20. Tres cosas que no sabes

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Afrodita de piscis abrió los ojos y lanzó suavemente una última rosa, blanca como la nieve, y ésta se clavó en el corazón de Mayuri Kurotsuchi, que apenas sintió el ataque letal...

El caballero se levantó como si nada hubiera pasado mientras el capitán lo miraba con extrañeza.

—¿Cómo...? ¿Qué está pasando?

—No sabes nada... así que, mientras caes lentamente en el dulce abrazo de la muerte, te diré lo que sucedió, y las únicas tres cosas que necesitas saber y son relevantes para ti. Primero: la Rosa Sangrienta es un ataque letal. Una vez lanzada buscará y encontrará el corazón de la víctima y se alimentará con su sangre hasta teñirse de rojo completamente; en ese momento la vida de la víctima acabará. Nadie sobrevive a ella a menos que alguien la retire a tiempo, y aún en ese caso es muy dificil sobrevivir...

Mayuri Kurotsuchi cayó sobre su rodilla e intentó, sin éxito, retirar la rosa. Su bankai desapareció entre neblina púrpura y retornó a la humilde forma de una katana, que cayó débilmente a su lado con un tintineo. Afrodita continuó:

—Segundo: yo no soy lo que parezco. Siempre fui el encargado de proteger el templo de Atena con mis rosas... nací, crecí y viví entre el veneno de las rosas que ahora son parte de mí. Soy el caballero más solitario de las doce casas, aquel que nunca tuvo un amigo y aquel que desde el principio supo todo lo que era sacrificado para proteger el mundo. Yo, que viví en soledad hasta que mi sangre se convirtió en veneno que correría por el interior de mi corazón para proteger el templo, para proteger el mundo, soy el que más sacrificó y por eso me uní al patriarca, traicionando a Atena. No aceptaría el amor como camino hacia la justicia por encima del poder... yo, que había sido envenenado hasta convertirme en veneno. No se puede envenenar al veneno, por eso tu Bankai no funcionó.

Mayuri cayó de espaldas sobre el suelo, con los ojos abiertos como platos mientras la rosa se llenaba de un tinte verdoso... el capitán murmuraba entre dientes, balbuceaba palabras incomprensibles...

—Tercero: yo haré lo que sea por Atena, para redimirme ante ella porque comprendí mi error al igual que los otros caballeros que vinimos a este mundo... nosotros estamos de su lado sin importar nada, Shinigami, pues lo que Atena quiere... lo que ella desea es...

—...de la tierra, conoces tu propia impotencia, hado 90, Kurohitsugi... ¡Ataud Negro! —terminó de murmurar el capitán.

Cuatro delgadas columnas de luz negra se alzaron alrededor de Afrodita. Las esquinas se unieron hasta unirse en un cubo tridimensional dentro del que el caballero de oro quedó atrapado.

—Te entiendo, caballero. Yo también renuncié a mi sangre hace tiempo... este líquido es lo que tengo en lugar de ella —comentó mientras retiraba la rosa y la apretaba entre su mano. Los petalos chorreaban un líquido viscoso de color verde espinaca—. Muere.

La caja de luz negra explotó en un remolino de reiatsu que soltó un ruido seco.

Afrodita cayó al suelo. Había perdido el conocimiento.

Mayuri se levantó débilmente. La mitad de su cuerpo se deshacía en líquido verde y apenas podía sostenerse.

—¡Maldición! Utilicé hasta la última reserva de mi poder en ese Hado... pero es ingenuo pensar que estás muerto. Tengo que terminar contigo —dijo.

Mayuri alzó con esfuerzo su espada y apuntó al cuello del caballero dorado...

—Espere por favor, Mayuri-sama...

La teniente de la Doceava división estaba allí, justo frente a él.

—¿Nemu? ¿Cómo puede ser...?

—El caballero me sacó de la zona de combate y me protegio del ataque de Mayuri-sama.

El capitán miró hacia el suelo; parecía molesto, incluso avergonzado.

—Sigue siendo un enemigo...

—No lo sé, Mayuri-sama. Si me permité, él dijo que ellos no habían venido a hacer daño, sino a protegernos a todos de un grave peligro que se acerca desde otro mundo...

La katana en la mano del capitán tembló. Mayuri Kurotsuchi apretó los dientes y luego, sin que Nemu pudiera esperarlo, soltó un grito.

Le dio una patada al cuerpo de Afrodita, que rodó unos pocos metros. La pierna del Capitán Kurotsuchi explotó en líquido verde y lo que quedaba de su cuerpo y cabeza cayó al suelo.

—¡MALDITA SEA! ¡AAGGGGGG! —bramó—. Está bien, no lo mataré. Tráelo al laboratorio. Y llévame a mí también.

—A sus órdenes, Mayuri-sama.

—Voy a investigar si lo que dice es cierto, de no serlo, lo mataré...

Nemu no respondió esta vez.

Hubo un largo silencio mientras la teniente y el capitán avanzaban hacia la salida de la torre.

—Nemu... —empezó el capitán, y murmuró algo entre dientes que su teniente no pudo escuchar.

—Disculpeme, Mayuri-sama, no pude escucharlo —dijo ella, con frialdad.

—¡ERES UNA INUTIL! ¿CÓMO PUEDES NO ESCUCHAR A TU CAPITÁN Y HACERME REPETIRME CUANDO TE HABLO?—gritó él.

Su teniente no reaccionó de ninguna manera.

—Decía... —baluceó él casi dos minutos después—. Decía que me alegra que estés a salvo.


...



Nota del autor: ...

(lágrimas)

...

Incluso los canallas tienen un corazón... así esté lleno de veneno o líquido verde 

TwT

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TwT

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Próximo capítulo: 21. Jovenes desobedientes

Reiatsu + Cosmos (Saint Seiya / Bleach)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora