Visita

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Ya llevaban viviendo unas cuantas semanas juntos y Baekhyun se sentía en el cielo.

El mayor lo complacía con todos los gustos que exigía para el desayuno. Desde complejos pasteles hasta simples galletas. Pero es que no podía parar de abusar de la gran mano para la cocina que tenía el más alto, más de una vez le había preguntado si había trabajado en una repostería antes y siempre la respuesta era la misma. Chanyeol había tenido sólo dos trabajos en su vida. Como mesero en el restaurante de su familia y su empleo actual en el hospital.

Pero aunque no hubiese trabajado haciendo dulces el rubio diría siempre que sus pasteles eran los mejores, que las masas eran perfectamente esponjosas y que las coberturas eran lo necesariamente suaves en su paladar.

Después de desayunar, ambos iban al hospital juntos, y en la puerta, antes de dirigirse cada uno hacía sus labores, se despedían con un corto beso.

- Es para que nos acostumbremos a ser pareja y que los demás también lo crean.

Eso le había dicho Chanyeol al más bajo después de haberlo sorprendido el primer día en la entrada. Baekhyun pensaba que eso tenía sentido ¿no? Después de todo era para acostumbrar su mente y para otras explicaciones que el castaño le había dado pero a las que él no les había prestado atención.

Y así pasaban sus días, Baekhyun siendo despertado temprano por el castaño, para luego desayunar juntos los dulces que el rubio tanto amaba. Luego ir al trabajo juntos en el auto del más alto y despedirse en la puerta. Ya era una rutina que el más joven comenzaba a disfrutar, por no decir que le encantaba. Se sentía como si tuviesen una verdadera relación y la idea tampoco le molestaba mucho, después de todo ya no se sentía incómodo con su superior y en el fondo los pequeños besos de despedida le agradaban más de lo debido. Pero no iba a estresarse por unos sentimientos apenas existentes, ya no era un adolescente y sabría controlarlos.

Era un sábado por la tarde, Chanyeol estaba horneando unas galletas para la merienda cuando escuchó sonar el timbre.

Dejó la mezcla que estaba batiendo hace un rato y se dirigió a la puerta, pasando por la sala de estar y al ver que Baekhyun se había quedado dormido mientras veía la televisión no pudo contener una sonrisa. Había esperado meses para poder ver esa escena y lo único que lo hizo salir de su trance fue el insistente sonido del timbre, que todavía no dejaba de sonar.

Estaba por dirigiéndose hacía la puerta cuando ésta se abrió y la figura de su hermana mayor se hacía paso con las manos llenas de bolsas.

- ¿Cómo entraste?

- Hola Chanyeol, estoy bien, gracias por preguntar. Tampoco te preocupes que no me importó esperar 10 minutos en la puerta con el peso de estas bolsas ya que no respondias tu teléfono y tampoco bajabas luego de escuchar el timbre - No era necesario recalcar que todo esto lo decía con un palpable sarcasmo en su voz. - Ahora si no te molesta ayúdame con esto.

- S-sí, lo lamento. Había olvidado que ibas a venir.

Rápidamente se acercó a donde estaba su hermana para tomar una de las pesadas bolsas que estaba cargando.

- ¿Y para que venías? En ningún momento me dijiste el porqué de esta visita - Tardó un poco en darse cuenta que Yoora ya no estaba prestandole atención a él, sino al pequeño rubio que dormía plácidamente en el sillón.

- ¿Éste es el chico? Es muy bonito.

- Ah sí, él es Baekhyun. Ahora lo despierto así pueden conocerse.

- No es necesario, sólo venía a entregarte la invitación para la boda, ya decidimos una fecha así que estoy repartiendo las invitaciones - Mientras decía esto metió la mano en una de las enormes bolsas para luego sacar un sobre que tenía el nombre de su hermano escrito en él - Ahora debo despedirme, tengo muchas cosas por hacer.

- ¿Necesitas ayuda en algo? Déjame ayudarte a bajar con todo ésto.

- No te preocupes, tu Noona es fuerte, si pude subir también podré bajar y seguramente el portero sigue en la planta baja.

- ¿Estás segura?

Después de una no tan larga discusión la mujer se despidió para seguir con su labor de cartera y dejando a su hermano con las ganas de preguntar que por qué era ella la que entregaba las invitaciones.

Al darse vuelta pudo ver como Baekhyun ya despierto, se desperezaba y con los ojitos aún un poco cerrados lo veía fijamente.

- ¿Vino alguien Yeollie? - El rubio había tomado la costumbre de llamarlo así desde la vez en la que jugando lo había llamado Baekkie y en tono de burla éste le había contestado con el apodo que ahora usaba todos los días.

- Estuvo mi hermana para entregar la invitación para su boda, dijo que te veías bonito.

La cara del más bajo empezó a colorarse sacándole una dulce sonrisa al castaño.

- N-no soy bonito - Sonaba más que avergonzado pero esto lo hacía ver más adorable.

- Tienes razón. No eres bonito.

Los ojos de Baekhyun reflejaban una tristeza absoluta y no quizo ver a los ojos al más alto hasta que éste estuvo frente a él y con su mano tomó el mentón del rubio, obligándolo a mirarlo.

- No eres bonito. Eres hermoso.

Y luego de estas palabras depositó un beso en los suaves labios del contrario, un beso cargado de dulzura y sentimientos que dejó sin aliento a ambos.

- Iré a terminar de preparar las galletas. Llámame si necesitas algo de la cocina.

Y sin decir nada más dejó a un confundido Baekhyun en medio de la sala de estar.

Después de todo no importaba si aceleraba un poco el rumbo de las cosas. Tarde o temprano todo iba a ser tal cual lo había imaginado y planeado.

Mi Error Preferido || ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora