Venganza de los Cielos

- Una Oportunidad -

«Una Oportunidad»

Solamente una, solo una oportunidad para arreglar todo,
Solo eso pido, aunque sepa que hay cosas que no puedan arreglarse.

A ninguno de ellos les gusto lo que dijo Yukiko, después de decir aquello esta se excusó diciendo que debía hacer otras cosas, ahora sabían el mal humor y su hostilidad.

Rara vez dejaba ver lo que sentía o mas bien rara vez tenia sentimientos, dieron por terminada la reunión de las casas noble, no le interesaba, o eso querían creer, no estaba para recordar lo que paso, nadie quería.

Sintieron el suelo moverse con fuerza, tanto que se balancearon y Mammon se chocaba con las paredes, a pesar de que flotaba eso no impedía que chocara.

Solo fueron dos minutos, se miraron entre ellos y salieron del palacio a toda prisa, algo dentro de ellos le llamaba, siguiendo ese sentimiento de calidez fueron hacia el lugar donde solo allí se podía sentir aquella calidez.

Pero así mismo como llegó se fue, pero habían rastros de que no lo habían imaginado, pues parte de la nieve era escarcha.

Eso significaba que había un cielo cerca, aunque si fuera así corría riesgos.

(...)

La noche había caído y todos estaban descansado incluyendo a los jefes de las casas noble y a cierta peliblanca que solo quería ahorcar a Alaude.

Sus sueños fueron interrumpidos cuando aparecieron todos en una pradera donde a lo lejos se podía ver un castillo el cuál no reconocían.

Frente a ellos estaba un hombre rubio cuyo cabello desafiaba la gravedad, sus orbes anaranjados, como ver el atardecer, quien vestía un tipo de uniforme militar blanco con manchas de sangre. Este les sonreía parado bajo la sombra de un árbol.

–Yoshimaru – llamo Yukiko acercándose –. Deja de meterte en los sueños de los demás.

–Yuki, no seas mala conmigo – hablo sonriendo amable mientras se acercaba a ella

–¿Para que estamos aquí? – Verde veía todo y no reconocía el lugar

–Estamos en lo que antes era nuestro hogar y reino ¿no Yuki?

Yukiko sólo suspiro sin verle a la cara, a lo cuál el contrario sonrió más

–Oigan, dejen el coqueteo y al punto – hablo tajante Alaude

–¿¡Quien coquetea EH?! – Yukiko se coloco a la defensiva al ver a Alaude allí –. Esto es una pesadilla, Yoshimura ve al grano por favor

–Okey – dijo indicándoles que se sentarán –. Hace muchos años, milenios diría yo, solo había un reino y una casa noble la cuál era la del cielo, solo ellos gobernaban en todo este basto territorio, todos con amabilidad y el don del perdón, con los años nacieron más casas nobles con diferentes llamas y juntos empezaron a cuidar del reino el cuál crecía rápido.