N o a h S c h n a p p
Se busca.
Miré el cartel y quedé con la boca abierta, se le acusaba de robo de 1,5 millones de dólares, luego asesinato a un policía, Vaya, ¿Con qué coño se cepilla los dientes? Me pregunté mientras agarraba mi el cartel, mirando sus ojos nuevamente embobada con sus carnosos labios... suspiré mordiendo los míos, moviendo una pierna, santo Dios! Es un criminal! Deja de pensar y excitarte por criminales como él, aunque sea realmente sexy y hermoso.
¿A quién engaño? Me encanta.
Suspiré con pesadez, escribiendo nuevamente en la computadora, y como siempre todo el papeleo, hoy tenía una cita con Jacob, para ser sincera odiaba la tradición de mi familia, que tu padre tenga que elegirte con quien coño casarte.
Agarré mi cabeza, tenía una idea, huir de éste maldito país, y comprarme una casa en Alaska. Ah no.Todavía estoy buscando en qué país irme, no es tan simple. Continuó trabajando hasta la noche, ya saben, lo típico, salgo del edificio y miró hacia todas partes, por suerte había un taxi, así que lo tomé, para luego irme a casa.
Llegué y tiré todo, vistiéndome de entre casa, sacando mi laptop, buscando pasajes de avión para ir a Madrid, Bien, iba a ir a Madrid cuanto antes, iba a ser mejor para mí, también para buscar trabajo nuevo, casa nueva, y demás.
De repente oigo como alguien toca la puerta, rápidamente voy a abrir y la empujan, entrando. Era él, de nuevo, ¡Qué coño hace en mi casa un criminal! Me dije a mi misma, quedando en shock como había entrado, oí como las sirenas de los policías seguían de largo hacia la otra calle, sonrió al verme, yo me sonrojé ante eso, ¡Ya deja de sonreír, maldita sea!suspiré y froté la fuente de mi nariz, cerrando los ojos.
— ¿Qué coño haces aquí? — Pregunté molesta volviendo a posar mis ojos en él, mientras me cruzaba de brazos. — Pues, quiero que me hospedes, bebé. — Dijo, y yo quedé boquiabierta, no podía decirle que no, pero tenía que hacerlo. — N-No. — Me puse seria, pero tartamudeé. — Oh vamos, mi reina, no haré ruido, ni siquiera sabrás que estoy aquí, es solamente porque hurgaron mi casa. — El castaño respondió mientras sacaba un arma. Se me paró el corazón al ver el arma, así que me alejé rápidamente, muy asustada, temía que fuese capaz de dispararme. Veo como deja el arma sobre la mesa que está cerca de la puerta y se sienta en el suelo. — No te haré daño, princesa, solo quiero que hablemos como personas.. — Se acercó, aún sentado en el suelo y tomó mi mano, bajándome lentamente, sentándome enfrente de él, yo solo me dejaba llevar, estaba realmente aterrada. Entrelazó nuestros dedos, aún viéndome a los ojos, yo solo me quedaba quieta, mirándolo también. — Perdón por haberte asustado. —Acarició mi mano con su pulgar, tratando de que yo pesque la confianza. Asentí ligeramente, y luego acarició mi brazo, sonriendo cálidamente. Mi cabeza sabía que no tenía que caer en sus encantos, pero mi corazón decía otra cosa.
Luego de un rato de hablar como iban a ser los horarios, le enseñé el sofá, donde iba a dormir. Rápidamente fui a mi habitación y tomé las sabanas, volviendo con Noah, acomodándole el sofá. — L-Listo, buenas noches... — Dije para luego acercarme y darle un beso como despedida, fue extraño, pero se sintió bien. Me fui a mi habitación nuevamente con mis mejillas coloradas, mordí mis labios y me acosté para dormir.
Despierto a media noche, muy asustada, grité al despertar, estaba toda sudada, con la piel de gallina, no sé por qué, pero grité "Noah". Comienzo a sentir como alguien viene corriendo y abre la puerta, era él, con cara de preocupación. — ¿Qué te pasó, princesa? — Se acercó a mí y me acarició el cabello. — U-Una pesadilla. — Suspiré agarrando mi cabeza. — No te preocupes, puedes volver a dormir, una idiotez mía. — Él sonrió y me volví a acostar, cuando cierro los ojos oigo como levanta la sabana y se mete entre ellas, abrazándome protectoramente por la espalda, yo me sonrojo a no poder más y me dejó abrazar, siento su cuerpo rozarse con el mío, esa calidez que produce es realmente magnífica.