UN CRISTAL OSCURO

446 39 6
                                    

-¿Te hizo algo?

El tono firme que provenía de mi izquierda me saca de mis pensamientos de un golpe.

Lo miro de soslayo para asegurarme de que me está mirando. Para mi alivio, solo está mirando fijamente el monótono paisaje con un la cara apoyada en un puño.

-No.

-¿Entonces como conseguiste coger el pendrive?

Su tono molesto se hizo notar. Vi con esfuerzo como arrugaba el ceño.

-No quiero hablar de eso - dije no muy segura.

Aparta la cara de la ventanilla para hipnotizarme con esos mares verdes que tiene por ojos. Trago saliva e intento no mirarle.

-No te tocó, ¿verdad? - un ínfimo deje de angustia se oculta tras ese tono y su cara seria. Lo noto.

Desvío la cabeza a mi ventanilla y me muerdo el labio.

-Oh Dios, te tocó... -lo oigo murmurar.

Vuelvo la cabeza automáticamente al oirlo con un tono rojizo en mis mejillas que destaca perfectamente con mi pálida piel. Me mira con ojos blandos. Como si le diese pena o algo parecido.

-Rachel - insite profundizando el contacto visual.

-Si se me permite participar, yo creo que la señorita tiene su derecho al silencio y-

Damian, sin apartar la vista de mis ojos mientras yo me muerdo la lengua, alarga el brazo y aprieta el botón para que un cristal oscuro suba separando los asientos traseros de los delanteros.

El conductor solo resopla y se calla.

-No exactamente como dices... - aclaré subrayando el exactamente.

Pone cara aburrida ante mi respuesta y aprieta los labios.

-¿Exactamente? - se mofa.

-Sí.

Mi tono firme le hace permanecer en silencio y rendirse. Al menos por ahora.

Aparto la mirada convencida de que no va decir nada más. ¿A qué vienen esas preguntas? No es su problema lo que haya o no haya hecho.

-Ya estamos.

La voz grave del conductor hace que los dos miremos el cristal negro y bajemos del coche.

Me despido del conductor. Como esperaba, él no dice nada. Solo asiente con la cabeza.

Antes de que pueda acercarse a mí para volver a interrogarme, doy media vuelta y con paso rápido me dirijo a la torre, donde una Starfire con los brazos abiertos me recibe.

¿Qué diablos han hecho? ¿Qué le ha hecho?
Suspiro resignado al verla alejarse hacia la torre. Con aire claramente molesto. No entiendo por que se ha enfadado conmigo. Solo ha sido una pregunta...

Cuando una distancia razonable nos separa, comienzo a andar también hacia la torre.

Juro que atravesaré con una espada el pecho de ese bastardo si le ha hecho algo...









TODOS TENEMOS DEMONIOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora