Me Too {Dofia}

24

En el pasillo, lloro. Por horas. Así es como me paso toda la tarde. Sollozando porque soy miserable, llorando porque tengo miedo, sangrado de mis ojos para expresar todo mal con mi vida. Soy un desastre.

Sofía está poniendo todo en perspectiva, ella está tomando todo de vuelta. Sofía no volverá, realmente la he perdido. Me equivoqué, finalmente le di un motivo lo suficientemente bueno para correr. ¿Quién regresaría después de eso?

Me convulsiono cuando mis pulmones se ahogan. Podría sofocarme, acurrucarme y morir, pero ¿De qué serviría eso? Eso solo significaría que Ryan ganó.

¿A Sofía le importaría? ¿Estaría molesta si no estuviera aquí cuando ella regresara?

Si.

Respiro profundamente, sintiendo el aire frío pasar a través de mi cuerpo como una oleada, despejando la angustia, drenando el dolor. No sé cuánto tiempo estuve en el piso, pero ha sido suficiente. Me he compadecido de mí el tiempo suficiente, me he revolcado de rabia y dolor durante demasiado tiempo. Incluso lancé lágrimas por recuerdos felices porque están siendo corrompidos. Ha sido suficiente.

La fuerza que tomó para despegar no se puede describir. Solo quería volver a caer y desmayarme en la madera dura. Yo quería colapsar. Pero me levanté a una estatura encorvada. Algunos días, esto es todo lo que puede pedir, y eso está bien. Arrastro una pierna entumecida frente a la otra, el peso es insoportable. La distancia desde su puerta hasta mi habitación estaba demasiado lejos, así que me dejé caer en su cama y caí sobre las sábanas. Estaba allí mismo, y esperaba que me consolara. Me atrapó, arrugándose al pie de la cama donde me cubrí.

¿Cómo se sintió esto familiar? No se parecía en nada a cómo me sentía cuando Ryan me dejaba después de pelear, ni siquiera era tan doloroso estar en la cama mientras él estaba afuera con "amigos", nunca me dolió tanto, incluso cuando me abandonaba después de "visitarme". La ropa de cama de plástico, la protección debajo de las sábanas, era la única cosa similar, solo que ahora, sabía que estaba allí, no podía ser ignorada. Fue un tormento. Siseando y llamando demonios a mi lado, empeoraba las cosas.

Una bomba dentro de mi cuerpo me devolvió a mis pies y utilicé el shock posterior para arrojar todo el grueso colchón del marco de madera oscura, derribando la mesita de noche azul pálido de Sofía, abordando el despertador y el cargador del teléfono. No había nada dentro de mí para sentir remordimiento.

Me caigo. Mis piernas se doblan debajo de mí y caigo al suelo. Golpeé mi cabeza en la alfombra blanca. No había esperanza de que me levantara ahora. La negrura es todo lo que vi cuando cerré los ojos, gimoteando. Sentí todo, pero nada al mismo tiempo. No me desmayé, aunque desearía haberlo hecho, no me golpeé la cabeza lo suficiente para eso, solo una migraña agravante que persistió incluso después de que mi sueño privara a mi cerebro de descansar forzosamente. No pude elegir si me dormía. Mi cuerpo necesitaba curarse a sí mismo.

Necesito dejarme sanar.

"No sé lo que pasó. Hace solo una semana, las cosas iban perfectas. Las cosas no cambian de la noche a la mañana" me acarició la cabeza como un fantasma, me acarició la oreja y me exigió que la escuchara. Esta no era la voz inquietante, era áspera, rota y amorosa, y la mano que me tendieron no tenía intención de lastimarme. Así es como irradia el amor. El calor, el miedo, la pasión y la culpa se convierten en una hermosa pesadilla. Pero es real. "Nunca antes has estado tan molesta. No en los cuatro años que nos conocemos, al menos, no es que te haya visto alguna vez de esa manera. No sé si quedarme o irme, Chloe. Simplemente no lo hago. El hecho nunca ha sido tan malo para nosotras, y no puedo rendirme a menos que sepa con certeza que esto es lo peor. Te prometo que te amo, pero no puedo verte sufrir así. Te amaré a través de cualquier cosa, pero si esto no es el fondo, no creo que pueda manejar lo peor. No puedo ser miserable; verte molesta me mata, Chloe."