TODOS TENEMOS DEMONIOS

CORRE

Durante los últimos veinte minutos varias chicas aparentemente mayores que yo me han dirigido una mirada mal disimulada y un montón de risillas. Incluso un grupo de ellas que apestaban a alcochol se acercó a mí soltando estupideces.

Simplemente las ignoré, dije que ya tenía pareja y se marcharon entre insultos y tambaleándose.

Me crucé de brazos, me apoyé en la pared y no aparté los ojos del pasillo que llevaba a los aseos. Aferrando con fuerza el cuchillo que llevaba en el borde del pantalón.

Cuando salgo del baño, algo confusa por el último comentario del niño sin sentimientos, me lo encuentro pegado a la pared cruzado de brazos. Intentando buscar algún punto concreto en la pulida pared beis y el cuadro de un paisaje de invierno.

Me mira y sonríe. Realmente es muy buen actor.
Se despega de la pared mientras me acerco sin bajar la guardia.

-¿Mejor?

-Sí gracias. ¿Y eso que las llevabas en el bolsillo?

-A mí también me pasa a menudo.

"Seguro... "

Me acerco con cuidado y no me lío más. Le agarro la corbata y le tiro hacia mí.

Sus labios increíblemente suaves y con sabor a canela se posan en los míos. No puedo dejar de pensar en lo que habrá hecho este chico.

Para mí sorpresa, el chico no se resiste. Se aferra más a mí y desliza su mano desde mi espalda hasta mí cabeza. Por unos segundos me dejo llevar.
Entro en razón cuando me doy cuenta a quién estoy besando. Un criminal. Un asesino de 15 años.

Sin demorarme más, deslizo mi mano por su espalda y meto la mano en el bolsillo de su chaqueta.

Al notar como se despega un milímetro, intensifico el contacto e ignora mi mano para mi alivio.

Al fin noto un pequeño objeto frío y lo agarro con cuidado.

Apoyo a Caine en la pared y me giro.

Saco lo más rápido que puedo la mano del bolsillo pensando en lo que este chico me puede hacer. En ambos sentidos.

Lo empujo y por su rostro estupefacto no se lo esperaba. Salgo corriendo con el pendrive encerrado en un puño.

Puedo oír sus gritos insultandome de diversas formas y colores cuando se da cuenta de mi engaño mientras recorro torpemente los encerados suelos de mármol.

Llego al final de pasillo y casi me caigo varias veces por los estúpidos tacones que me eligió Starfire.

Los tiro sin dejar de correr y llego al final. Oigo los pasos fuertes de Caine tras de mí y miro hacia atrás.

Mi corazón vuelve a ponerse en marcha cuando diviso a Damian apoyado en un pared cruzado de brazos. Al parecer el también me ha visto y comprende la situación.

Salimos corriendo hacia el otro, buscando nuestros ojos de nuevo.

-¿¡Estás bien...?!

Me ha visto tan alterada que llamamos la atención. La chaqueta bajada hasta el hombro no ayuda mucho a al situación.

-Corre.

Me agarra del brazo y corremos hasta la salida.

-¡A por ellos! ¡Tienen el puerto! - oigo a mis espaldas.

-¿¡Enserio?! - me grita Damian sonriendo. Supongo que al final de todo no me veía capaz.

Asiento mientras giramos una esquina y salimos a la calle. El frío suelo desgarra mis pies. Ignoro el dolor por el subidón de adrenalina.

No me sorprendo al ver el mismo coche que nos a llevado aquí parado ante nosotros. Damian se gira un poco mientras corremos hacia él y me sonríe divertido. Realmente. Nunca lo había visto tan... contento.

Me abre la puerta y me cuelo dentro conteniendo la respiración.

Cierro los ojos y me agarro al asiento con fuerza.

Oigo como la puerta de mi izquierda se abre y se cierra con un portazo.

-Vamos.

El coche arranca y los gritos enfurecidos de los guardias y Caine se funden con el sonido del viento que se cuela por las ventanillas.