Héroe Sin Capa - Sin Editar

Capítulo 70

–¿Fueron al baile? –nos pregunta Samara.

–No, ese día Leyla mandó secuestrar a Gia –ladea un poco la cabeza, Maddie.

–Pero nos han informado que estuvo aburrida –digo.

–Maldita perra de Leyla –dice entre dientes, Samara–. Siempre arruinando todo.

–Solo no hay que hacerle caso –digo encogiendo mis hombros–. Leyla, ya fue capturada.

–Si, tienen que estar tranquilas –nos dice Dominic– todas.

Todas nosotras nos miramos nerviosas, pero de repente empezamos a reírnos a carcajadas dejando confundidos a los chicos.

–Estas chicas necesitan un buen loquero –dice burlón, Tyler–. Ya paren, locas.

–Es-es que no-no sé porque estamos riéndonos –digo entre risas.

Y así estuvimos, riéndonos sin razón alguna. Pero era una risa real, con la que nos olvidamos por completo de lo que estaba pasando a nuestro alrededor.

Se qué Leyla esta capturada, pronto entre las puertas y paredes de un loquero de máxima seguridad; pero no puedo evitar sentir ese miedo que ella plantó en mí. Ese miedo que no dejo mi cuerpo hasta meses después de lo sucedido en mi casa junto a mi madre, un mes después de que tuve mi examen de admisión, dos meses después de que ella sentenciada a estar encerrada por muchos años.

Ese miedo fue desapareciendo poco a poco entre los brazos de Dominic, ese chico de cuerpo tatuado. Chico que me enamoró hasta estar completamente pérdida por él, a quien le entregué todo mi amor y siempre lo voy a hacer.

–Te quiero Dominic Black –susurro en su oído.

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Días después

–Al fin, libre de todo estudio –suspiro saliendo del Instituto–. Aunque dentro de pocos meses voy a estar entrando a la Universidad.

–No te salvas –ríe Dominic haciendo que lo mire con los ojos entre cerrados–. Nos vemos más tarde ¿si? Tengo que ir a ver mis papeles en la Universidad.

–Que mal que seas mayor de edad y tengas que hacer tus propias cosas –me quejo infantilmente–. Aunque eso está bien, pero...

–Pero nada –me calla con un beso–. Tu pronto cumplirás mayoría de edad, así que no te quejes linda.

Ruedo los ojos causando que él ría, luego de unos cortos besos entre nosotros se despide. Me quedo en medio del estacionamiento viendo como se va alejando en su auto, hasta que decido subir al mío.

–Querida amiga, ¿Te pensabas ir sin nosotras? –dramatiza Genesis entrando al asiento de copiloto, y Maddie en los asientos de atrás.

–No –río levemente, estas chicas nunca van a cambiar–. Estaba esperándolas, vamos al centro comercial porque necesito comprar un vestido para el día de hoy.

–¿Que día es hoy? ¿Que lo hace especial? No es tu cumpleaños, ¿O sí? –me ataca Maddie con preguntas causando que me ría.

–Hoy Dominic me invitó a salir –respondo nerviosa–. Y quiero vestirme elegante, porque me dijo que hizo una reservación.

–Con mucha más razón –habla Genesis–. Sus reservaciones son en restaurantes lujosos, pulseras y anillos extravagantes al igual que los pendientes. ¡Al centro comercial!