Después de la tormenta viene la calma... Pero no para todos.

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Fue una semana dura para la rehabilitación de  Magnus, su hermana Camille le ha ayudado mucho para poder regresar a casa, aunque ella prefiere callar por un tiempo que su hermanito tiene la capacidad de embarazarse, ya ha tenido mucho que retener después de saber que le habían quitado muchos recuerdos de su infancia y de su inocente romance con Jace.

Hoy por fin podría irse del hospital y por fin regresar a su casa con su amado novio.

- gatito, ¿ Seguro que puedes subir las escaleras? - preguntó Jace - digo yo te puedo cargar al estilo nupcial -

- claro que puedo teñido, no estoy tan débil - respondió Magnus - lo que digas amor - contestó Jace.

Ya instalado en casa Magnus fue llenado  de mimos por parte de Jace, quién se imaginaria a un hombre como Jonathan Herondale ser muy mimoso, pero eso sólo Magnus se lo sacaba a relucir, los días pasaron y todos sus amigos fueron a visitarlo,  su hermana Camille llegó al Loft a despedirse  y fue llevada por Jace a la salida, allí ella le contó la posibilidad de que el organismo de Magnus pueda procrear vida, solo hay que esperar unos 5 meses a que su organismo haga y se adapte a los cambios, que no se preocupara si sufre de dolores abdominales e incluso de fiebre, que es normal mientras se adapta.

Jace con un rayo de esperanza a que sí podría hacer una familia biológicamente de ambos genes, los atractivos de Herondale y los hermosos de los Bane, fue a la habitación con Magnus y dormir feliz por ese día, soñando con niños rubios y pelinegros, caucásicos o morenos; con el color de ojos de su amor o incluso los suyos, pero el los amará.








6 meses después

- ¡ Cariño, llegó Saphael ! - gritó Jace

- Muy chistoso teñido, cuando regresemos te dejaré un pato en la puerta - dijo Raphael

- mi amor, deja al rubio oxigenado, solo lo hace porque nuestros nombres combi-nados suenan bien - habló Simon dandole un gasto beso a su novio.

Jace le sacó la lengua a Raphael haciendo un gesto infantil.

- ya llegué - dice Magnus dándole un beso en la boca a Jace.

- Bane, solo hemos venido a despedirnos, nos vamos al viaje que te dijimos -

- ya era hora, estaba a punto de decirle a Magnus de irnos el y yo a ese viaje y agarrarnos esos boletos - dice Jace

- pero no así que  entreguenlo- respondió Raphael.

- acompáñame Raphael, a buscarlos - dijo Magnus guiñándole un ojo  a Jace.

Y mientras Jace distraía al inocente Simon, Magnus le entregaba un anillo de compromiso a Raphael Santiago.







-ya quiero llegar Raphi- dijo Simon emocionado mientras se asomaba por la ventanilla del avión, sobrevolaban la hermosa ciudad de Roma. Veía aquellas campiñas italianas que adornaban los alrededores de la ciudad, con cada segundo que pasaba y cada metro menos que faltaba por llegar el adorable Simon, porque a ojos de Raphael Santiago, Simon es la cosa más adorable, tierna, linda y excitante, porque debajo de esas camisas grandes y pantalones flojos se escondía un hermoso y lampiño trasero que solo él tenía el derecho de disfrutar.

-tranquilo bebé- dijo Raphael mientras lograba sostener la mano de Simon.- llegaremos en solo una hora y media a Venecia y vamos a disfrutar este viaje como la feliz pareja que somos.

Simon seguía emocionado, pero tras años de relación con Raphael, de vez en cuando veía con deseo y añoranza su dedo anular de la mano izquierda, imaginándose un anillo en el donde demuestre simbólicamente  el amor que Raphael y él se tienen.

-Te amo- dijo Magnus mientras abrazaba a un sonrojado Alexander. Estaban en el balcón del departamento del Moreno, abrazados recostados en una camilla viendo como el ocaso asechaba la  ruidosa ciudad de Nueva york, disfrutando de la vista, el aire fresco y lo mejor de todo, su compañía mutua.
-yo te amo más mi Magnus- contestó Alec mientras acercaba su rostro al de Magnus anticipando un beso, que sabía perfectamente acabaría con el gimiendo en la cama, arriba de Magnus, disfrutando como sus manos pasean y exploran sus cuerpos.
Mientras se besaban algo empezó a cambiar, sintió su cuerpo tensarse, intentó moverse pero le era imposible, veía como Magnus caminaba hacia la puerta y  al momento en que Magnus la abrió, pudo deslumbrar la silueta de Sebastian – te encontré mi vida- dijo sebastian y le robó un beso a Magnus, Alexander no daba crédito a lo que presenciaba, intentó taparse los oídos, pero sus manos no respondían, al igual que intentó cerrar los ojos, pero tampoco pudo, intentó parar aquella escena con un grito, pero su habla se fue, es como si jamás hubiera aprendido a hablar, cada caricia, beso y gemido que veía y escuchaba era un dolorosa tortura, ya que no hay peor tortura ver lo que una vez fue tuyo disfrutar de los besos y caricias de otro. Parecían horas lo que pasaba, cuando en realidad eran minutos, ver a Magnus siendo penetrado por Sebastian fue algo doloroso, pero más doloroso fue ver como aquella escena se diseminaba, un corto alivio inundó a un lastimado Alexander.
El escenario era otro,  Alexander observó un hermoso lago rodeado de olmos, pinos, caobas, cedros, cerca de el habían una pequeña colina con un árbol de durazno haciendo sombra a un niño rubio, Alexander se percató que ya se podía mover, así que caminó sigilosamente hacia el niño, cuando se acercó pudo distinguir los ojos del niño, el pequeño rubio tenia heterocromia, pero una muy especial, ya que un ojo era completamente de un tono dorado, pero tenía una pequeña mota de verde y el otro ojo era una perfecta combinación de verde dorado igualito a los de ¡Magnus!. Alexander con un poco de temor se acercó al niño para hablarle.

- hola... ¿cómo te llamas? - preguntó Alexander
- soy Max... pero mis papis me dijeron que no hablara con desconocidos - respondió el niño

- yo soy Alexander pero me puedes decir Alec - respondió él - pero ahora no soy un desconocido porque ya te dije mi nombre -

- tienes razón -  respondió Max  orgulloso de escuchar a sus papás de no hablar con extraños.
- y... qui...¿quiénes son tus padres Max? - preguntó con temor.
- ellos son los mejores papi Magnus y papá Jace - respondió el niño

<< papi Magnus... papi Magnus y papá Jace...Jace... ellos son los mejores...mejores >> es lo único que repetía la atormentada mente de Alexander.

Poco a poco se oscurece todo y de repente al abrir sus ojos se encuentra nuevamente besando a Magnus y por inercia vuelve a cerrarlos.   Disfrutando de los besos que se daban.

Se abre la puerta del loft y sin previo aviso se escucha un estridente ruido producido por un marco con una foto de una sonriente pareja

- Jonathan... Alexander...- susurra Magnus desde la puerta. Alec confundido y asombrado mirando la puerta voltea su cara para ver a quien estaba besando juraba y perjuraba que a quien besaba era a Magnus pero solo besaba a Jace.

- Mi amor no es lo que parece- habló con cautela Jace.

- ¡TÚ! - grita un Iracundo Magnus. - no te gusta que yo sea feliz alexander...- dijo - Magnus esto no es lo que parece, esto es una confu-
- ¡ confusión ! - gritó Magnus - oh no Alexander esto no lo es... primero me enamoras y cuando mi felicidad era plena me eres infiel... luego te descubro siendo cogido por quien te dije era el amor de mi vida en mi niñez y adolescencia y de quien te dije nos íbamos a dar una oportunidad... y ahora te besas con mi esposo... eres y siempre serás una maldita "ZORRA"- resalta Magnus - pero esta vez no Alexander... esta vez te mataré y de un solo movimiento Magnus lo apuñala a ojos y sorpresa de Jace y el justo en el corazón

- Mag...Magnus - susurró Alec

- ¡Magnus! - gritó un sudoroso alexander despertando de equellas pesadillas que lo atormentan.


Mientras uno sufría después de la tormenta con pesadillas producto de su traición y de la traición de quien según era el amor de su vida.

Una pareja hacia el amor activando los mecanismos fisiológicos nuevos de Magnus para producir un embrión ay Jonathan Herondale no sabes lo que te espera con un Magnus embarazado.


Después de dos meses aquí está el siguiente capitulo y espero que lo hayan disfrutado.

DOS Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora