Epílogo

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–¿Hubo lengua? –pregunta como una pervertida, Maddie.

–¡No! –respondo agachando la cabeza avergonzada ante tal pregunta–. Tu mente está muy lejos, Maddie.

–¿Cuanto duró? –pregunta y levantó la mirada, observando como muebe sus cejas de arriba a abajo con una sonrisa coqueta–. ¿Mucho o...

–¡Calla! Pervertida –grito horrorizada, mi amiga y su mente cochina de siempre nunca van a dejarme tranquila–. ¿Acaso querías que tenga un cronómetro en mis manos?

–Buena idea –dice encogiendo los hombros–. Aunque creo que sería meno raro que cuentes los segundos en tu mente, ya que tener un cronómetro en medio...

–Maddie –la interrumpo y luego coloco la palma de mi mano sobre su boca, pero no duró ni unos segundos ya que la había lamido–. Puerca.

–Niñita.

–Pervertida.

–Monja.

–Loca.

–Santa.

–No.

–Si.

–No.

–No.

–Gracias –sonrío triunfante y me río de ella pues no caí en su juego de palabras.

–Parecen unas niñitas de cinco años peleando por quien tiene la muñeca más linda –aparece Génesis en living de la casa de Maddie, asustandonos–. Y deberían aprender a cerrar la puerta.

–¿No la cerraste?

–Tu entraste última –se excusa Maddie levantando los brazos a la altura de su rostro–. Dile a ella, no a mí.

–Nunca van a cambiar –murmura Génesis rodando los ojos–. ¿Que estaban haciendo?

–Maddie me estaba atacando con preguntas pervertidas sobre la noche anterior –respondo rápidamente mientras señalaba a Maddie con mi dedo índice, quien silbaba mientras miraba de un lado a otro como si no se hubiera dado cuenta de nuestra existencia.

–Pervertida –le dice Génesis y luego le da un zape, haciendo que Maddie de abalance contra ella empezando una pelea en el suelo–. ¡Sueltame! No quiero golpearte Maddie, no quiero dejarte con una mejilla morada y un brazo roto.

–¡Chicas! no inicien una pelea porque...

–¡Tu cállate! –me gritan al unísono asustandome, pero como soy buena perra. Les hice caso y me senté en uno de los sillones frente a ellas para poder admirar en primera fila como se arrancan los cabellos.

–Maldita!

–¡Perra!

–¡Sin cerebro!

–¡Cabello teñido!

–¡Cabello paja!

–¡Anormal!

El timbre de la casa suena repetidas veces, pero ni eso las separa. Así que me acerco trotando hasta la puerta y la abro, pudiendo observar a los chicos.

–Pasen con cuidado pues unos cocodrilos sin cerebro se están peleando en el living –los chicos me miran confundidos mientras entran lentamente a la casa.

–¡Maddie!

–¡Genesis!

Ambas chicas se detienen y miran a sus amados, y al unísono dicen: –¡Ayuda! ¡No me copies! ¡Maldita!

Y siguen la pelea de los cocodrilos sin cerebro en el living, ni sus amados las detuvieron. Pero luego de unos segundos decidieron ir al rescate de sus parejas, separándolas con un poco de dificultad y ganándose unos cuantos rasguños en sus brazos.

–Te has salvado de tener un brazo roto, Maddie Hingerbug –amenaza Génesis mirando a su presa con los ojos entre cerrados.

–¡Ja! Tu te has salvado Génesis Black, te iba a dejar sin cabello el cual teñirlo –amenaza la presa mientras trataba de zafarse del agarre en su cintura impuesto por Tyler.

–¡Callense! –grita Dominic haciendo que ambas chicas se asusten y se queden quietas como estatuas de un museo; luego las mira detenidamente a cada una antes de suspirar cansado–. Si tienen cerebro, dejen de pelear porque parecen dos pulgas peleando por un trozo de comida.

–¡Ella empezó! –gritan al unísono señalándose la una a la otra, y al notar eso intentan zafarse del agarre de sus novios para seguir peleando.

–Dios mío.

Río ante las palabras cansadas de Dominic, contagiando a todos los presentes.

———— • ————

Nunca pensé que saldría enamorándome de Zayn –dice Génesis riendo levemente–. Pero mirenme, ahora estoy sobre el regazo de él siendo mi pareja.

–Y tu hermano lo mata con la mirada –digo burlona mientras miraba a Dominic–. Ya Dom, deja de asustarlo al pobre.

–Amm... Dominic, sabes que yo quiero a tu hermana y no haría algo que la lastimara –habla Zayn mientras se ocultaba detrás de la espalda de Génesis y solo sus ojos sobresalían–. Por favor deja...

–Esta bien –le corta Dominic–. Voy a darte la tranquilidad y la confianza para que seas novio de mi hermana, te doy mi bendición. Pero falta la de mi padre.

–¡Ya lo conoce! ¡Tienes la bendición de los dos hombres de mi familia! –le grita Genesis emocianda a su novio, y luego lo besa en los labios–. ¡Dom, Gracias!

–¿Que tal el juicio? –le pregunto a Tyler, y este me mira con una sonrisa de oreja a oreja.

–Excelente, ambas están en la cárcel por abuso infantil y por cómplice –me responde mientras agachaba la mirada lentamente, pero Maddie lo detiene haciendo que la mire–. Y recibí todo el dinero que dejó mi padre antes de morir, así que... Todo bien.

–Bien.

Le sonreí, feliz de que su vida este tranquila nuevamente. Y mucha más junto al lado de Maddie, son una linda pareja.

–¿Qué Tal si nos vamos a vivir a Nueva York? Todos –pregunta Dominic rompiendo el silencio que se había formado–. ¿Que dicen?

––Nueva York. Todos. ¡Perfecto! –grita Maddie emocionada sobresaltando a Tylee–. Vamos todos a Nueva York.

–Yo sigo a Dominic –dice Génesis encogiendo los hombros–. ¿Tu? ¿Que dices mono retrasado?

–Claro que si, chica de cabello pintado –le da un casto beso en los labios–. Faltas tú Gia ¿Vamos?

Todos prestan su atención en mi, poniéndome nerviosa. Y miro a Dominic, quien me muestra una sonrisa de oreja a oreja.

–Si, te voy a seguir a donde vayas Dom –digo sonriendo y luego lo beso en los labios.

–Te quiero –susurra en medio del beso, causando que sonría.

–¡Nos vamos a Nueva York!

–¡Estudios!

–¡Fiestas!

Acá termina mi historia de chica adolescente, e inicia mi nuevo camino como Universitaria.

Solo tengo algo que decirles. Never. Never. Never Give Up. ❣

GRACIAS

Héroe Sin Capa - Sin EditarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora