Adicción (Joshler).

Dos

La mañana era fría, pero el sol ya había salido a iluminar a la ciudad.
Tyler seguía acostado dormido en su cama, hasta que su alarma sonó haciendo que el castaño diera un pequeño brinco del susto. Apago la alarma, bostezo, y se dirigió a su armario para cambiarse e irse a trabajar.
Tomo una camisa blanca, unos jeans y sus vans.
Se dirigió hacia su trabajo.
Tyler trabajaba en una cafetería no muy lejos de donde el vivía.

Al llegar a la cafetería, Tyler abrió el local pues su jefe no había llegado y el era el único empleado.

Durante todo el turno matutino era aburrido, pues no había muchas ventas.

Era su hora de ir a comer, pero no tenía nada de hambre, así que decidió quedarse.

-Hola, ¿Me podrías preparar un capuchino?. -Pedía aquel chico teñido con una gran sonrisa.

-Si. -Contesto el castaño seco.

Tyler se dirigió a la pequeña cocina del local a preparar el pedido de aquel chico.
Minutos después salió con el capuchino en las manos.

-Aqui tienes.

-Gracias. -Dijo ofreciendo otra sonrisa.

El teñido se quedaba ahí sentado mirando al castaño, bebiendo su capuchino, mientras el castaño solo lo ignoraba, pensando -¿Acaso éste tipo no piensa irse a otro lugar?- , pues la mayoría de las personas que compraban, pedían sus pedidos para llevar o se sentaba en una de las mesas del lugar. Al acabar de beber su capuchino, el teñido dejo el dinero en la mesa y, se fue sin despedirse del castaño, bueno pues éste no esperaba eso.

[...]

El castaño estaba en su departamento, estresado, desesperado, cansado y sobre todo ansioso.

Quería otra vez el veneno que según el, era necesario.

Salió del departamento lo mas rápido posible dirigiéndose en el lugar de siempre.

Al entrar al antro, se acerco a la misma barra, encontrándose con el mismo tipo de ayer, pero éste no estaba sólo, lo acompañaba otro chico, tenia una capucha, lo cual no permitía dejar ver su rostro, el castaño le resto importancia y se acerco al tipo mayor.

-E-eh Will, necesitó hablar contigo. -Pedía el castaño llamando su atención.

El contrarió volteó, y al reconocer al castaño una gran sonrisa se posó en el rostro de éste.

-Tyler, que gusto verte de nuevo. -Saludaba mirando de arriba a bajo al castaño. -Dime, en que te puedo ayudar.

-Necesito... Ya sabes.

-Claro Tyler, pero, ¿Tienes con que pagarme?.

-E-eh... No tengo dinero, pero supuse... Q-que podrías darmela, y pagarte de otra manera. -El castaño la necesitaba, según él, así que estaba dispuesto a volver hacer lo mismo que ayer.

-Ay niño, claro. -Dijo esté poniéndose de pié. -Bueno muchacho, nos vemos luego, ya sabes donde encontrarme para darme las ganancias del producto.

El contrario solo asintió, evitando voltear.

El mayor y el castaño se dirigían al mismo sitio de ayer. Tyler hizo todo lo mismo de ayer, y el contrario le dio lo que el castaño necesitaba.

Al día siguiente, Tyler se dirigía corriendo hacía su trabajo, ya que iba tarde, y necesitaba el dinero para pagar la renta de donde el vivía.
Al llegar el local ya estaba abierto, entro y se puso su uniforme de trabajó, al acabar de ponerse un pequeño mantil, su jefe lo llamo hacia su despacho, el castaño fruncio el ceño y se dirigió hacia el lugar.