Are you ok? | Zach Mitchell - Jurassic World

Capítulo 3. Parte II

Llegamos al monorraíl por los pelos, suerte que tenemos los pases VIP.

Una vez nos montamos, Gray se sienta junto a una ventanilla, Zach ocupa el asiento de al lado y yo me dejo caer en el que está frente a Gray, para estar también junto a la ventanilla.

Ya he montado antes en el monorraíl, pero aun así me sigue fascinando todo como la primera vez. El parque es enorme y desde el monorraíl se pueden apreciar muchas de las vistas tan maravillosas que ofrece la isla.

―¿Ya habéis estado aquí? ―pregunta Zach a las chicas del asiento de detrás con una sonrisa bobalicona.

―Sí ―contesta una de ellas sonriendo también tontamente.

―Entonces, ¿qué me recomendáis ver?

Gray y yo nos reímos disimuladamente, aunque Zach nos escucha y nos mira con mala cara.

―El Mini Zoo de los gigantes mansos es muy divertido ―habla ahora la otra chica―, puedes tocar y darles de comer a los dinosaurios bebés.

―Pues iré a verlo ―contesta Zach, sonriendo falsamente. De todos los sitios del parque, la chica ha dicho el que probablemente más aburrido le parece a él.

―Zach ―Gray tira de la camiseta de su hermano para que este le preste atención―, deja de ligar y échanos una foto.

Las chicas se empiezan a reír, provocando que Zach se sonroje.

―Pareces un tomate ―comenta Gray riéndose también.

―¿Queréis que os eche la foto o no? ―dice de mala manera.

―Sí, sí.

―Ten ―le paso mi móvil con la cámara ya puesta―, le das al centro y listo.

Gray se sienta encima mía para hacernos la foto juntos.

―Ponte con nosotros ―dice Gray después de que Zach nos eche varias fotos.

Zach obedece a su hermano pequeño. Se sienta junto a nosotros y pone en el móvil la cámara delantera para hacernos una foto los tres. Al igual que con Gray, en las primeras fotos salimos sonriendo y en el resto haciendo el payaso.

―¡Mira qué guapo!

Amplio la cara de Zach de una de las fotos y se la enseño.

―Madre mía, borra eso ―dice Zach y me quita el móvil en cuestión de segundos.

―No te atrevas a borrarla.

―Hay más fotos, Beth ―replica.

―Pero esa es genial.

―Está bien, como quieras.

Zach pasa la foto para ver las demás sin llegar a borrar la que le había enseñado. Hay fotos de Gray y yo en el Mini Zoo, y un par de Gray y Zach. El mayor de los hermanos sigue pasando las fotos hasta llegar a una que tengo con Dean, señal de que ya se han terminado las fotos de hoy, así que me devuelve el móvil.

―¿Ese era tu novio?

Gray ha estado viendo las fotos con nosotros, y parece interesado en saber quién era el chico que me abrazaba en la foto. Zach no ha preguntado nada, pero también me mira curioso esperando a que yo conteste.

―Es mi hermano Dean. Trabaja aquí, con los velociraptores.

―Eso explica muchas cosas ―habla Zach.

―¿Cómo cuáles? ―pregunto realmente intrigada.

―Que sepas cómo llegar a cada lugar sin tener que mirarlo en el mapa, te sepas los horarios, te dejen pasar sin tener pase VIP y conozcas a nuestra tía.

―Y que te gusten tanto los dinosaurios ―añade Gray.

―Sí, supongo que eso lo explica todo. Aunque los dinosaurios ya me gustaban desde mucho antes ―puntualizo riendo.

Gray y Zach vuelven a sus asientos y continuamos el viaje en silencio por un tiempo.

―Dice mamá que no nos olvidemos de llamar a papá antes de acostarnos ―dice Zach tras leer el mensaje que le acababa de llegar.

―¿Si mamá y papá se divorcian ―comenta de repente Gray, sorprendiéndonos a Zach y a mí―, uno irá con papá y el otro con mamá?

―¿A qué viene eso?

―Se van a divorciar, lo sé ―afirma cabizbajo.

―Da lo mismo, los padres de muchos amigos míos están divorciados y no pasa nada. Además, yo me iré de casa pronto.

Miro a Zach sin poder creer lo que acabo de escuchar.

―Oye, déjalo ―vuelve a hablar Zach en cuanto ve a su hermano llorar―. Vas a tener el doble de todo: dos cumpleaños, dos días de acción de gracia...

«¿En serio? ―pienso―. ¿Es que este niño no puede tener un poco de tacto?»

―Yo no quiero tener el doble de todo.

―Pues no puedes hacer nada para cambiarlo ―zanja el tema bruscamente.

―Eh, ¿por qué no te vas a seguir ligando? ―intervengo enfadada, no entiendo cómo puede hablarle así a su hermano pequeño―. Oye ―hablo más calmada dirigiéndome a Gray―, tu hermano es un poco gilipollas, pero tiene razón en eso último: no puedes hacer nada para cambiarlo. La decisión es de tus padres y al parecer ya la han tomado. Eso no significa que dejéis de ser una familia, ni que dejen de quereros.

Gray me mira aún cabizbajo, pero ya al menos no llora.

―¿Tus padres también están separados?

―No. Mis padres fallecieron cuando yo era un poco más grande que tú.

―Vaya, lo siento.

―No importa. Tengo a Dean y a Owen, que es como tener a dos padres sobreprotectores e inmaduros ―confieso logrando que Gray se ría un poco―. Y tú tendrás a Zach, aunque sea un imbécil a veces, y seguirás teniendo a tus padres para todo, aunque ya no estén juntos.

Gray se limpia los últimos rastros de lágrimas y vuelve a concentrarse en el paisaje.