Padre querido

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Una cosa que todos podían entender cuando comienzan a salir es el temor y nerviosismo al inminente momento en la vida... cuando le presentas a tu familia tu primera pareja.

Tras la tarde de diversión y la casual presentación de Eliza ante sus guardianes, Tsuna debió más tarde dar una larga explicación de ciertos detalles como cuando y cuanto se conocieron, cuanto estaban de novios entre otros detalles por parte de sus más cercanos amigos, pero el verdadero temor llegó cuando el interrogatorio privado con su sádico maestro llegó.

—¿Cuando me lo dirías? —pregunto el hitman.

Tsuna en ese instante se encontraba sentado y amarrado en una silla de interrogatorio mientras un polígrafo tomaba nota si mentía o no en sus respuestas, y que es el de patillas tenía una enorme curiosidad por saber como este hecho se había escapado de sus narices.

—La verdad es que no tenía idea cuando, pero sabía que sería mucho tiempo después —contesto el castaño con toda la calma posible cuando tienes un revolver apuntando a tu cabeza.

Y no estaba mintiendo con eso.

La razón inicial para hacer todo esto en secreto es que quería pasar tiempo a solas con su mejor amiga sin la constante interrupción de sus amigos o tutor, por el otro lado, habiendo ya experimentado un rechazo había decidido tomar la iniciativa de que en el futuro se confesarsafia a alguien una vez que hubiera superado a su primer interés amoroso y para hacer eso debía hacerlo sin la presión de su familia.

Eliza se habia colado en su corazón muchos años después de la muerte de su primer amor en el ultimo año viviendo en Japón, asi que sus sentimientos hacia ella habian crecido paulatinamente como la marea en el ciclo lunar, y ahora que finalmente era sincero consiguió mismo podia sentir la paz que traia poner nombre a una relación que habia cambiado con el tiempo.

Esa paz era lo suficientemente fuerte como para darle nervios de acero y aprobar el polígrafo aún si mentía.

Reborn por su parte estaba algo sorprendido que su aún estupido alumno fuera capaz de soportar la presión que su mera presencia generaba, realmente pensaba que el amor podia hacer que hasta los idiotas fueran capaces de enfrentarse al mismo diablo.

Y eso último le irritaba de algún modo.

— Realmente no tienes remedio —murmuró el hitman —pero conciderando que es un avance en tu patética vida amorosa, tal vez podría dejar pasar esto.

Tsuna por su parte no dejaba de mirar atentamente los micro gestos del rostro de su tutor, incluyendo los cambios en el tono de voz, todo para poder entender o mejor dicho, creer que el hitman solo estaba actuando de esta forma movido por la rabia de no tener toda su vida bajo su control.

Sin embargo las últimas palabras de este le hicieron pensar en otra posibilidad demaciado fantasiosa como para ser real.

— Puedo entender que estes irritado por que no te lo dije antes, pero realmente no es que deba tenerte totalmente informado de mis amistades

Sin saber realmente que parte de esa frase final habia despertado la ira del hitman para intentar convertirlo en un blanco móvil, Tsuna decidio no decir nada más sobre el absurdo interrogatorio por amor a su propia integridad.

Mientras que cierto hitman no queria admitir que muy, muy en el fondo, parte de su molestia se debia a que ese maldito mocoso que estaba criando estaba creciendo realmente, y eso era evidente desde el momento en que fue conciente de que lo estaba  alejando de ciertos aspectos de su vida.

Who is she?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora