-Si supiera que vendrías a visitarme tan a menudo, ordenaría un poco este desastre – se burló el joven.
- ¿Te crees muy listo? – ya estaba agotando la poca paciencia que le quedaba – Ya estarías libre, pero te rehúsas a cooperar.
-Escucha, si yo supiera eso ya estaría muerta, supongo. No es que me importe su miserable vida. Alexander me prohibió acercarme a ella.
-No eran amigos ustedes?
-Éramos. Hasta que Katherine desapareció.
-La chica dispuesta a todo por su querido. Una pena.
Hubo un gran silencio. Aún encerrado en ese asqueroso lugar podía sentir lo que sucedía en su entorno. Al igual que la respiración de una joven que se estaba aproximando cuyo nombre no sabía. Podía sentir su miedo. Al salir de ahí, August solo lanzó a la chica como si fuera un saco de basura, donde la esperaba su depredador.
Mientras se alejaba, se escucharon los gritos desesperados de aquella muchacha, hasta que ya no pudo más. Con certeza ya estaba muerta. Y eso significaba que ese estúpido joven sucumbía a la tentación con facilidad, estaba más que listo para asesinar a cualquiera. Aunque él no seguía órdenes de nadie.
***
Cada día que pasaba se volvía más y más agobiante. Alice sentía que pronto enloquecería, si es que no lo había hecho ya. Las pesadillas la atormentaban en las noches. En ocasiones despertaba con la sensación de que alguien estuviera estrangulándola, ó ahogándose; se sentía tan real, horrible. Ya hace dos semanas que habían regresado de las "pequeñas vacaciones". Extrañó tanto sus cosas que no paró de reclamarle a Eric. Si, fue cómodo, pero hubo momentos en los que se sentía observada en esa casa en medio del bosque. No se sentía segura saliendo sola.
Una noche pudo escuchar, y no es que fuera entrometida, que Eric y Melanie hablaban seriamente sobre un hombre, a quien por lo visto tenían que ayudarle a salir de cierto lugar a cambio de un favor, que, por lo visto, no confiaban mucho en él, pero iban a intentarlo de cierta forma. Sería peligroso, porque de no ser así ese tipo ya habría salido por su propia cuenta. Una trampa, dijeron ambos. Después de haber conversado por un largo rato, recibieron una llamada y se prepararon a empacar lo que iban a necesitar. Dejaron una nota para Asura creyendo que estaba dormida. Tontos.
Ella quería seguirlos.
Lo intentó, de verás lo intentó. El auto seguía estacionado, y ellos se habían marchado. ¿cómo? Ni siquiera tenían un vehículo, a menos que volaran. Aunque le dio un poco de risa el solo pensar esa posibilidad, solo pudo llegar a una conclusión: no eran humanos.
Basta. No era momento de pensar en ideas tontas. Era un bello día soleado, por lo que prosiguió a ir al baño, que por si no fuera poco era una de las partes más modernas de su casa, con su bañera independiente y todo. Al terminar se envolvió en una toalla y se acercó a su hermoso tocador de granito para aplicarse un poco de loción corporal. El espejo estaba roto y lleno de sangre igual que sus manos. No recordaba haber hecho tal estupidez. Su cuerpo comenzó a temblar.
¿Por qué no dejas de jugar a la niña buena?
Era una voz femenina, suave, hermosa y amenazante. No sabía de donde provenía.
- ¿Qué es esto? ¿es una broma? – exigió saber aún temerosa.
Chica tonta, siempre queriendo ser el centro de atención de los demás.
La mujer soltó una carcajada.
-No me parece nada divertido.
Antes de poder seguir interrogando a esa mujer que no veía en ningún lado, fue interrumpida por Eric que la llamó desde el otro lado de la puerta.
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Hija de la oscuridad
FantasyEventualmente iba a desaparecer ¿Qué más podía hacer? Sólo le quedaba proteger lo más preciado. Un día Ayleen Morgan, una mujer astuta con poderes desorbitantes decidió que no quería tentar la malicia de cierto hombre que solo estaba buscando robar...