EXODUS: El proyecto [EXO/BTS]

Capítulo 9: Mi Hermosa Rosa Marchitada

Estábamos mi hermano y yo en la sala de espera de la prisión estatal, después de mucho tiempo habíamos decidido visitar a nuestro padre, ya que queríamos o más bien, necesitábamos respuestas.

El oficial nos dio el permiso de entrar a donde estaba mi padre, estaba sentado en una habitación casi completamente vacía, a excepción de tres sillas y una mesa entre estas. Taehyung y yo nos sentamos juntos, observando a mi padre unos segundos, hasta que mi hermano rompió el silencio.

-"¿Por qué papá?"- Dijo -"¿Por qué me hiciste esas cosas horribles? ¿Por qué permitiste que las hicieran conmigo? ¿Acaso siempre me consideraste una rata de laboratorio y no tu propio hijo?"-.

-"No, hijo, fue por tu bien"- dijo con tono triste y cabizbajo.

-"¡Mentira! ¡¿Hasta cuándo nos seguirás mintiendo?!"- dijo Taehyung exaltado.

-"Tae cálmate, harás que nos corran de aquí"- dije tratando de calmar a mi hermano.

-"Les explicaré todo, desde el inicio, pero necesito que me comprendan"- dice mi padre.

Empezó a contarnos sobre nuestro nacimiento, sobre como de muy joven había conocido a una chica, llamada Rose, la cual había sido su novia hace muchos años.

Ellos se conocieron en un concierto, estaban uno al lado del otro, empezaron a hablar, tenían muchas cosas en común, ese día se hicieron muy amigos, los más unidos y leales, sus salidas juntos eran muy frecuentes. Poco a poco mi padre se fue enamorando y no mucho después quedó loco por ella, sus ojos fue la primera cosa que amó cuando se conocieron, uno era marrón y el otro verde, nunca había visto algo así, pero tampoco quería dejar de verlos, no podía resistirse al estar junto a ella y no poder decirle cuánto la amaba, así que un día con una rosa en mano se lo dijo. Dice haber sido el hombre más afortunado del mundo, su amor había sido correspondido.

Durante su relación, se pasaron de la raya y mi madre quedó embarazada de nosotros a los dieciséis años, pero a pesar de eso, decidieron esperar, no les importaba la edad, ellos estarían juntos y eso era lo importante, nunca quisieron separarse y pensar en tener un hijo les parecía el único sello lo suficientemente fuerte como para mantener esa promesa, claro, nunca fue planeado el tenerlo a tan corta edad.

Así que, mi padre como hombre responsable, empezó a trabajar como conserje en el edificio donde después de graduarse en administración de empresas, iría subiendo de nivel en la jerarquía trabajadora para terminar siendo mucho tiempo después el subjefe de la compañía.

Ambos esperaban ansiosos ese día, el día del parto, ese día recibirían no a uno, sino a los dos varones que se estuvieron gestando durante nueve meses en el vientre de Rose. Mi padre le había preparado una sorpresa a mi madre, le llevaría un enorme ramo de flores para cuando diese a luz. Las rosas tenían un significado especial para ellos, el día que se hicieron novios, fue con una rosa, y desde entonces, mi padre siempre le decía a Rose, que era más hermosa que las rosas. Durante este importante día, las rosas no podían faltar.

Él no tenía permitido entrar a la sala de parto, por lo que esperó nervioso afuera, ya habían pasado 2 horas cuando salió el Doctor. Mi padre entusiasmado se le acercó para preguntarle un millón de cosas, ¿cómo había salido todo? ¿cómo éramos nosotros?, que si éramos pequeños o grandes; pero, apenas dijo la primera pregunta el Doctor le dio una mala noticia.

-"Los bebés están bien, pero hubo complicaciones con su novia"- dijo el doctor preparándose para dar la noticia.

-"¿Qué sucedió doctor?"- el rostro de mi padre se ensombreció, ya no tenía la sonrisa expectante de hace un momento, ahora estaba preocupado.

-"Pues verá, su novia, no pudo resistir y murió durante el parto"- dijo el doctor cabizbajo, y algo triste -"Hicimos todo lo que pudimos, de verdad, lo lamento, pero ella era muy joven, las posibilidades de que saliera con vida, eran mínimas y ambos lo sabían"-.

Mi padre se quedó sin palabras, todo su mundo se destrozó, al igual que todas sus ilusiones de vivir juntos, de casarse y el ser padres, todo se había esfumado en tan solo segundos, sintió un ardor en el pecho y empezó a llorar, se sentó en la fría silla metálica y llorando dejó caer las rosas, ya no tenían ningún sentido al igual que su vida, jamás volvería a ver a la rosa más hermosa de todas, la persona a quien amaba, había muerto, su promesa se había roto.