- Caso Perdido -

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.°.°.«Caso Perdido».°.°.

Muchas cosas se pierden con el tiempo, nos rendimos al no poder recordar donde lo hemos dejado, pero en alguna parte de nuestro ser sabemos donde esta.

Solo nos negamos a encontrarlo.

Corría lo mas rápido que sus piernas podían, la nieve era su enemiga en ese momento, pero agradecía el viento que borraba sus huellas, salto a la rama de un árbol y decidió perderse entre las copas de estos.

Nadie buscaría en las copas de los arboles, solo por debajo, sonrió con arrogancia al ver que sus persecutores se desorientaran por no hallar sus huellas.

Se movió con rapidez y salto en medio de todos ellos, con un movimiento de su arma los eliminó a todos, empezó a caminar lentamente dejando un rastro de sangre en la blanca nieve, su hora había llegado.

Solo que su deseo no se cumpliría.

¿Donde vería a su cielo?

Deseaba tanto verlo por ultima vez, moriría feliz al menos con saber que estaba con vida, desde la masacre su temor solo era uno, que él estuviera muerto y si lo estaba ya no tenia nada que hacer en ese mundo.

Uno donde ningún cielo existía, la venganza no era para él, no lo era para ellos.

Pero la llama debía encenderse sin importar el motivo o el sentimiento. 

Solo.... Solo debía iluminar una vez el camino correcto...”

Con ese pensamiento y con la esperanza de que esa llama volviera cerro sus ojos dejando el mundo, uno donde algunas vez había visto esa resplandeciente sonrisa.

Mi hermanito...

(...)

Un escalofrío recorrió su espalda, una lágrima se deslizo por su mejilla al sentir que una calidez de extinguía. Por una vez en la vida deseaba no tener razón, sabía que en alguna parte algunos cielos aun vivían pero aun así, dolía sentir como se extinguían.

Como la pequeña llama de una vela la cual el viento soplaba y apagaba.

Se sentó en el suelo ocultando su rostro en sus piernas, ya había vivido y sentido como sus últimos familiares morían, y volver a sentir como aquellos que la acogieron y protegieron morían le era doloroso.

– ¿Cuanto mas? Ya destruyeron la iluminación de sus vidas y ahora desean borrar lo poco que recuerdan – susurro apretando sus puños

Ver y no poder hacer nada, escuchar y no lograr entender, sentir y olvidar, era una tortura no poder hacer algo. Solo le quedaba proteger la esperanza de todos la cual era Tsunayoshi, él era quien debía sobrevivir sin importar si ellos caían o no.

Solo así lograrían no ser borrados.

(...)

Sol, lluvia, niebla, tormenta, rayo, nube, todos estaba allí sentados frente al rey él cual estaba al lado del consejo. El ambiente era tenso, tanto que para algunos se les dificultaba respirar ejemplo de ello era él joven con vestimenta ajustada y cabello morado quien palidecía ante el aura de muerte que emanaba del hombre de patillas, de por si este ya daba miedo solo con una mirada y ahora daba terror, unos disimulaban bien su incomodidad como la tormenta quien sonreía o el rayo quien solo escribía en su libera valiendo le un comino la situación.

– ¿A quien se supone que esperamos? – preguntó el representante de la casa del rayo sin despegar su mirada de su libreta

Mas de uno asintió con la pregunta del alquimista peliverde de anteojos.

– Estoy de acuerdo con él patético intento de alquimista – hablo el más molesto de todos

Todos los del consejo se tensaron ante la voz, que para ellos sonó como de ultratumba del azacabache de patillas quien limpiaba su arma en la mesa con una sonrisa. Antes de una matanza por obvias razones por parte del representante de la nobleza del sol, entró por una ventana la joven albina quien solo se sentó en su lugar.

– Yukiko – llamo el rubio cenizo

– Alaude cállate, mejor dime que hago aquí y que sea rápido – habló recostándose en la mesa ignorando a los demás quienes la veían con curiosidad

– La casa noble del cielo sera un monumento real del reino y será protegida – comento un hombre detrás del rey

– Una casa que NO esta, donde ya NO hay mas herederos, inteligente enserio jamás se me hubiera ocurrido tal ¡magnifica! Idea vamos a hacer una celebración por ello.

Mas de uno se sorprendió ante el sarcasmo de la joven, no era propio de ella, algo pasaba y debía ser malo.

– Vine hasta acá para escuchar estupideces de estúpidos, no me sorprende para nada; viniendo de ustedes no – hablo alzando los brazos – tengo una mal día, del asco y ahora esto ¡¿enserio?! Mejor dejen el tema de la casa noble en paz, olviden lo, superen lo y avancen – dijo molesta mientras cerraba sus ojos

– Yukiko ¿te sientes mal?

– No Fong, sólo que ¡arg! Me jode ver el rostro de este tipo, y el tuyo y el tuyo – señalo a cada uno que estaba detrás de Alaude mientras se colocaba de pie – Deja de intentar arreglar las cosas, sólo haces que la herida duela mas y no es agradable; acabo de sentir como otro cae y me duele, sobrevivir para morir sin nadie a tu lado – comentó diciendo lo ultimo en un susurro poco aludible el cual el de patillas escuchó perfectamente

– ¿Hay más? – preguntó con cierto tono de esperanza en su voz reborn

– Pocos, me atrevería a decir que sólo cuatro y uno ya ha caído – contesto mientras ocultaba su mirada tras su fleco – aún así van a desaparecer lo quieran o no.



Venganza de los CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora