Let's have a family

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George y yo nos encontrábamos sentados en la sala de nuestro departamento viendo una carrera de Fórmula 1 en la televisión. Tenía su brazo izquierdo sobre mis hombros mientas con su otra mano comía unos nachos con queso.

Mi mente divagaba en otros asuntos totalmente alejada de lo que ocurría frente a mis ojos. Desde hace un par de meses había comenzado a pensar en cómo sería tener niños por toda la casa, realmente siempre ha sido mi deseo pero no había conversado nada con George porque antes de casarnos habíamos acordado tener bebés luego de unos 4 ó 5 años de matrimonio, apenas llevábamos 1 año y no había querido saltar con el tema tan pronto.

Ahora mismo me estaba debatiendo entre si decirle o no, ya que no sabía cómo se lo tomaría o si pensara que es algo muy apresurado. Pero tenía la necesidad de hacerlo porque no quería seguir guardándolo por mucho tiempo y tampoco quedarme con la duda.

Iba a voltearme para hablar con él pero se me adelantó.

—¿Pasa algo? —preguntó—: Te veo muy pensativa.

—Amm...no...bueno, sí...quiero decir, no es nada malo, es solo algo que quisiera hablar contigo —me había puesto un poco nerviosa.

—Claro—puso la televisión en mute—. Soy todo oídos, ¿qué ocurre?

—Bueno...yo...no sé...me gustaría... —estaba aún más nerviosa, no podía coordinar ni una oración.

George me dio un pequeño beso en los labios y luego en las manos, quedándose con ellas entre las suyas, tratando de calmarme un poco.

—Tranquila preciosa, ¿sí? Soy solo yo, no tienes que ponerte nerviosa —me dijo con una sonrisa de lado.

—Es que no sé cómo vayas a reaccionar —dije bajando un poco la cabeza.

Él me tomó del mentón e hizo que lo mirara a los ojos.

—No me voy a enojar, ni me voy a reír, sea lo que sea. Dímelo, ¿acaso no confías en mí?

—Sí, claro que confío en ti.

—Entonces cuéntame.

—Pues... —suspiré—: ¿Recuerdas que hablamos antes de casarnos que esperaríamos un tiempo para tener bebés? —él asintió—: Yo...he estado pensando...y... —carraspeé—, me gustaría tenerlos ahora, siento que estoy lista para ello —terminé de soltar de golpe.

Cerré los ojos porque no sabía cuál sería su reacción, pero los abrí casi de inmediato cuando sentí que George me estaba dando pequeño un beso.

—Ay, mi vida —me miraba y sonreía con mucha ternura—, no tenías que ponerte nerviosa para decirme eso, a mí también me parece bien. Sí es cierto que no tenemos tanto tiempo casados, además de que es un gran paso, pero me parece que es una grandiosa idea.

—¿En serio? —dije ilusionada.

—¿Por qué no? Ya me imagino unos 15 mini-Georges corriendo por toda la casa, junto con 18 mini-Lauras persiguiéndolos —dijo riendo ante mi expresión.

—¿¡33 niños!? —dije con los ojos abiertos.

El volvió a carcajearse.

—Sería hermoso —seguía viéndome con una gran sonrisa en el rostro—. No me digas que solo vas a querer uno.

—Dos está bien —dije encogiéndome de hombros.

—Dos es muy poco, lo ideal para mí son más de diez —volvió a carcajearse por mi expresión—. Todos juntos. ¡Oh!, y con perritos a sus alrededor mientras tú me gritas: "¡George, ve a cambiarle el pañal a Harold 5!" —dijo imitando mi voz y riéndose.

—Yo no hablo así —le di un leve golpe en el brazo riendo también—. Y si tuviéramos una cantidad tan grande de hijos no le pondríamos el mismo nombre a todos numerándolos al final.

—¿Y por qué no? Sería un buen método para no olvidar a ninguno.

Yo solo rodeé los ojos y él se reía nuevamente.

—De la cantidad nos ponemos de acuerdo después.

—En eso concuerdo, lo primero en lo que hay que concentrarse es en el proceso para tenerlos —dijo pícaro apagando la televisión y parándose del sofá.

Me tomó de la mano levantándome para luego cargarme haciendo que rodeada su cuerpo con mis piernas mientras él me sostenía por los glúteos. Me dio un beso apasionado que se prolongó por un par de segundos, metiendo su lengua en mi boca. Se separó dándome un pequeño mordisco en los labios.

—Vayamos a hacer ese bebé —dijo y me volvió a besar con la misma intensidad de antes.

A este paso creo que sí terminaremos teniendo 33 hijos.

One Shots de George HarrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora