Capítulo 11: La propuesta (parte II)

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Ya todas mis amigas y familiares sabían que Caleb Maalouf iba a ser mi cita para el baile. Mis amigas se emocionaron mucho, hasta casi hacen una fiesta por eso. Por el lado de mi familia, ellos se alegraron, bueno no tanto, pero lo hicieron. Es que ellos no conocían a Caleb personalmente. Había hablado varias veces sobre él pero de ahí nada más. Lo más gracioso es que cuando les dije que ya tenía cita, mi mamá y Jake pensaron que hablaba de Nate. Definitivamente ellos estaban embobados con mi mejor amigo.

Como lo dije la vez pasada, en el colegio ya no hacíamos nada importante. Los profesores sólo hacían pequeños repasos y luego nos permitían hablar. Algo raro, pero beneficioso para nosotras.

-¡Ay por Dios, me da un ataque! - dramatizó Dani al ver la foto de la revista que Lauren había traído. Mis mejores amigas y yo estábamos sentadas en el piso del salón en un pequeño grupo mientras veíamos revistas.

-Demasiado para mis ojos. - bromeé.

-Taylor Lautner hazme un hijo por favor - susurró Karen y todas reímos. La foto que estábamos viendo era de él.

-Ahorita mismo me voy a su casa y lo obligo a casarse conmigo. - comentó Violet con ojos de deseo. Tenía que aceptar que estábamos locas y con las hormonas alborotadas.

Estuvimos así por un rato viendo y hablando tonterías como las demás chicas del curso hasta que la profesora nos avisó que iban a tener una reunión de docentes y que por lo tanto teníamos que ir a los grados menores para cuidar a las alumnas. No me gustaba cuidar a las chicas de 15 ó 16 años, así que me fui con Lauren al salón de las niñas de segundo grado de primaria. Algunas de ellas ya nos conocían y cada vez que íbamos a cuidarlas nos regalaban una sonrisa y nos esperaban con los brazos abiertos.

Había una niña en especial que me encantaba. Su nombre era Rafaela. La niña era una versión mía de pequeña. Bueno, eso era lo que decían todos. Teníamos el mismo color de ojos, cabello y piel. Por un momento, llegué a pensar que éramos familiares, pero eso quedó descartado. El punto es que Rafaela era la hermana pequeña que siempre quise tener.

-¿Luna puedes contarnos algún cuento o historia como lo hace nuestra profesora? - Lauren y yo nos encontrábamos al frente de todas las alumnas sentadas en sus carpetas.

-Pero yo no sé contar... - dije haciendo muecas raras. - ¿Lauren, tú te sabes alguna?

-Nada. Me he leído todos los libros de crepúsculo pero no creo que puedan entenderla... - Rayos. Estaba atrapada.

-¿No quieren hacer otra cosa? - les pregunté con algo de esperanza, pero ellas negaron mi petición.

-Cuéntanos cualquier historia. - me dijo Rafaela, quien se encontraba en la carpeta de adelante.

-¡Luna! ¡Luna! ¡Luna! - empezaron a decir la niñas y luego mi mejor amiga se les sumó.

-Esta bien, esta bien. Pero tengan en cuenta que no soy muy buena en esto. - Uno de mis pasatiempos favoritos es leer y me sabía de memoria muchas novelas. También había escrito una pequeña novela, pero jamás se la había contado a alguien. Así que no sabía si era muy buena en ese campo.

-¡Sí! - gritaron las niñas.

-Había una vez una chica que vivía a las afueras del reino... - empecé a contar una historia que recopilaba de todo un poco. - Ella solía ser muy tímida, pero cuando la conocían descubrían que hablaba demasiado. Su carisma era una característica peculiar. Sin embargo, esta chica también solía tener su lado loco y rebelde. Cuando alguien la hacía enojar, era mejor mantenerse al margen. Pero el mundo de esta chica cambio o más dicho se sacudió cuando conoció al príncipe del reino. - dije enfatizando la antepenúltima palabra para darle un efecto más interesante. - Este príncipe no era el típico hijo del rey. - sonreí. - Sino que era un chico misterioso, algo rebelde y con un estilo rockero. Amaba utilizar sus casacas de cuero y montar su moto. - Las niñas me miraban asombradas mientras yo caminaba por todo el salón y contaba la historia. - Sus padres no estaban muy contentos, pero no podían hacer nada. El príncipe parecía un bad boy. Hacía todo lo contrario a lo que el reino quería. - reí mientras me acordaba de alguien. - Sin embargo, esta actitud de "chico malo" enloquecía a todas las chicas del reino. Todas querían capturarlo, aunque este siempre se las hacía bien difícil. Hasta que un día, decidió manejar en moto hasta las afueras del reino. Había discutido con los reyes por querer emparejarlo con una princesa de otro reino así que salió enojado. Cuando llegó a un lugar más tranquilo, en donde el área verde predominaba y se respiraba un aire fresco, dejó su moto a un lado y empezó a caminar a una distancia no tan lejos, cuando de repente, ¡chocó con alguien! - exclamé.

"Nunca te lo dije"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora