Capítulo 8: Machos y hembras

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La tranquilidad de las calles vacías de la Comarca de la Sabana se vio interrumpida cuando dos bólidos a toda velocidad transitaron por la avenida como si de una carrera de autos se tratara. El prominente detective, Jack Savage, estaba en persecución de un sospechoso clave para cerrar uno de los casos de narcóticos más importante de los últimos tiempos de Zootopia; la liebre conducía en su deportivo anaranjado y estaba por darle caza al lince que se le escapó 4 meses atrás, el mismo tiempo en que Jack conoció a la chica que con tanto afán quería olvidar.

   Ya habían pasado aproximadamente tres semanas desde que Skye y Jack tuvieron esa funesta discusión. La presa de rayas fue al día siguiente a intentar disculparse con ella, sin embargo, sin el alcohol en el cuerpo de la chica, su ferocidad y puntería había mejorado a la hora de lanzar llaves metálicas; viendo que era imposible razonar con Skye aún enojada con él, el detective optó por retirarse. Al día siguiente a ese, la vulpina estaba más "tranquila" pero esta vez sus palabras, acompañadas de gritos y palabras hirientes,  lastimaron más que cualquier golpe de una llave inglesa y nuevamente Jack se fue del taller sin dejar las cosas en claro.

   Nunca hubo un tercer intento. La paciencia de Savage se había colmado, y el amor que alguna vez sintió por la hembra fue cegado por orgullo y la falsa creencia de que "Era mejor así". Una Skye más calmada y serena espero que el macho llegara al taller suplicando perdón y está vez ella estaba decidida a escuchar antes de atacar, pero dicho macho no se presentó ni ese día ni el siguiente; la soberbia de la vulpina y su aún dañado corazón le impidió hacer algo más para reconciliarse con su exalumno, pensó que si él ya se habían rendido con ella, eran la confirmación de una amarga verdad: Él jamás la amó.

   —¡Esta vez no te escaparás malnacido! —gritó Jack desde el interior de su auto, enfocado únicamente con la idea de que él sería el único en atrapar al lince, pues era su boleto para un nuevo ascenso.

   Un mamífero normal estaría en duelo tras perder a una amiga y quizás a un gran amor como lo fue Skye para él, intentaría olvidar o soportar el dolor con distracciones o sustancias embriagantes; sin embargo, la droga que usó Jack para lidiar con esta pena fue una que había usado desde hace bastante tiempo y que nunca le había fallado: su trabajo.

   Todas las lecciones que la zorra le enseñó a la liebre para olvidarse de su agitada vida y desestresarse se fueron por un retrete cuando Jack decidió regresar a ser el mismo trabajólico obsesivo compulsivo de antes. En las últimas dos semanas fue el primero en llegar a la estación y el último en salir, se ocupó de más casos de los que podía resolver, sobrecargó a su amiga del forense, Honey, con demasiados favores que la pobre tejona melera apenas podía cubrir; la actitud cegada sólo en atrapar criminales de Savage había aumentado su agresividad que desquitaba con el pobre delincuente que pasaba por sus patas y hasta con sus compañeros de trabajo.

   Todo este cambio de conducta del detective, pese a conseguir resultados sobresalientes en la fuerza en pocos días, terminó por generar quejas de sus colegas y sacarle aún más canas verdes al jefe Bogo, incluido crear más fricciones entre ellos dos al punto de que el búfalo mala cara ya lo había amenazado en degradarlo en vez de ascenderlo si no se calmaba. Más todo lo que hizo Jack era una fachada, una forma de mantener su mente ocupada y no pensar en esa hembra que había ablandado el insensible corazón de la liebre de rayas.

   —¡Eres mío, maldito felino escurridizo! —refunfuñaba el detective, cegado por el deseo de atrapar al delincuente más por orgullo que por el mentado ascenso o detener por completo a una peligrosa organización criminal. No, capturar a ese lince era una especie de catarsis y la única forma de enmendar el colosal error que cometió meses atrás; si su auto no se hubiera detenido ese día, su carrera policíaca hubiera prosperado, jamás hubiera conocido a Skye y no estaría pasando por esas incontables noches de insomnio pensando en ella, añorando su actitud divertida, fantaseando con su figura, ahogándose en bellos recuerdos, imaginando un futuro juntos y...

Todo un macho haré de ti [Skye x Jack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora