- Alma de viento -

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«Alma de viento»

El alma escapa de cualquier atadura física que se le interponga en el camino, mas eso no evita que sufra aquello que daña de manera no física.

Un fuerte viento azotaba las costas, sumando la nevada que hacia que el frío calara hasta los huesos de cualquiera, las huellas sobre la nieve eran borradas por el viento, como si quisiera que nadie supiera quien cruzaba ese camino.

El sonido de las chispas quemar la leña hacia eco, el humo que provenía de aquella pequeña cabaña era la única seña de vida que existía en esa costa.

La fuerza de las olas chocar con el acantilado cercano era fuerte, tanto que podía opacar el sonido de aullido de un lobo o el canto de alguna ave del invierno.

Se podría escuchar a kilómetros de distancia. Mas sin embargo eso no evitaba que pudiera oír la música de aquella caja, resonando en cada espacio.

- Luchando contra la nada, tratando de sobrevivir - murmuró sonriendo cerrando sus párpados - Tsunayoshi - dijo antes de dejar caer la caja musical que estaba en su mano

Esta siguió produciendo esa melodía sin cesar.

(...)

Dejo de observar la ventana, se coloco de pie y salio de la casa al exterior y observo al cielo.

- Imposible - susurro atónito lo había sentido solo por unos instantes, pero fue suficiente para que él lo captara, aun así era casi irreal esa presencia

- "Solo fue mi imaginación" - pensó observando el cielo nocturno donde las estrellas tintineaba una y otra vez

Suspiro, no debía hacerse ilusiones con algo que solo era eso, una ilusión cruel de su mente.

Entró a la casa donde Yukiko buscaba como loca la zanahoria para hacer una sopa de vegetales, ahora sabía de donde Akira la había conseguido, mejor ni decía nada o esta se volvería loca al saber que el lobo había entrado a su cocina.

Fue directo a su habitación, toco suavemente los libros de aquel estante eligiendo cual leería hoy, pero había leído cada uno de ellos, cada punto y coma. Los cuidaba del polvo y de los insectos que querían comer sus paginas, antes en su hogar habían miles y miles de libros en la biblioteca, pero ya no podía volver.

Tal vez le diría a Yukiko que le trajera mas libros o enviar a Akira para que este encontrara uno, podía ir él, pero no.

Se sentía mas seguro en el bosque, donde rara vez ingresaba alguien ya que allí hacia mas frío que en otro lugar.

Observo un búho blanco fuera de su ventana en la rama de un árbol cercano, parecía vigilarlo, alzo la ceja y abrió la ventana curiosos de saber si entraría.

Pero no fue así este solo voló lejos de si ventana, asomó su cabeza fuera y observo que iba hacia el pueblo cercano, sus dedos chocaban con el marco de la ventana.

- "¿Debería?" - pensó recostando su cabeza mirando las luces lejanas - "Akira podía guiarme" - sonrió y fue al armario y saco algo que usar

Yukiko estaba en la cocina y sonrió, no podía negarle para siempre el que tsuna quisiera explorar.

- Mas vale que le protejas, o te vuelves una paleta de lobo - amenazo cortando las verduras

Del otro lado de la ventana en el exterior, Akira se estremeció ante la amenaza de la fémina, era bien sabido que ella cumplía las amenazas.

(...)

Se hundía un poco en la nieve, sin embargo no estaba cansado al menor no en ese momento, Akira caminaba frente a él guiándolo hacia el pueblo, el viento soplaba un poco fuerte moviendo su capucha café.

Llegaron hasta la entrada del pueblo, ambos caminaban tranquilamente en dirección a la biblioteca, habían farolas en las calles, las casas y las personas caminando en la acera, los carruajes y a lo lejos con un gran muro que le protegía estaba el castillo, donde la realeza vivía.

- Es mas grande de lo creí - murmuró sorprendido colocando un mechón rebelde detrás de su oreja

Akira tiro de su capucha indicándole que faltaba poco para llegar a su destino.

- No me alejaré, tranquilo - sonrió acariciando la cabeza del lobo quien solo cerraba los ojos disfrutando las caricias del menor

Ambos pasaron cerca de un hombre pelinegro de ojos carmín vestido como un noble, siguieron su camino hasta llegar a comercio con un letrero café, desde la ventana que daba hacia la calle se podía observar todos los libros que habían allí.

Sonrió emocionado, no había sido tan malo como había creído con anterioridad.

Un ave de plumaje blanco y ojos azules observaba desde una de las farolas al castaño y al lobo quienes ingresaban a este.

Se elevo hasta el cielo nocturno regresando a su hogar, estaría bien, tal vez ese presentimiento estaba mal.

(...)

- ¡Destruyan eso! - ordeno un hombre de cabellera rubia señalando un pilar grande de roca con grabados y joyas en este

Estaba lleno de musgo cubriendo la mitad de este, detrás de este habían mas, formando un circulo en medio había un pilar pequeño con grabado en forma de mano y una llama.

A mitad de un bosque un grupo de hombre quería derribar los pilares para poder tener las joyas que allí estaban incrustadas, el viento soplo con fuerza haciendo que una enorme rama de un árbol cercano cayera en el camino de estos.

- Maldito viento - gruño molesto no se iba a rendir y a dejar tan valiosas joyas en un lugar como aquel

- Espero y no planeen robar eso.

Alertados observaron a todos lados tratando en encontrar a la "persona" que les había hablado.

- Este es un lugar sagrado ¿saben? Y a sus fundadores no les gustara para nada que quieran robar lo que le pertenece a su heredero - sobre la rama de un árbol sentado moviendo sus pies estaba un hombre pelinegro de cabello puntiagudo con una cicatriz en su rostro

- Esto no tiene dueño, ni heredero - comento uno sonriendo

- Oh claro que lo tiene, de que no sepan quien es, es distinto - hablo mientras que de un salto bajo de la rama - y hasta que él llegue debo cuidar todo - dicho esto una cadena se movió con rapidez rodeándolos

Elevaron la mirada y observaron una bola con púas que iba directo a ellos. Un gran estruendo, una ráfaga de viento, humo y un cráter fue lo único que quedo.

- Sigo aquí - murmuró observando la luna y el despejado cielo dejando ver las estrellas - cumpliré sus deseos - dijo ocultando su mirada

Se quedaría allí hasta que él joven cielo llegará por él, solo tenia que ser paciente y rezar para que este estuviera a salvo del peligro.

Venganza de los CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora