Capítulo 7

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KATE

Sé que tengo que relajarme y tomarme esta situación de otra forma, no puedo seguir encerrada en mi cuarto por miedo a encontrarme con Lucas. Así que, después del episodio en la puerta, donde el amigo de Lucas ha despertado con mi toque y yo he entrado corriendo a encerrarme (de nuevo) en mi cuarto, he decidido ponerme mi querido pijama y enterrar el hacha de guerra con él.

Es por eso que estoy riéndome a más no poder por la cara de Lucas. Sé que no está acostumbrado a que esté así de tranquila, de hecho, creo que ni cuando estábamos en el instituto me había comportado de forma tan relajada con él. Lo que me recuerda…

- ¿De qué me conocías? – Pregunto girándome bruscamente después de haber puesto el agua para el té a calentar.

- ¿Eh? ¿Qué dices ahora, Kate? Estás muy rara.

- El instituto. El primer día me llamaste por mi nombre y yo ni siquiera te lo había dicho, aunque no es como si pensara hacerlo, de todos modos. A lo que iba, nunca me dijiste de qué m conocías. Así que, ¿de qué me conoces, Jones?

- ¿Ahora vuelvo a ser Jones? Me gusta más cuando me llamas Lucas, mi nombre saliendo de esa boquita que tienes me pone.

Y en lugar de contestarme, cambia de tema, además de que logra que me ponga como un tomate a causa de su comentario. Pero no me a sacar de mi intento de obtener respuestas. Me debe unas cuantas y esta vez las voy a conseguir.

- Lucas, no. ¿De qué me conocías?

- Pues verás, Kate – espero con una sonrisa a que me conteste. ¡Al fin, respuestas! Celebra mi yo interno -, se te está saliendo el agua. – Finaliza con una sonrisa socarrona que tanto odio y amo a la vez.

Me giro, paro el agua, y después de limpiar el desastre, sirvo las tazas y vuelvo a la carga.

- ¿De qué me conocías? – Aguanta, sonríe, relájate. Tú puedes ganar este asalto. ¡Vamos!

- Qué pesadita estás con el tema. No sé de donde sale este interés repentino.

- Me acabo de acordar. – Contesto encogiéndome de hombros.

- A buenas horas – escucho cómo bufa, y después de beber un sorbo de su té, continúa           : - ¿Te acuerdas de que te dije que por el trabajo de mi padre viajábamos mucho y viví en muchos sitios? – Asiento. Como para no acordarme, despareciste por su culpa. – Bien, pues cuando te conté esa historia, omití el hecho de que ya había vivido allí. – Me contesta con una mirada de disculpa. Disculpa mis cojones.

- Así que lo de mentiroso ya te viene de antes. Curioso.

Consigo que me mire mal. Perfecto, te lo mereces. Puto.

- Déjame terminar, joder. La cosa es que estuve allí cuando no tenía más de seis años, y nos quedamos relativamente poco. Pero sí fui al colegio.

- ¿Y…? – Le animé a continuar.

- Impaciente – refunfuñó -, la cuestión es que estuvimos juntos en clase y bueno, ¿te acuerdas de aquel chico que te cortó el pelo mientras dormías?

- Sí, al parecer no pudieron hacerle nada, ni castigarle, porque se fue de viaje y… - entonces caigo. - ¡TÚ! ¡FUISTE TÚ! ¡Serás cabrón! ¿Cómo podías ser tan malo? Yo no te hice nada, mi pelo tardó en crecer dos años. ¡DOS AÑOS, LUCAS!

- Bueno, bueno, tampoco es para tanto, sólo era pelo.

- ¿Sólo era pelo? ¡¿SÓLO ERA PELO?! ¡TE VOY A DAR YO A TI PELO!

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⏰ Última actualización: Oct 10, 2014 ⏰

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