― [28] ; veintiocho

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EDITADO 18/04/2015

El lugar había quedado completamente excitado y sudoroso después del baile de esta chica, quien había terminado en sostén y a punto de destapar más carne. Todos los hombres presentes habían exigido más pero ella se negó juguetona. Me quedé algo obsesionada por ver a ese tal Michael, receptor de la dedicatoria de aquel erótico baile pero lo había perdido entre la multitud. Debía admitir que tenía miedo de que fuese el Michael que yo conocía. Mi Michael.

Me alejé lo más que pude del escenario hasta llegar a un punto del lugar en el que no pudiera ver a la chica la cuál me repugnaba.

—Hey, Dev —me llamó Harriet. —¿Te encuentras bien? Sólo faltan dos horas para que nos larguemos de aquí.

Sonreí.

—Dos horas aún, Harriet. —Dos horas de pura tortura. Pensé.

—Gracias por traerme aunque no hacía falta —sonreí a Harriet. Había pasado la noche en su casa y me había alcanzado hasta la casa de Ed. Obviamente después de que le explicara y le contara todo lo que yo sabía y había pasado con el pelirrojo. 

—De nada, pero sólo recuerda decirle a ese precioso colorado que tienes una amiga que está cien por ciento disponible, ¿si? 

Reí. 

—Claro, Harriet —prometí. —Adiós. 

Escuché el motor del auto arrancar y desaparecer a la distancia, pero no había podido voltear a verlo porque la preciosa e inmensa casa había capturado por completo mi atención. Desde afuera se podía apreciar una hermosa entrada y tres pisos, con el sonido de las olas que seguro estaban detrás de la construcción. ¿Iba a pasar el fin de semana esta mansión con cuatro chicos y mi hermano? Será divertido.

—Oh, ¡hola Dev! —Saludó Ed cuando me abrió la puerta. —Pasa. 

—¿Ya llegaron todos? —Pregunté una vez en su inmensa sala de estar.

—Sólo falta Mike, los demás están afuera corriendo cómo niños.

Reí.

—No me sorprende en lo absoluto —caminé hasta el ventanal que daba al patio y, efectivamente, ellos estaban allí en traje de baño corriendo bajo el sol, persiguiéndose los unos a los otros con pistolas de agua. 

—Ven, te llevaré a la habitación dónde te quedarás —dijo, mientras me invitaba a subir las escaleras. —Esta casa es preciosa, ¿no es así? Además de ser inmensa. Todavía no sé cómo no me perdí. 

—Tienes razón —asentí. —Es un maravilloso lugar y esto cien por ciento segura de que deben haber pasadizos secretos con más habitaciones inmensas por aquí. 

—Me encantaría que sí, pero no lo averiguaré —sonrió. —Es aquí —abrió una puerta. 

La habitación era del tamaño de la mía multiplicado dos veces. Me encantaba.

—Cámbiate y luego baja, iremos a la playa cuando arco-iris se digne a venir. 

Reí ante el apodo, al cuál inmediatamente relacioné con Michael porque sí, efectivamente era un arco iris. Cada dos semanas cambiaba su color de cabello, y ¿que es lo peor? Que todos le quedaban condenadamente bien. 

 Me tiré de espaldas a la cama, estaba muerta literalmente. Necesitaba dormir por lo menos cinco horas más. Recordé a los idiotas que me habían pedido algo para beber y que luego se fueron y a la tal Dallas. Esa chica no me agradaba en lo absoluto. La sonrisita falsa, el exceso de maquillaje en su cara, el demasiado grande escote y el short diez centímetros arriba de lo considerado demasiado corto no me dejaban considerarla alguien agradable. Y aún recuerdo sus palabras Si no les molesta, me gustaría dedicar este baile. Michael, es para tí. Deseaba poder haberle visto la cara al dueño de aquel nombre porque su melena oscura no me bastaba para quedarme tranquila. No tenía motivos para dudar del Michael que yo conocía, pero me sonaba a que podría llegar a ser él. Y ese nombre, Dallas... se me hacía muy familiar también. ¡Ya recuerdo! Salté de la cama para tomar mi teléfono, abrí los mensajes y lo encontré. Mi amigo desconocido había estado enrollado con una Dallas. ¿Y si era ella? ¿Y si el tal Michael al que le había dedicado el baile era el mismo chico que por mensajes me sacaba de quicio? 

Ugh, lo único que lograba era enredarme aún más. Decidí dejar de pensar en la noche anterior y cambiarme. Busqué en el bolso que había traído uno de los dos trajes de baño que había elegido. El primero que encontré fue uno azul y me quedé con ese. Me puse una musculosa holgada arriba y unos shorts. Bajé y los chicos estaban empapados caminando hacia la casa mientras Ed los miraba recostado en el marco de la ventana riendo a carcajadas. Recordé que había dejado mi teléfono arriba, así que corriendo volví a buscarlo. Desde la habitación y ya con el teléfono en mano, escuché la puerta abrirse y a todos saludar a quién había llegado. Michael. 

Cerré la puerta de mi habitación y comencé a caminar por el pasillo para encontrarme con los chicos abajo, pero Michael estaba a mitad del mismo. Sonreí al verlo observándome. Subí más la vista y mi sonrisa desapareció.

¿Se había teñido de castaño oscuro? 

HELLO THERE.

Me obsecioné nuevamente con I Miss You... ¿se nota? skljfksd. Bueno, se viene el drama bitches y bitchos, (¿cuántas veces dije eso y nunca pasó nada realmente interesnte? lol JAJAJAJJA) Pero, esta vez sÍ VA A PASAR ALGO SUPER INTERESANTE Y DRAMÁTICO. Porque empieza el sufrimiento, chicas... Y SE ACERCA EL FINAL. Esto les pasa por haber elegido segunda temporada, jejejejé. 

Y el Libro de Recomendaciones del que hablé ya está en mi perfil, por favor léanlo y comenten para poder registrar sus historias :) 

Y CÓMO SE ME PUDO HABER OLVIDADO. ¿¡200 MIL LEÍDAS!? KEKEKEKEKEKEKÉ. GRACIAS GRACIAS GRACIAS. lysfm.

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FUCKING AND PERFECT YOU; mgc #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora