Me Too {Dofia}

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Sofía salió y sus talones chocaron contra la parte superior negra mientras rodeaba el capó del auto. Recogí mi teléfono, su bolsa y la mía, y salí cuando ella agarró mi puerta. Besé su sonrisa orgullosa, y perdí el equilibrio tan pronto como lo hice.

Le entregué sus cosas y recuperé la compostura. Mis nervios ya se han despertado, quizás pueda sobrevivir esta noche sin convertirme en un lío ansioso. Se siente como el evento al que fui la noche después de que Ryan me agredió la primera vez. Apenas podía respirar con mi vestido, no podía mantener mi concentración, no podía mirar a nadie. Fue miserable. Estoy en pánico porque estoy muy emocionada.

La ansiedad es solo otra forma de emoción.

Sofía me ofreció su mano, y entre mi aturdimiento y mis pensamientos vagos, alcancé a ella. "¿Estarás bien esta vez?" ella preguntó, dando un pequeño paso.

"Sí. Vamos adentro, por favor" murmuro, mis labios están demasiado cubiertos de rojo para volverse azules, pero créanme, son azules. Febrero, es febrero. Esto es California y juro por Dios que hay hielo debajo de mis pies. Eso o simplemente estoy terriblemente descoordinada.

Ella comenzó hacia el edificio. El estacionamiento reservado estaba lleno, sin mencionar que el estacionamiento público estaba lleno. Estaríamos esperando nuestra mesa, le dijimos a Cameron que se reuniera con nosotras a las seis, eran casi las cinco y media. Cameron me dijo dónde estaba, pero no se lo dije a Sofía. Podría vivir una noche sin preocuparse por los problemas de los demás.

Sofía soltó mi mano para abrir la puerta. "Gracias" susurré, entrando. Fui lo suficientemente graciosa como para no encontrarme con el hombre mayor parado en el interior de la puerta. "Disculpe." Me deslizo entre él y me paro al lado de la línea.

Sofía me encontró. Ella miró a su alrededor. "¿Hay suficiente gente?"

"No, no lo creo" Cepillo mi cabello sobre mis hombros. Me quitaré la chaqueta cuando este sauna estético se caliente lo suficiente como para derretir el hielo de mis piernas. No es correcto, pero me estoy congelando.

"Tal vez deberíamos mantenernos alejadas de las demás personas" me susurró Sofía, retrocediendo aún más, creando un gran espacio entre ella y la línea. Dejándome en el centro del arco de la arquitectura de mampostería y la alfombra roja y dorada.

Me acerco a ella, rosando mi cuerpo contra el suyo. Si algo de mi piel hubiera tocado la de ella, ella hubiera estallado en una risa burlona. Ella estaba de pie con las manos a los lados. Quiero presionarla para que me consuele, pero no quiero echarla abajo. Doy un paso a su lado y espero junto a ella. No la toco, no intento hacerlo, pero a medida que ingresan más clientes bien vestidos, tengo que hacerlo. No había suficiente espacio para las noventa y siete personas en el lobby.

Finalmente, en la huelga de las seis y veinte, puso su brazo alrededor de mi hombro y tiró de mí hacia su pecho. Ella besó mi sien y me frotó el brazo. "¿Quieres quitarte la chaqueta?"

Asiento con la cabeza. Con una mujer detrás de mí y otro grupo de hombres a mi lado, los habría movido si no me hubiera movido. Sofía abrió la cremallera del frente detrás de mí y me lo quitó de los hombros, rozando mi pierna con la manga mientras la llevaba a su posesión y la sostuvo para mí. Ella me dejó volver a su agarre y cerré mis ojos, descansando mi cabeza contra su pecho.

No necesitaba mirar alrededor para saber que solo había un par de ojos sobre nosotras. Todos los demás estaban disfrutando de sus cenas, sus citas o reuniones. Los ojos que encontré cuando miré eran verdes, eran redondos, y afortunadamente no se encontraron con los de Sofía.