Una historia de fantasmas de Canterlot (By volrathxp)

Capítulo 8: Noche veintiséis

BonBon atravesó el sótano como una bala, esparciendo basura en el suelo mientras corría. Un horrible gruñido emanaba de detrás de ella. Tropezando en las escaleras, alcanzó a ver los ojos verdes de Lyra. Estaban llenos de rabia asesina. Un cuchillo se elevó por el aire, impactando contra la pared cuando BonBon comenzó a subir. Lyra aulló.

La yegua color crema llegó rápidamente a la parte superior de la escalera, apareciendo en la sala principal de la casa. Lágrimas llenaron sus ojos mientras empujaba la puerta del sótano cerrándolo. Se aferró a la puerta, tirando de ella.

En el mundo exterior, otro largo pasillo la recibió. BonBon gritó.

- ¡No! - Gritó, jadeando y llorando - Todo esto es un sueño, todo es un sueño, es un sueño... - cerró los ojos, deseando estar lejos de la casa y despertar. Sus ojos se abrieron. El pasillo aún se encontraba allí. El rostro de BonBon palideció. Un agudo golpeteo tras ella llamó su atención.

Lyra se estrelló contra la puerta, sacándola de sus bisagras directo al piso. Gruñó encontrándose ahora en el pasillo.

- No hay donde correr ahora, Bonnie. No hay donde esconderse - gruñó. BonBon gritó y cruzó al galope la puerta abierta al otro lado del pasillo. Mientras más se adentraba más húmedo y en mal estado se ponía el cuarto. Podía oír a Lyra detrás de ella. Las puertas se encontraban en línea a lo largo del pasillo, pero todas y cada una de ellas estaban tapeadas o cerradas con llave. Al doblar una esquina, BonBon empezó a preguntarse si el corredor en algún momento terminaría. ¿Cuándo la atraparía Lyra? Y ¿Qué sucedería cuando lo lograra?

Alejando esos pensamientos de su mente, la yegua color crema decidió probar con una de las puertas. Empujó con fuerza una de ellas, pero no se movió. Gruñendo en voz baja, se dio la vuelta y dio una patada en el pomo de la puerta hasta que sintió que cedía. La puerta se agrieto debido a la presión, balanceándose hacia dentro. BonBon saltó rápidamente hacia el interior.

Ahora se encontraba en otro lugar. Otro pasillo eternamente largo, esta vez con las paredes blancas del hospital donde había estado. BonBon se frotó los ojos. ¿Estaba soñando? No lo podía asegurar. Cerró la puerta tras ella, con la esperanza de que Lyra no se diera cuenta con su fervor por atraparla. Dio un paso vacilante hacia el pasillo, con las piernas quemándole debido a lo mucho que había corrido. Oyó cascos detrás de ella. Mirando hacia atrás, observó que la puerta seguía cerrada. Tal vez Lyra la había pasado de largo después de todo.

- ¿Mami? - Susurró una voz. BonBon inclinó su cabeza hacia adelante. Ahí se encontraba una potranca de pie en lo que parecía ser el final del pasillo. Rió y dobló en la esquina. BonBon hizo una mueca, comenzando a trotar acercándose.

- ¿Hola? - llamó suavemente - ¿Hay algún poni allí?

BonBon dobló en la esquina, deteniéndose en seco. Mientras avanzaba por el pasillo las paredes se habían deteriorado notablemente. Sin embargo, a la vuelta de la esquina, las paredes estaban completamente podridas. El lodo y escombro cubrían el suelo. Las luces en el techo apenas funcionaban, creando espacios de completa oscuridad a través del pasillo. Tentativamente, BonBon comenzó a caminar. En parte de las paredes hacía falta madera, dejando al descubierto las tuberías rotas. Los cascos de BonBon sentía sus cascos asquerosos, y una o dos veces estuvo a punto de resbalar debido al suelo húmedo.