Aw. Que lindo. - Responde haciendo caso omiso a su comentario. - Te quieres hacer el fuerte frente a tu nueva "amiguita". Tu nunca dejarás de ser un cobarde.

- Oye. - Le reprendo. - Tu no tienes derecho a decir eso de él, ¿Acaso lo conoces tan bien que te crees capaz de juzgarlo?

- Ya veo que no es solo tu amiga, ahora tienes alguien que te proteja.

Gruño ante sus palabras, aparte de que me ignoró. Decido volver a arremeter contra él.

- Oye, mejor salte de aquí y vete a molestar a otro lado.

Solo me mira divertido, ni se inmuta ante mis palabras. Decido algo un poco más fuerte esta vez.

- Te propongo un trato: Te vas con tu dignidad en alto, o, te saco con tu dignidad por los suelos. Tu eliges.

Suelta una risotada que llama la atención de casi todos, muchos dirán que la atención me intimidaría, pues no, justo por eso debo ponerme más fuerte.

- Tu sí que tienes una gran estima para retarme de esa forma.

- Estoy esperando tu respuesta.

Se pone en una pose de pensar mucho.
- Quiero ver como me intentas sacar de este lugar.

- ¿Seguro? - Levanto una ceja para poner énfasis a mis palabras.

- ¿Segura tú?

- Bien tu lo pediste... - Le advierto.

Me preparo para darle el mejor golpe de su vida en su amigo. El lo quiso así.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 26, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

la capitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora