Parte 3

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Pov. Nico

Me desperté con Will abrazándome. No lo desperté, no me molestaba. Le quité unos mechones de su cabello rubio y los puse detrás de su oreja, para apreciar mejor sus pecas. Pero lamentablemente la azafata estaba llegando y yo no sabía poner la mesa.

— Will..— le susurré en el oído.

Él se despertó enseguida. Qué lástima, yo quería seguir susurrándole.

— ¿Qué pasó Nico? — preguntó él frotándose los ojos.

— ¿Cómo se pone la mesa? — el se rió un poco y bajo la mesa de los dos.

Llegó la azafata. Era la misma azafata que le había sonreído a Will cuando entramos al avión.

— ¿Qué quieren de tomar? — preguntó ella.

— ¿Cuáles son las opciones? — preguntó Will.

— Tenemos jugo de naranja y de toronja, tenemos leche, tenemos agua y tenemos licuados.

— Un jugo de toronja para mí, por favor ¿y tú Nico?

— Leche, por favor.

Ella nos puso nuestras bebidas junto un plato de cartón que tenía huevo revuelto.

— Gracias.— dijo Will. Ella le lanzó un guiño.

Para ser comida de avión no estaba mal. Al parecer, yo tenía hambre porque Will apenas llevaba dos bocados, y yo ya no tenía comida.

Una media hora después paso otra azafata a recoger los vasos y los platos. Puse otra película, ya no quería una película triste, así que elegí meticulosamente la película, al final me decidí por:
Siempre a tu lado, Hachiko
Es de un perrito, no puede ser triste.

1 hora y media después...

— Nico, ¿que pasó ahora?

— Hachi...— dije sollozando.

— ¿Viste Hachi? — asentí con la cabeza— Hachi es una de las películas más tristes de la historia. Ven aquí.

Will me volvió a abrazar. Me gusta que Will me abracé, cuando Will me abraza no me siento nervioso, me siento tranquilo y calmado.

— ¿Mejor?— dijo Will sonriendo.

— Mejor.— sonreí.

Después de 6 largas horas después el capitán habló.

— En unos minutos vamos a aterrizar en Venecia, Italia. Favor de colocar sus cinturones de seguridad.

Will se puso el suyo, y yo me puse el mío. La misma azafata del desayuno pasó por todos los lugares revisando que todos tuvieran sus cinturones de seguridad. Se detuvo en el nuestro y se detuvo un segundo mirando a Will, después le sonrió.

Ahora no tenía dudas, ella estaba coqueteandole a Will, bueno, tratando porque Will ni al caso. Sonreí por lo bajo.

— ¡Nico!, ¡sonreíste! ¿estás feliz por volver a Italia?

— Sí, supongo.

Como sea, aterrizamos en Venecia. Recogimos nuestras maletas y salimos del aeropuerto. Ví las hermosas casas coloridas de Venecia, creo que extrañaba un poco este lugar.

— Tenemos que ir al hotel, vamos.

Guíe a Will entré la multitud. Se perdió un par de veces pero, siempre lo encontraba. Era un poco divertido, verlo de lejos confundido sin saber dónde estaba.

Cuando al fin llegamos al Hotel Flora, yo hice el chequeo y la conversación con la recepcionista fue algo así:
"Nuestra habitación está bajo el nombre Solangelo"
"¿Esta seguro?"
"Si, ¿por qué? ¿hay algún problema"
"No, para nada. Están son sus llaves, habitación 47"

Fue muy raro, pero no le dí importancia. Abrimos la puerta y Oh, ví el problema. En la habitación había una sola cama, y encima de la cama había una carta. Solté la maleta, haciendo que esta cayera al piso y fui por esa carta.

— ¿Que dice? — preguntó Will explorando el cuarto.

— Dice: "Queridos Will y Nico, Soy Piper y con un poquito de ayuda de Annabeth logramos hackear la computadora de Quirón cambiando dos camas por una, porque no es justo que ustedes estén en Italia, y nosotras en el campamento. Con cariño Piper y Annabeth".

Esa carta terminó rota y arrugada en la basura. La abría quemado pero Will me avisó de los riesgos de inhalar humo.

Will me miró.

— ¿Quien se baña primero? — preguntó él.

— Tu.— respondí yo.

— Ok. — Will sacó un cambio de ropa de la maleta.

Will se metió al baño y yo comencé a desempacar la ropa y guardarla en los cajones del hotel.

Pase unos minutos guardandola. Preparé mi cambió de ropa. Y exploré la habitación de hotel, era interesante y era bonita no estaba mal, excepto por la única cama.

Cómo sea, escuché que la puerta del baño se abría, agarré mi cambió de ropa, me dí la vuelta y... Will solo tenía una toalla que le cubría cintura para abajo.

Sentí que mis mejillas ardían.

— Ya te puedes meter a bañar.— dijo Will.

— Sí.— contesté. Fui lo más rápido posible al baño con la cabeza mirando el piso.

Cuando cerré la puerta a mis espaldas, suspiré. Llené la bañera de agua caliente, me quité la ropa y me metí. 

Comencé a pensar. ¿Por qué las tontas de esa dos tuvieron que hackear a Quirón y hacerme sufrir por dentro? ¿por qué voy a tener que compartir una cama con Will? ¿por qué Will me hace sonrojar? Supongo que son preguntas sin respuesta.

Cuando termine de bañarme y de pensar en la vida, me seque y me vestí. Me puse una playera negra, unos jeans negros y unas botas negras. También me hice una pequeña cola de caballo, y salí del baño.

Will se vistió con una playera amarilla que tenía una frase en inglés, unos jeans normales y unos tennis blancos. Era un estilo muy Will

— ¿A dónde vamos primero Nico?

Esa fue la pregunta que me condenó. Al salir visitamos cada maldito museo que veía Will. No sé Will, pero yo terminé adolorido de pies a cabeza por tanto caminar. Al llegar al hotel estaba tan cansado que ni siquiera tenía ganas de comer.

Me quite los zapatos y me metí a la cama con la ropa que traía puesta. Por primera vez en todo el día no odié esa cama.

— Nico, ¿que quieres comer? Pediré servicio a habitación.

— Pide una pizza, por favor.

Después de unos minutos llego la pizza. Una hermosa pizza de cuatro quesos. No me levanté de la cama para comerla. Will se acostó en la cama y puso la pizza en medio, también puso una comedia con la que sólo yo me reía porque estaba en italiano.

Cuando devoramos esa pizza, apagamos las luces y nos acostamos. Antes de cerrar los párpados le avisé a Will algo de gran importancia.

— ¿Will?

— ¿Si?

— Mañana me reuniré con Hades.

— ¡¿Qué?!

Viaje a Italia- SolangeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora