Por el futuro...

97 2 6
                                    

Pasaron unos días en los que estuvimos debatiendo donde podríamos entrenar, era muy difícil ya que vivíamos en una ciudad muy poblada y no podíamos llamar la atención de nadie. Al final, acordamos reunirnos cada viernes en la zona abandonada de un polígono para entrenarnos juntos y no alarmar a nadie ya que nadie solía pasar por allí.

Llegó el viernes, todos estábamos impacientes por ver como empezarían nuestro entrenamiento por lo que,  Fayn nos comentó:

-Ya que estáis todos aquí, debéis primero entender de dónde proceden vuestros poderes.

La verdad es que no nos habíamos parado a pensar como no nos habíamos cansado en todos estos días corriendo o realizando ejercicio. Mantuvimos silencio y Fayn continuó:

-Si mi teoría no falla, ya que vuestros poderes surgen de otra forma que en mi planeta, creo que vuestros poderes proceden de vuestros sentimientos. Los humanos tenéis la capacidad de tener emociones y los poderes se centran en el que más destaca entre todos.

La verdad es que todo lo que estaba diciendo Fayn nos estaba confundiendo más de lo que ya estábamos bastante, pero nos ayudó diciendo:

-A ver, Alfonso, ¿Tu que es lo que sueles sentir normalmente?

Alfonso, sin saber que decir, se quedó pensando un buen rato hasta que dijo:

-Pues, creo que la curiosidad... Si, la curiosidad.

Fayn le dijo:

-La curiosidad te mueve a saber todo tipo de cosas, un sentimiento que puede ser inocuo o catastrófico si no se controla. Me gustaría que empezaras a tener curiosidad por todo lo que se te venga a la mente y cuando notes como si tu cuerpo fuera a explotar de esa curiosidad quiero que te relajes lo más rápido posible.

Creo que Alfonso empezó a tener curiosidad por saber como era Fayn, como eran los kryt y como serían los poderes. Sería lo más lógico pero no tengo ni idea de que fue lo que le hizo tener tanta curiosidad que provocó un fogonazó que nos cegó, recuperamos la vista rápidamente y vimos que Alfonso estaba blandiendo una katana envuelta en una especie de tornado. Todos estábamos flipando, sobre todo Alfonso que se puso a gritar de la emoción y empezó a pegarle al aire. El problema fue que los golpes crearon unos haz de aire afilados y chocaron contra la nave abandonada y acabó siendo derribada. Creo que Alfonso por un momento se sintió un dios y Pablo, Víctor y yo teníamos envidia la verdad. Fayn le dijo:

-Has invocado a Tornado, la katana cortante, su habilidad se basa en crear varios haz de aire cortantes capaces de destruir edificios enteros. Ahora os toca a vosotros averiguar cual es el que destaca sobre vosotros, adelante.

Pablo y Víctor empezaron a pensar que es lo que mas solían sentir y se dieron cuenta que lo que sentían a menudo era alegría. Esa alegría que te hace correr y hacer millones de cosas y no cansarte nunca. Hubo un destello más largo porque eran dos personas esta vez las que estaban invocando sus poderes. Víctor estaba empuñando dos cuchillas envueltas en electricidad y Pablo llevaba puesto unos guanteletes eléctricos. Víctor empezó a decir:

-¡Pablo! Que tengo dos dagas, soy un asesino imparable. Fayn, ¿Que habilidad tienen estas cuchillas?

Fayn le dijo:

-Se llaman Némesis, hacen que su portador aumente su velocidad por diez y son capaces de paralizar al rival si está muy herido.

Pablo, que había estado comprobando el arma de Víctor dijo:

-¿Y estos puños, que hacen?

Fayn respondió:

-Se llaman matailusiones y hacen que el que las lleve puestas sea capaz de golpear con la fuerza de un dios y pueda inutilizar el poder del enemigo durante un breve tiempo.

Todos estaban flipando con sus armas y les encantaban los nombres pero yo aún no había logrado invocar el arma. Fayn me dijo:

-Te estamos esperando Antonio, te recuerdo que algún día tendremos que hacerle frente e la FEP.

Me puse a pensar en mis emociones y como era de esperar acabé recordando mis recuerdos, no eran buenos ya que tuve un pasado malo, aunque esta vez no me deprimí, al contrario, empecé a cabrearme, a sentir... Odio. Hubo un resplandor como los demás y empuñaba una guadaña, la cuchilla estaba envuelta en un aura morada, todos me felicitaron por conseguirlo porque, por un momento, parecía que no lo iba a lograr. Pablo me dijo:

-Venga Antonio, si es que siempre eres el último en todo.

A lo que Víctor le siguió:

-Tu guadaña mola pero mis dagas son más chulas, no me lo niegues.

Alfonso me dijo:

-Vamos ese Antonio que lo ha conseguido, por cierto, ¿Qué poder es el tuyo?

Fayn resaltó sobre mi voz y dijo:

-Su poder es Odio, no os indignéis, al igual que hay poderes de la naturaleza y  sentimientos hay también de las emociones. Su arma se llama Sombra, permite al portador recuperar energía rápidamente y es capaz de causar hemorragias.

Empezamos a practicar peleando contra nosotros mismos, la verdad es que cada uno tenía sus ventajas. Por ejemplo, era muy difícil predecir los movimientos de Víctor, en un instante estaba a nuestras espaldas listo para golpearnos. Los golpes de Pablo eran temibles, un puñetazo contra el suelo hacía el suelo retumbar y desquebrajarse. La katana de Alfonso no paraba de crear montones de haz de aires cortantes que nuestras armas bloqueaban a duras penas y sudor. Y mi guadaña me otorgaba una recuperación que nunca me sentía fatigado junto al mínimo corte podía provocar una hemorragia.

Llegó la noche y Fayn dijo seriamente:

-Seguiremos entrenando durante una semana, confío en que estaréis preparados en este tiempo. El entrenamiento de hoy ha acabado, podéis volver a casa.

Todos estábamos agotados por lo que volvimos a nuestras casas y descansamos aunque, fue una rutina agotadora durante esa semana la cual, no hubo tregua, todos los días, íbamos a entrenar allí y notábamos como nuestros sentidos y fuerza aumentaban progresivamente a nuestros combates. El último día, Fayn nos dijo:

-Creo que estáis listo para hacer frente a FEP, llevamos varios días intentando lograr esto y habéis demostrado ser capaces de defenderos sin problemas. Mañana os quiero a todos en la explanada enfrente del edificio, tenemos que asegurar un futuro a todos.

Víctor, seguro y decidido, dijo mientras levantaba su arma:

-Por el futuro.

Acto seguido, todos respondimos:

-¡Por el futuro...!

Después de esto, nos fuimos a nuestras casas y nos acostamos. Nos costó conciliar el sueño ya que sabíamos que mañana sería un todo o nada. Teníamos que ganar, si perdíamos, a saber que podrían hacernos y que le harían a Fayn. Sabíamos invocar los poderes pero no sabíamos contra lo que nos enfrentábamos. Pero había que hacerlo... Por el futuro...  

Las Almas SurgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora