Cada vez me acerco más y más al chico. Con pasos calculados y con la sensación de que unos ojos emeraldas se me clavan en la espalda.
El chico termina de bailar con su hermana, que se aleja corriendo y riendo y levanta la cabeza al ver que a quién yo busco es a él.
-¿Es tu hermana? - sonrío parándome frente a él - es muy bonita. Se te parece.
Mira hacia su derecha, donde la pequeña del vestido rosa se aleja corriendo hacia una mesa repleta de gente.
-Sí.
Su voz tierna de hermano mayor y esos ojos azules ablandecidos me convencen durante un momento. Sacudo la cabeza en mi mente.
"No te engañes. Es un criminal, como todos los de ésta sala, Rachel "
-Caine- vuelve la cabeza de repente poniéndome en mi sitio sin quitar esa encantadora sonrisa.
Me extiende un brazo cerrando los ojos formando un holluelo en su mejilla derecha.
-Violet - respondí estrechandole la mano maldiciendo a Starfire por haberme escogido ese nombre - encantada.
Al tocarle la mano inevitablemente me cuelo en su mente. Recuerdos perturbadores. Una vida dura, el sentimiento de derramar sangre en tus manos y una soledad infinita... Me transmite todo eso al mismo tiempo. Pero separo mi mano sin borrar la sonrisa de tonta y fácil e intento mantener la compostura.
-¿Vienes sola? - me pregunta de repente mirando hacia la pista de baile.
-Emm... Sí.
Me mira unos segundos extrañado mientras se sacude el rebelde cabello castaño.
-Oye, ¿te encuentras bien?
"Mierda"
Todas esas emociones y la voz...
-"Las pasitillas no son tan duraderas, ¿no crees, Rachel? "
Hago un movimiento brusco que hace que Caine se acerque más a mí y coloque su mano en mi hombro.
-Sí. Es...solo me he mareado.
-¿No llevas pastillas para eso? Tienes pinta de que te sucede muy amenudo... - me ayuda a incorporarme.
-Llevaba...se me acabaron al final de la ópera... - intento sonreír y poner cara de que estoy mejor.
-Ven... - me atrapa un brazo y me saca a la fuerza de la sala.
Nos paramos en el cartel rosa de los aseos.
Arqueo una ceja.Me suelta al fin y entra con normalidad.
-¿Sabes que es el baño de mujeres?
Gira la cabeza sen dejar de andar y me suelta otra sonrisa.
-Este lugar lo construyó mi padre. Puedo entrar donde sea.
Se para frente a los lavabos y doy gracias por que el baño esté vacío. Me acerco con paso dudoso y él mete la mano en el bolsillo.
-Toma - abre el puño.
La misma pastillita roja reluciente por la iluminación de los fluorescentes que me alegra la vista.
La tomo alerta y se apoya en el mármol.
-¿No te la vas a tomar? - me pregunta mirando el suelo.
Levanto las cejas por su confianza y me la meto en la boca, bajo la lengua.
-Espera. Voy al baño.
Me meto atoda prisa y cierro el pestillo.
Puedo ver los pies parados de Caine tras el corte de la puerta.
Me saco la pastilla de la boca y la encierro en el puño. Me volteo al escuchar de nuevo la voz dulce.
-Te espero fuera.
Destenso los músculos cuando dejo de oír sus pasos.
Tiro la pasitilla al váter. Podría ser una trampa. Si este chico es como Damian, debo andarme con cuidado. Aunque definitivamente es más amable.
-¿Raven? ¿Estás sola?
La voz de Damian fría y distante se cuela por uno de mis oídos. Me llevo la mano instintivamente a mi oído derecho donde oculto el tranmisor apartando el pelo tras él.
-Sí.
-¿Posición?
Su seriedad me asombra hasta tal punto.
-El baño de mujeres. Caine está fuera.
-¿Qué haces ahí? - pregunta más normal.
-Intentar no vomitar... -se me escapa la verdad.
-¿Qué te ha dicho?
-Nada. Solo me he mareado cuando estaba hablando con él y me ha arrastrado hasta aquí.
-Según mi rastreador... tienen el pendrive en su bolsillo derecho. Bastante desprotegido, si se me permite decirlo...
-Está bien. Ya sé como conseguirlo - me llevo una mano a la frente.
-¿Mareada?
-Me ha dado una pastilla para el dolor y-
-¡Rachel, no habrás -me interrumpe.
-No - me adelanto - tranquilo. La he escupido.
Oigo como Damian suspira aliviado.
-Damian. Espérame en la entrada. Mantente alerta y prepárate para correr.
Decierro el pestillo y agarro el pomo.
-No me gusta ese plan, Rachel.
-¿Alguna otra idea? - declaro molesta.
-Puedo ir, noquearle, recogerte y largarnos.
Sacudo la cabeza cerrando los ojos. En verdad este chico no tiene remedio.
-No. Solo espera.
Tiro del pomo aguantando la respiración. ¿Ahora qué hago? ¿Salgo corriendo?
-Rachel.
Detengo mis pasos y me miro en el espejo de pared.
-Ten cuidado, Rachel.
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TODOS TENEMOS DEMONIOS
Abenteuer¿Y si tu otro lado quiere matarte? ¿Y a la persona que pensabas que odiabas...?