Capítulo Dos - Preguntas

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"Según vamos adquiriendo conocimiento, las cosas no se hacen más comprensibles, sino más misteriosas."

El recién resucitado guardián caminaba con paso tembloroso por las empinadas paredes de la cueva, sus piernas seguían temblando levemente pues su cuerpo recién formado por la luz todavía se encontraba torpe para algunos movimientos.

-¿Te encuentras bien?. - Dijo Nero mientras se situaba cerca de la frente de un Argon de piernas débiles.
-No me siento del todo mal, sólo que mis piernas... bueno, es como si no me aguantasen del todo. Es muy incómodo.

Argon respondió con un tono de molestia mientras frotaba sus piernas porencima de la armadura improvisada que Nero había fabricado con telas sintéticas,aunque en su interior era más cosas las que le perturbaban que un simple dolorparecido a una artritis. Seguía sin entender nada, pero de alguna forma difícil(o inexplicable) se sentía unido a Nero.

- No estás herido, uhm... ¿será porqué acabas de despertar?. - Con duda escaneaba todo el cuerpo de Argon en busca de alguna respuesta.
- No sé, a lo que me has dicho yo estaba muerto, cuando abrí los ojos tenía una lu...- Nero lo interrumpió de forma abrupta.
- Por lo visto quieres otro golpe. - Se había enojado.
- No, perdón... quise decir que cuando abrí los ojos tenía una LUZ en la cara, a duras penas puedo considerar lo que me has dicho, pero, no se si puedo creerte. -
- ¿Porqué?, no te he mentido en lo que te he dicho, fuiste elegido por El Viajero para algo importante. Usar la luz no es cualquier cosa y no debe ser tomado a la ligera. - contestaba Nero mientras lo que se podría decir que era una especie de ojo azul titilaba al compás de sus palabras.
- ¡Venga Nero!, me dices que algo me elije para portar la luz, que tengo que proteger a la humanidad, que estuve muerto y más cosas, pero hasta el momento no se si realmente estoy despierto, o en algún sueño como el que estaba teniendo antes de todo, de hecho, ¡ni sé como llegué a este lugar!. - Dijo Argon mientras extendía los brazos intentando señalar todo el lugar, pero solo se podía distinguir el por la luz que irradiaba ese ojo azul.

Nero permaneció en silencio unos segundos. Miró hacía arriba, era un golpe de suerte pues parece ser que era una salida lo suficientemente grande y segura como para intentar atravesarla.

- ¿Me estás escuchando Nero?. - dijo Argon
- Si me dejas guiarte a la ciudad, ¿me creerás a partir de ese instante?. - Nero flotó muy cerca del rostro de Argon.
- Estás muy cerca. - gruñía Argon.
- Te lo diré una vez más y lo explicaré mejor ¿bien?. - Se alejó un poco y comenzó a hablar. - Tú en algún momento del pasado moriste, no sé como ni porqué. Cuando la oscuridad llegó, El Viajero nos creo a nosotros los espectros en el último momento con el sólo objetivo de proteger a la humanidad que a duras penas estaba luchando por sobrevivir, a lo que he investigado, le llaman El Colapso, miles de seres vivos perdieron la vida mientras luchaban... Tú en cambio probablemente ya eras un cadáver, pero, cuando esto pasó, la luz te alcanzó. - Decía Nero cuando sin dar tiempo, Argon la interrumpió.
- Sí, esa parte la escuché. - Contestaba el guardián pero Nero tomó el mando de la conversación con una voz más alta.
- Déjame terminar, cuando la luz te tocó, te volviste apto para portarla en favor de la humanidad, tienes facilidad de utilizar casi cualquier elemento del universo y según lo muy poco que he visto dentro de ti, tienes la aptitud para ser un titan que utilice la energía del vacío universal. No te sientas abrumado, pues poco a poco es probable que alcances a usar más elementos, todos los guardianes pueden gracias a la Luz. - Nero daba vueltas al explicar.

Argon suspiró, le miró de manera breve y siguió subiendo la empinada pared, podía distinguir la salida que había distraído por un momento a Nero. Mientras caminaban siguieron hablando.

- Entonces, ¿hay más como yo?. - Preguntó Argon.
- Sí, cazadores, hechiceros. Pueden usar el vacío como tú, el arco de fluido eléctrico, o el asolador poder solar. - Contestó Nero. - Aunque, aún no termino de decirte todo.
- Es abrumador. - Contestó Argon mientras se sostenía de unas rocas para poder avanzar.
- ¿Te abruma que conteste lo que pides?. - Dijo extrañada Nero.
- Me abruma que yo sea participe de esto. ¿Qué pasa si no quiero hacerlo?. - Sorprendió Argon a su espectro con esa pregunta.
- Es tu elección. Yo estaré unida a ti más no te diré como llevar tu destino. Estaré contigo aunque no me veas. Descuida, esta por amanecer así que tendrás luz en unos segundos. - Dicho esto, Argon solo suspiró una vez más.

Ahora mismo lo único que le interesaba era salir de ese lugar, el dolor de piernas ya no era más que algo agregado a la lista de cosas que le abrumaban, ahora se sumaba una crisis existencial de saber quien fue, o porqué había sido elegido en tan descabellada situación...

Pero ¿habría la oportunidad de negarse?, Argon no había pedido ser "resucitado de entre los muertos", y mucho menos ser participe de una guerra que a duras penas le ponía atención, "Quizás esa ciudad es solo una metáfora en este sueño, si, seguro estoy soñando todavía", repetía en su mente para darse un poco de tranquilidad, pues en el fondo, muy en el fondo, estaba un poco asustado.

32 KM AL NORTE DE AHÍ.

Seis cazadores de largas capas, armados con un fusil muy peculiar, la Multi-Herramienta MIDA, se encontraban explorando en busca de algún motivo para mantenerse lejos de la intranquilidad de la torre. Por lo menos en este cañón rocoso podían estar un poco tranquilos antes de que el movimiento que cada mañana había en la ciudad les alcanzara aún si estos estaban lejos de ahí. Colores verde, azul, negro se podrían ver de aquellos individuos tanto en sus vestimentas como en sus armas, tres figuras sobresaliendo del grupo, pero curiosamente una de ellas era de mucho menor estatura que los demás.

- División Cerúlea, ¿me reciben?. - Se escuchó una voz masculina en el radio de una de las cazadoras del grupo.
- ¿Ahora qué quieren?. - Molesto, uno de los cazadores volteó a ver a su compañera.

- Molestar, seguro. ¿Les respondo?. - Contestó la cazadora con duda, mirando hacía arriba para poder hacer contacto visual con su compañero.
- No lo sé Yui, todo depende de la decisión de Isao. - Respondió el cazador mientras hacia un gesto encogiendo los brazos.
- Deberíamos dejar que la enana conteste, quizás es importante. - Uno de los cazadores que se encontraban más atrás les había dado alcance.
- Muy gracioso Drache, como siempre diciéndome enana... - Enojada, Yui se quedó mirando fijamente a su compañero de escuadra.
- ¡Tranquila se te va a salir un tiro!.
- Ahggg, veré que quieren. - Dijo Yui.
- Deberías esperar a Isao. - Contestó el cazador que parecía el más desinteresado por sus constantes encogidas de brazos, posó su indice y dedo medio sobre su oído derecho y atendió. - Aquí Revenant-44, división cerúlea, ¿que ocurre?.
- División Cerúlea, aquí operaciones. Tenemos el aviso de una escuadra perdida cerca de su ubicación, parecer ser que dos hechiceros desaparecieron desde hace unas horas. Necesitamos verifiquen la situación.
- ¿Otra vez guardianes perdidos?, ¡Van 23 en los últimos dos días!. - Alzando el brazo izquierdo, 44, mostraba un enojo e incomodidad, Yui y los demás le miraban atentos mientras escuchaban la situación.

"¿23 guardianes desaparecidos en dos días?, se supone que un guardián no pierde el contacto así como así, y en este lugar árido pero abierto no es normal perderse, ¿y sus naves?, siempre las naves se vuelven una especie de ecos y jamás se les vuelven a ver. ¿Qué está pasando?" pensaba Yui.

- ¿Yui?, ¿Yui estás ahí?, ¡DESPIERTA!. - Un cazador con un radar de zopenco se ponía enfrente de ella, agitándola para que dejara de pensar para si misma. - Tenemos trabajo, escuadra perdida. Muévete, ¡YA!. - Dicho esto, el cazador comenzó a correr. Isao no quería perder más compañeros, no, de nuevo.


"Tengo un mal presentimiento sobre esto..."

Destiny: SideralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora