Matías y el soldadito de plomo

Capìtulo N° 10: "La decisión de Matías"

 

Ali condujo al pequeño por un sendero que no conocía. Se dirigían hacia el bosque, eso era lo único que sabía. Pero no se atrevió a preguntar.

 

 

 

La luna se filtraba por entre las copas de los grandes árboles, iluminando un hermoso claro. En el centro había un círculo de piedras aparentemente muy antiguo. Fue cuando Ali hablo y le dijo:

-      Sonríe y entra.

 

 

Eso era algo difícil de hacer, sus pensamientos lo abrumaban y no sentía ganas de sonreír.

Pero lo intento y miro a su pequeña amiga, siempre alegre a pesar de todo y la imitó. Sorprendentemente una amplia sonrisa de dibujo en su abatido rostro.

 

 

Así fue como entro al fantástico mundo de las hadas. Un mundo lleno de colores y música, de alegría y bailes. Miles de hadas de diferentes colores volaban a su alrededor.  Su torturada mente sintió como se alejaban todos los males y dejándose llevar por la magia del lugar, tomo a su amiga de la mano y comenzó a bailar y saltar junto a ella. Ali parecía más feliz que nunca.

 

 

De repente la música se detuvo, el Rey de las hadas había llegado y dirigiéndose a Matías con una amplia sonrisa en su rostro, pregunto:

-      ¿Tú debes ser el niño que desea ser un soldadito de plomo?

 

 

Matías se apresuro a responder:

-      No! Con decisión y firmeza. Ya solo quiero ser un niño.

-      Bien, muy bien, contesto el Rey. Entonces tenemos trabajo que hacer y muy poco tiempo.

 

 

 

La bruja, comenzó a relatar el rey.

-Selena, interrumpió Matías.

La bruja, tiene muchos nombres, pues tiene muchos años y ha vivido muchas vidas, continuó diciendo.

La historia era muy larga y triste, pero el niño la escucho y presto mucha atención a cada palabra que le contaban.

 

 

 

 

Cuando regresaron al claro del bosque, Matías y Alicia ya tenían muy claro que era lo que tenían que hacer.

Las últimas palabras del rey fueron:

-      El secreto está en los espejos.

 

 

 

Esta vez Ali no tomo ninguna forma, era ella, un hada, con sus alitas de mariposa de colores y su vestido verde hoja. Caminaba con valor al lado de Matías y éste, con la frente en alto por primera vez, la llevó frente a la bruja.