Dayn salió por la puerta principal de Portuorr. Esta era grande, hecha del roble del norte macizo y de treinta centímetros de grosor.
Dayn se dirigió a una colina verde, donde las noches estrelladas vistas desde allí eran hermosísimas, un colina, llamada Gorlia. Esta era una colina lejana a la ciudad. Era por eso que era un lugar tranquilo, lleno de paz y armonía, y Dayn disfrutaba la paz de aquel lugar cuando lo visitaba.
Cuando llegó, se sentó a descansar y a observar el hermoso y famoso atardecer en el sur. El sol era hermoso en los atardeceres de la región, rojo y anaranjado, y el cielo amarillo, como los girasoles.Mientras descansaba pensó en lo que le podía deparar en el viaje, que sucedería, pero había también una pregunta en la que no quería pensar: si regresaría vivo o muerto.
Tratando de no pensar en ello, miraba las estrellas; las constelaciones del dragón y de la espada brillaban como nunca antes. El cielo era precioso. Dayn pensó en su padre, en si estaría preocupado."Seguramente esta feliz que me fuera. Ahora ya no podré molestarle" pensó Dayn riéndose de buena gana. Tanto pensó que se quedó profundamente dormido.
Entonces tuvo un sueño:
Dayn se encontraba en el cielo, extrañamente. Sentía que estaba sentado sobre algo escamoso, miró hacia abajo y vio un dragón. Dayn se asustó, y se aferró al animal. De repente el animal empezó a caer en picada y Dayn gritó muy fuerte, y cuando llegó al suelo, Dayn se despertó, sudando y respirando con dificultad. Empezó a preguntarse que significaría lo que había visto en su sueño.
"Lo que viste es una señal", dijo una voz.
Dayn se dio vuelta y reconoció al hombre. Era Wenkor.
"¿Que significa?", preguntó Dayn.
"A su tiempo, Dayn, a su tiempo", dijo Wenkor.Entonces Wenkor desapareció, y Dayn volvió a quedarse profundamente dormido, aunque en esta ocasión, no soñó nada.
A la mañana siguiente, al despertar, Dayn notó a un caballo cerca de él. Era completamente blanco como la plata de las minas sureñas y muy hermoso; llevaba su montura puesta, y Dayn se preguntó de quien sería. Sabía que no era del pueblo. Su padre tenía el registro de todos los caballos del pueblo con todas sus características y ese caballo no estaba mencionado; aparte, estaba demasiado alejado se la ciudad, y nadie en su sano juicio iría a Gorlia y dejaría solo a un caballo tan bonito. Había bastantes asaltantes por los caminos de tierra. Mientras pensaba en eso vio un cuerpo muerto, con una flecha clavada en el corazón. Se preguntó quien había matado a esta personapersona, aunque supuso que debió haber sido un asaltante."Bueno, ya se de quién es este caballo", pensó Dayn.
"Ya no lo va a necesitar".
Entonces se levantó y, sigilosamente, se dirigió donde el caballo y montó en el. En la montura vio una inscripción.
"Grayn", leyó Dayn en voz alta.
"Interesante nombre", dijo Dayn.
Ya montado, se dirigió al primer reino en el viaje: Vadorrojo.Vadorrojo era un nombre con origen en la guerra. Ellos habían estado en guerra con el Reino del Agua, los aguasíes, en una guerra cruel y sangrienta, llamada la Guerra de la Sangre y el Agua.
Durante la última batalla de la guerra, la Batalla Roja, derramaron tanta sangre que esta, al llegar al río, tiñó sus aguas de rojo carmesí, el color de la sangre. Desde entonces, llamaban al lugar Vadorrojo.
Empezó a ir hacia el oeste. Al mediodía decidió guardar la comida que trajo de Portuorr y decidió cazar. Tomó una piedra y empezó a buscar algún animal para cazar. Vio pasar una liebre; con fuerza lanzó la piedra de su honda y esperó un buen tiro. Entonces escuchó el chillido satisfactorio: la piedra había dado. Fue un golpe certero en la cabeza, y la liebre, ya muerta, fue el almuerzo de Dayn.Después de comer, Dayn continuó viaje y por la tarde se detuvo a descansar. Mientras intentaba dormitar, escuchó gruñidos cerca de un bosque. Sacó el cuchillo de la bolsa y esperó cualquier cosa, un simple conejo, o una fiera terrible. Hubo un silencio sepulcral, y entonces salió. Era un Kilvan. El animal era enorme, como un lobo huargo. Su aspecto era el de un lobo enorme, con los ojos rojos, pelaje negro como la noche en el oeste y colmillos terroríficamente grandes.
El Kilvan saltó encima de Dayn y este, al intentar protegerse con el brazo, el Kilvan le mordió en esa extremidad, destrozándocela. Dayn gritó por el dolor atroz. Ambos rodaron y Dayn no tenía ganas de morir. Así que rápidamente le clavó el cuchillo al Kilvan en el cuello, y luego se lo arrancó y se lo clavó en el ojo. El animal chilló, haciendo un ruido bastante horrible por el dolor y salió de encima de Dayn y entonces este, corriendo, le quitó el cuchillo del ojo para clavárselo en las costillas, y siguió clavándoselo allí hasta que el animal dejó de dar señales de vida.Dayn quedó mirando al animal, allí sentado. Los Kilvan eran muy raros en este lugar. Eran comunes en los bosques del oeste, pero aquí eran lo contrario.
Dayn se sintió muy afortunado de haber sobrevivido, aunque debía hacer algo rápido con la herida. Podría infectársele rápidamente, y las infecciones, aparte de dolorosas, podían contraer horribles enfermedades como la Fetelyna, que termina pudriendo la piel y esta se cae, hasta que la víctima muera agonizando. Dayn rompió un poco de tela de su camisa y se la ató al brazo para parar el sangrado, y se llevo un poco de piel de Kilvan como testimonio de que el lo había matado. Sabía que reconocerían que era piel de Kilvan ya que esta era famosa por su aspereza.Para la noche, a lo lejos, vio una taberna, hecha de madera y remaches de metal y esta tenía una tela roja en la entrada.
Dayn dio un grito de júbilo. Había llegado a la Taberna Risueña. Eso significaba que habia por fin, llegado a Vadorrojo.
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Las Desventuras de Dayn
AdventureDayn, un chico de quince años, se va de su ciudad para realizar una travesía llena de peligros, aventura y con necesidad de encontrar su identidad y su destino; un camino donde encontrará amigos y enemigos, en un viaje por los distintos reinos al oe...