Sólo Un Beso [#CarrotAwards2018]

Prólogo ❣️

Sentada en una fría e incomoda silla, miraba hacia el vacío, ya nada tenía sentido, no podía estar pasando no en ese momento, no ahora.

¿Que haría con su vida? ¿Como seguiría?.

Su acompañante la vio preocupado desde la otra esquina, tenía que ser fuerte, por su familia. Pero el castaño no soportó mas y salió de la sala, llamaría a su padre, necesitaba saber si ya venían en camino.

—¿Padre? —Su voz salió en un susurro apenas descolgaron.

—Hijo, ¿como están? ¿Ya comió? —Inquirió tenso.

—No, no quiere nada, me preocupa

—Ya estoy en camino, llegamos en una hora. Intenta que salga de ahí —Rogó, aunque sabía que no le haría caso quería que lo intentará aunque sea.

—Haré lo posible —Y con esas palabras termino su llamada.

Cuando el castaño volvió a la sala, esta estaba vacía, inmediatamente se preocupo y fue corriendo hacia el quirófano.

—¡No, no, no! ¡Usted me esta mintiendo! —Los gritos y sollozos se escuchaban por todo el hospital.

—¡Alexandra! —Se acerco abrazándola por detrás, la consoló hasta que quedo dormida.

El menor de los Mcgreen no sabía que era lo que pasaba, así que decidió investigar, algo que se le daba muy bien. Cuando llegó a la oficina del doctor, este lo cacho en la movida, y no tuvo mas que hablar con el.

En la sala de espera una rubia salía a toda prisa de ahí, como pudo encendió su coche a pesar de no tener la llaves. Condujo hacía la universidad, donde se encontró a su padre aterrizando un helicóptero, y el decano esperando por el.

Espero a que todos bajaran, cuando lo hicieron ella corrió hacia su familia, todos tenían el corazón roto.

—Oh, cariño. —Exclamó con tristeza su tía, la abrazo y ella se dejó consolar por el amor de su tía.

—¿Que ha pasado? —Una mujer castaña le preguntó por detrás con temor.

No le dio tiempo de contestar, el teléfono de su padre había sonado. El contestó y su cara se volvió blanca, las manos le temblaron y su mirada reflejaba lastima.

En el hospital el menor de los Mcgreen buscaba a la rubia, no supo de ella y decidió llamar a su padre para contarle, pero no imagino que llegará tan rápido.

—¿Donde esta? —Su novia llegó justo en el momento que toda la familia entraba por las puertas del hospital.

—Habla. —Ordenó Alexandra con autoridad, siempre había adoptado esa forma cada vez que no quería enfrentar la verdad, era su modo de defensa.

Su hermano suspiró con pesadez.

—Cuarto 321, tercer piso.

La fuerza de Alejandra se fue a la mierda cuando se dio cuenta en que piso estaba, la morgue. Corrió hasta que llegó al segundo piso, pero incapaz de avanzar. Se quedó ahí, parada a medio pasillo. Suspiro y camino con gesto decidido.

Encontró la puerta, y preparada para lo que sea, la abrió.

—Hola —Alexandra se congeló en su lugar al escuchar su voz.

¿Que hacía ahí, se supone que el tercer piso es la morgue no? Fue cuestión de seguridad, nadie podía enterarse de que el estaba ahí.

—Hola... —Estaba en shock, no sabía como reaccionar.

Hace unas horas el doctor le había mencionado que habían algunas complicaciones en la operación y pocas probabilidades de que saliera bien.

Y ahora estaba ahí seis horas después, vendado de la cabeza y en una cama de hospital.

—¿Que haces aquí? ¿Ya te dejaron salir? —Pregunto desde su cama acomodándose, la cabeza le dolía, pero eso no impedía sentir emoción porque su amiga estaba con el.

—¿Qué? —Alexandra no entendía, su amiga entró a la habitación, sintiendo pena.

—Lex, Lex, será mejor que te vayas, ven vamos —La tomo por los hombros —, te lo explicaré.

Ambas salieron de la habitación, la rubia no había articulado palabra y su amiga lo entendía, estaba girando los engranajes de su cabeza.

—¿Él..? —Su amiga asintió lentamente, también le dolió esa escena.

—Si, lo siento... —Su cuñado llegó encontrandolas en el pasillo

—Te enteraste —No fue una pregunta, fue una afirmación, su hermano la abrazo.

Alexandra se movió incomoda, dejó a que su familia visitará a su "amigo" en cuestión. Se sentía mas que perdida, su estómago se contrajo y volvió a ver la pequeña bolsa de plástico. El día anterior a la operación una enfermera le entregó las pertenencias de su "amigo" y en ellas había una caja de Tiffany con un anillo de oro blanco.

Recordó ese día y como empezó.