Capítulo 3: Detectives arreglando coches, mecánicas haciendo interrogatorios.

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3er miércoles

—¿Cómo se llama este?

   —Motor.

   —¿Y esa cosa?

   —El radio.

   —Casi, es el radiador. ¿Y este otro?

   —¿La batería?

   —Acumulador, pero viene siendo lo mismo. ¿Recuerdas para qué es esta manija amarilla?

   —Ese era el... era el...

   Zorra y liebre analizaban la parte interna del cofre del auto de algún cliente de su taller. Para sorpresa de Skye, la presa era un animal bastante inteligente, observador y curioso, lo que le permitía aprender rápidamente todo lo que le enseñaba; ella estaba complacida, aunque al mismo tiempo un poco desilusionada, pensó que eso le tomaría más tiempo, sin embargo, ¿por qué pensaba así? ¿Acaso no debería alegrarle que el animal dentón fuera un buen alumno?

   —¡Rábanos! No me acuerdo.

   —Esa es la varilla para medir el nivel de aceite, y para que no lo vuelvas a olvidar, creo que hoy comenzaremos con la lección 5: Revisar el aceite. ¿Trajiste el trapo que te pedí la vez pasada?

   —Claro, lo tengo justo... un segundo.

   Mientras la liebre buscaba la tela entre sus pertenencias, ella no pudo evitar analizar la vestimenta de él, aunque no era su típico traje estirado de las veces anteriores, consideraba que la camisa y el pantalón que vestía eran ropas no tan casuales y en su opinión, poco cómodas para trabajar; si se ensuciaban quedarían arruinadas. Aunque le llamó más la atención cierto complemento.

   —¿Tirantes? —comentó con sorna—. ¿Todos los citadinos tienen mal gusto o sólo tú?

   —Habló la pueblerina que sólo usa overol —respondió de inmediato, sin encontrar aún la tela —. Pensé que eras mecánica, no fontanera.

   Aunque para ser sarcástico aún le faltaba mucho por aprender, consideraba ella.

   —Fuertes palabras del dizque policía que usa traje en el trabajo, pero parece más valet parking que oficial de la ley.

   —Bah, me han dicho mejores insultos que ese.

   —Ya lo creo, enano; pero en serio, ¿tirantes?

   —Hey, los clásicos nunca mueren, son cómodos, prácticos; además, a mí me gustan.

   —Hay una razón porque nadie más los usa.

   —No soy el único Skye... ¡Listo! Aquí está el trapo.

   —Muy bien, te mostraré cómo revisar el aceite, pon mucha atención porque este aditivo es tan importante como el refrigerante, si el auto se queda sin este, podría estropear el motor y a diferencia de lo que te pasó el otro día, no hay forma de que el auto se proteja a menos que el conductor se dé cuenta a tiempo. Capici ?

   —Entendido.

   —Fíjate muy bien, primero...

   Skye le enseñó como siempre lo hacía: primero explicándole cada detalle y poniendo el ejemplo, luego dejando que Jack metiera las patas y lo hiciera por su cuenta mientras la zorra sólo observaba; la chica adoraba ver sus azules y curiosos ojos estudiar sus movimientos y tratar de imitarla o a sus torpes y temblorosas patas que parecían muy inexpertas en un principio, pero agarraban habilidad en un par de intentos. O ella era muy buena instructora o él era una liebre excepcional. Sabía que sólo podía ser la primera opción, pero reconocía el mérito de Savage.

Todo un macho haré de ti [Skye x Jack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora