Ya faltaban pocos minutos para que sean las 5 am y Caleb aún no llegaba a su casa. Decidió salirse de la fiesta y regresarse caminando a penas se había enterado lo de Luna, lo cual, lo había incomodado. Se sentía un completo idiota al sentir todas esas sensaciones con respecto a su novia y Luna. Ella era su amiga. Pero después de ese "casi beso", las cosas han cambiado. Él la extraña. Demasiado.
No puede hablarle; Bea lo mataría si lo hiciera. Golpeando cualquier piedra que se encuentre a su paso, siguió caminando y ocultando ambas manos en los bolsillos de su casaca negra de cuero. ¿Por qué tenía que sucederle eso y más ahora? Se sintió más idiota al pensar que tal vez, ella podía sentir algo... como en el pasado, él... Dejó de cuestionarse y trató de tranquilizarse. Él amaba a su novia y Luna sólo era su amiga. Además, ella debe estar disfrutando con Luke. Su rostro se tornó serio al imaginarse una escena de sus dos amigos besándose.
Siguió caminando hasta que a unos dos metros aproximadamente, divisó a la chica que minutos antes había estado rondando su cabeza, e inevitablemente corrió hacia ella.
- ¡Luna! - gritó cuando la tuvo al frente. Ella se veía con los ojos brillosos (una señal de que iba a llorar), su cabello algo desordenado y descalza, ya que sus tacos los llevaba en una mano. Caleb se asustó al ver en la condición que se encontraba su amiga.
-Ca...Caleb... - dijo ella, sorprendida en un tono muy bajo. Luna quiso abrazarlo. Pero estaba dolida con él. Él la siguió inspeccionando para ver si es que notaba alguna herida u otra cosa.
- ¡LUNA! - escucharon a alguien gritar. Caleb miró sobre el hombre de Luna y vio a Luke que salía de la casa de atrás terminando de ponerse una camisa. Rápidamente, todo encajó en su cabeza. Algo más había sucedido entre ellos dos.
-Luke déjalo ahí, luego hablamos. - se voltio a decirle. Pero él no le tomó importancia y se molestó de ver a la persona por la que habían discutido.
-No sabía que estabas acá. - Estaba 100% incómodo.
-Estaba regresando de la fiesta cuando vi a Luna salir mal de tu casa. - respondió. - ¿Qué le hiciste Eulberg? - Caleb avanzó y se puso en frente de él. No iba a dejar que pensarán lo peor.
-Nunca dañaría a Luna. - aseguró. - No soy idiota, Caleb. - el moreno bufó. Sabía que eso había sido una indirecta. - Además ella y yo somos libres de hacer lo que queramos y se nos plazca. - Luke levantó una ceja y el otro quiso estrangularlo. Tenía una idea por la cual el castaño había dicho lo último.
-Ella es menor que tú. Eso debería quedarte claro. No puedes aprovecharte - Caleb puso su dedo índice sobre el pecho de él. Aquello fue un grave error, porque Luke lo empujó con ambas manos.
- Pero... ¿Qué diablos te pasa? - Luke se volvió a acercar. Listo para atacar.
- ¡Ya basta! - los regañó Luna y ambos pararon. - Me tienen harta !Tú! - lo señaló a Caleb. - ¿Crees que con defenderme voy a olvidarme que me has estado ignorando? Y tú, Luke. - ahora señaló al castaño. - Te dije cuáles eran mis sentimientos ¿No lo puedes comprender? Sólo dame tiempo.
-Lo siento, Luna. - se disculpó el último. - Déjame llevarte a casa. - Luke se trató de acercar, pero ella se lo impidió.
Caleb la miró a los ojos y ella corrió la mirada. Le dolía verlo y saber que su corazón no le pertenecía.
- Es peligroso que te vayas a esta hora. Puedo llevarte o pedir un taxi.
- Él tiene razón... Luna.
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"Nunca te lo dije"
Novela JuvenilEl amor es impredecible y siempre va de la mano del complicado destino... Y ni hablar del corazón que simplemente hace lo quiere: Se enamora sin importarle que salga herido porque la otra persona no le corresponde. ¿Qué pasaría si te dijera que enam...