Capitulo 3

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Blaise caminaba con total compostura por los pasillos, había dejado a Weasley junto al lago y había andado todo el camino hacia su sala común con un rostro de absoluta indiferencia, un Slytherin debe mantener las apariencias sin importar que.

Entro a su sala común sintiendo que la compostura se le escapaba por lo que apresuro su paso atropellando a un grupo de alumnos de segundo en el camino, subió los escalones hacia su dormitorio, entro cerro con magia y se recostó en la cama. Se abrazó a si mismo inhalando muy fuerte, césped, fresas... aun olía a Weasley la erección atrapada en sus pantalones lo estaba atormentando y caminar escondiendo aquello fue horrible. Apresurado metió la manos en sus pantalones tomando su imposiblemente dura erección y comenzó a masturbarse, por su mente pasaban los recuerdos de hace solo unos minutos, cuando tenía al pelirrojo bajo su cuerpo retorciéndose de puro placer. No necesito mucho para llegar a su culminación, después de todo iba completamente excitado.

Respiro tratando de recuperar el aliento, cerró los ojos con fuerza tratando de matar los extraños sentimientos que comenzaban a desbordar su corazón - ¿Pero qué mierda había pasado? – su mente le gritaba.

Sus intenciones habían sido probar unos cuantos besos, lo que había hecho no estaba nada bien, no se supone que terminara con Weasley debajo de él gimoteando su nombre con placer – el recuerdo le hizo dar un respingo a su pene pero apresurado se mordió el interior de la mejilla para apartar ese pensamiento – se sentó, tomo su varita y ejecuto un rápido hechizo de limpieza para luego acomodarse la ropa.

Lo que más le molestaba no era la desbordada pasión que había experimentado, lo que realmente lo estaba destrozando era saber que todo lo demás también le había encantado, la conversación, la compañía – y eso era mucho decir ya que él no soportaba a nadie más que a Draco y eso solo porque habían sido amigos desde los 3 años o antes – las caricias del pelirrojo habían sido tan dulces, cada una de ellas provoco un sentimiento nuevo y desconocido, no había sido solo deseo sexual, había habido algo más, no quería descifrar que era ese algo más, realmente no quería.

Alguien golpeo la puerta, levanto la varita para abrirla. Draco entro con una sonrisa de lo más divertida en el rostro.

- ¿Acaso se pelearon? – pregunto pero tras verlo sonrió de lado – no, por la cara de absoluta satisfacción y furia que tienes aquí paso otra cosa

Lo vio caminar hacia él y sentarse en un sofá frente a la cama.

- Cuéntame, cuando venía para acá vi a un grupo de niños con los libros desparramados por el suelo y de lo más furiosos – una sonrisa afloro en los labios del rubio, seguro estaba recordando la desgracia de sus desafortunadas victimas - ¿tan malo fue?

Blaise escondió el rostro en las manos y tomo una profunda bocanada de aire.

- Ya quisiera decirte que fue asqueroso – dijo resignado – pero no puedo, eso fue delicioso.

Una mueca de asco apareció en el rostro del rubio.

- No quiero detalles – dijo apresurado – pero si no fue malo ¿Por qué estás tan furioso?

- Ok, tu sabes que todos se descontrolan en algún momento, incluso los Slytherin

- Tomos menos tú, no te he visto perder los estribos ni el tipo más que cuando estábamos a punto de morir – aclaro el rubio

- Perdí el control Draco – lo interrumpió apresurado – casi me lo follo a orillas del lago negro

- ¡QUE TU QUE¡ - la mueca de asombro del rubio no ayudo en nada a su autoestima herida, perder el control por un Gryffindor – Blaise, todo esto no era más que un juego, bueno una obsesión pasajera que debía quitársete en cuanto te besuquearas con él o algo así, que carajo le hiciste.

Confusión - (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora