La llegada y... el beso

648 7 13
                                    

Cuando la alarma del móvil  me despertó, eran las cinco de la mañana, a las siete partía mi avión.

 Al levantarme me percaté de que la almohada estaba húmeda, pues había llorado gran parte de la noche había estado meditando sobre que hacer respecto a lo ocurrido con Eric horas antes.

Hoy tenía pensado hablar con Miriam y explicarle la situación en la que me encontraba. Pero ahora debía prepararme para el largo viaje que me espera. 

Me vestí con ropa bastante cómoda, pues eran unas cuantas horas de avión, me puse unos vaqueros azules, una camiseta de color naranja, demasiado escotada para mi gusto, y unas bailarinas del mismo color. 

Cuando terminé de vestirme, bajé al piso de abajo para desayunar, aun no habían levantado ni mi hermano ni mi madre, pues era muy temprano. 

En la cocina, me preparé un café y una tostada; diez minutos después ya había terminado de desayunar.

Antes de ir a mi habitación para terminar de hacer mi maleta, fui al baño a lavarme los dientes, cepillarme el pelo y ponerme un poco de brillo de labios y rimel.

Volví a mi habitación, metí en la maleta las cosas de última hora como el cargador del móvil, el cepillo de dientes, un pequeño frasco de colonia...

En el instante en que cerré la maleta, mi madre entró por la puerta para despedirse de mi; se acercó a mi y sin decirme ni una palabra, me abrazó.

-Pasártelo bien. -Me deseó. -Venga, date prisa que la madre de Miriam acaba de llamar para decir que en cinco minutos están delante de casa. -me dijo mientras me daba un beso en la mejilla.

-Lo haré. Adiós mamá, te quiero.- le dije mientras salía de mi habitación dirigiéndome hacia la puerta.- Te llamaré cuando llegue, dale a Izan un beso de mi parte- le dije mientras me despedía de ella con la mano.

Cuando cerré la puerta de casa, Miriam y su madre ya estaban esperándome dentro del coche, pues la madre de Miriam se había ofrecido a llevarnos para que mi madre no tuviese que dejar a mi hermano solo en casa, pues

aunque ya era suficientemente mayor como para quedarse solo, mi madre seguía sin fiarse de él.

Mientras metía mi maleta en el maletero de la madre de mi mejor amiga, Miriam abrió la puerta delantera derecha del BMW de su madre para pasarse a la parte de atrás, supuse que para que yo no tuviese que ir sola en los asientos traseros.

Entré en el coche, saludé a mi mejor amiga y le di las gracias a su madre por llevarme. Tardamos algo mas de veinte minutos en llegar a la terminal.

Miriam y yo llegamos a la puerta de embarque, su madre se había marchado después de que facturásemos las maletas, aparentemente toda la clase estaba ya allí. Después de un rato, el profesor fue pasando lista.

Estábamos todos los de mi grupo menos... él.  Al cabo de un rato, la profesora nos mandó ir subiendo al avión; el otro profesor que viajaba con nosotros, se quedó esperando a que Eric llegase.

Llegamos al avión. Miriam y yo pensábamos sentarnos juntas, además, necesitaba hablar con ella. Estábamos sentadas bastante lejos de los profesores ,mejor así. Yo estaba sentada al lado de la ventana.

Cuando escuché el rudo de los motores, empecé a inquietarme, pues no había visto subir a Eric, aunque si al profesor que le estaba esperándole.

Me relajé en el momento en el que le vi subir al avión, se dirigía hacia mi, supuse que se iría a sentar unos asientos por detrás de nosotras, pues delante no quedaban asientos. Cuando pasó por nuestro lado, hizo uno de sus

Habitación 99Donde viven las historias. Descúbrelo ahora