Capítulo 1: ¡Qué macho!

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El sol estaba por ponerse en la enorme metrópolis conocida como Zootopia, donde todos podían ser lo que deseen, aunque como en cualquier ciudad, eso incluye ser desde un lince traficante de estupefacientes hasta una liebre policía que seguía de cerca a dicho criminal.

   —¿Savage? ¿Dónde estás? ¡El jefe Bogo te está buscando! —Se oyó la desesperada voz de Garraza, el recepcionista y despachador de la ZPD—. ¡Jack, responde! Cambio.

   —Aquí el detective Savage, estoy en persecución y a punto de atrapar a un sospechoso en un sedán azul —respondió la presa de orejas largas desde su radio mientras conducía hábilmente por las toscas calles de la Comarca de la Sabana—. Dile a Bogo que es el sujeto que Narcóticos y yo hemos estado siguiendo por meses. Cambio.

   —Entendido detective, ¿requiere refuerzos...?

   —¡NO! —gritó en un impulso, pero luego se calmó—. Es decir, negativo, yo puedo solo, el sospechoso ya fue desarmado y conduce peligrosamente por la ciudad, pero no parece muy hábil, nada que yo no pueda...

   —¡Eso lo decidiré yo, Savage! —Otra voz lo reprendió desde su comunicador, haciendo que Jack perdiera la concentración unos segundos—. Este sujeto podría ser la clave para este caso, si lo vuelves a dejar ir...

   —No volverá a pasar Bogo, se lo... ¡Rábanos! —maldijo cuando una mangosta se le atravesó y casi la arrolla—. Si dejará de distraerme podría haberlo atrapado hace tres cuadras...

   —¡No me culpes de tu incompetencia Savage! Más vale que me digas tu posición porque si no...

   Jack apagó el radio aún sabiendo que el búfalo lo mataría de regreso a la estación, probablemente le costaría su ascenso o lo retrasaría más obtenerlo, pero la sola mención de su anterior fracaso por atrapar a un criminal y la situación tan familiar por la que se encontraba ahora, le recordaba al incidente que pasó hace unos meses, cómo su vida cambió de manera tan brusca sin que se diera cuenta. También le recordaba... a ella.

***

   Hace tan sólo 3 meses atrás, las investigaciones del prominente detective Jack Savage lo había llevado a una persecución de un posible pez gordo del narcomenudeo; imprudente y orgulloso como sólo Jack sabe, intentó atrapar por su cuenta al fugitivo, un escurridizo lince que logró burlar a la liebre y que huía en un auto deportivo robado, mientras que el animal de franjas negras lo seguía de cerca en las calles céntricas de Zootopia.

   Pese a que su trabajo era más el de investigar y seguir pistas, como agente de campo no lo hacía nada mal, y una fama de atrapar criminales desde sus primeros años en la fuerza lo avalaban, no era extraño verlo cazar delincuentes cual si fuera un depredador a su presa; aunque las persecuciones en auto no eran sus favoritas y los coches en general tampoco eran su tópico predilecto, no por eso era menos hábil manejando su vehículo de carrocería naranjada en vez de la típica patrulla policiaca, parecía más un auto de civil de no ser por la sirena que no dejaba de sonar cuadras atrás, uno de sus beneficios como detective reconocido del Departamento de Policía de Zootopia.

   El criminal derrapó sin control al dar mal una vuelta, invadió la vereda y terminó entrando a uno de los parques más grandes de Zootopia, quedando de espaldas con una barda de ladrillos; ese momento de torpeza fue aprovechado por Jack para intentar cerrarle el paso.

   —¡Ya te tengo maldito! —vitoreó alegre cuando se acercó con gran rapidez a bloquear el paso del fugitivo entre las rejas del parque y su bólido de color ocre dorado—. Te voy a... ¿qué cara...?

   Jack trató de acelerar, pero el carro sólo se movía por inercia y su velocidad se reducía mientras avanzaba, sus orejas se tensaron de golpe cuando estas ya no escucharon el característico ruido de su motor; sin esperar que su coche se detuviera por completo, intentó encender de nueva cuenta el vehículo repetidas veces sin éxito.

Todo un macho haré de ti [Skye x Jack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora