El hombre estaba en el sofá, bebiendo café y mirando fijamente el papel bajo la luz de la mañana, que entraba por el amplio ventanal.
Un ruido le hizo volver la vista. La chica se paro en seco en el salón, con su ropa que le quedaba grande, despeinada y con ojeras. Miro al hombre sentado en el sofá con pánico.
—Hola —dijo el hombre con toda sencillez.
—¿Quién eres? —preguntó la joven con voz ronca y hostil.
—Me llamo Sebastián —el hombre se puso de pie.La joven buscaba la puerta para salir de aquel lugar al que no sabe como llego, cuando al fin encuentra su objetivo se dirige a ella cuidadosamente.
—¿Te vas sin despedirte? Que mal educada eres —dice Sebastián con burla.
El hombre se dirige a la joven lentamente y la toma bruscamente del brazo.
—¿Quién eres?¿Que haces?¿Que quieres de mi? —pregunto rápidamente la joven asustada soltándose de su agarre.
El hombre saca una pistola de su bolsillo y apunta a la joven directamente a la cabeza.
—Cállate si no quieres que te mate en este jodido momento —ordenó Sebastián.
La joven obedeció inmediatamente comenzando a sentir aún más miedo.
—Mi nombre es Sebastián Blake, seguramente haz escuchado de mi, o quizá no. Eso es lo que menos debe interesarte en este momento.
—Por favor déjame ir... Yo no tengo dinero ¿Por qué me trajiste aquí? —cuestionó asustada
—Ahora veo que realmente no sabes quien soy. Se agradecida, si no te hubiera traído aquí tal vez ahora estarías muerta —explica tranquilamente el mayor.La joven se quedo callada un momento pensado en que podría querer ese hombre.
—¿Como te llamas? —preguntó el hombre mirándola directamente a los ojos
—Danielle —susurró nerviosa
—¿Por qué tienes la ropa manchada de sangre? —preguntó Sebastián.Danielle quedo en completo silencio recordando lo que había ocurrido la noche pasada.
—Te hice una pregunta ¡Responde! —exigió el mayor.
—Es algo que no te interesa... —susurro con la voz ahogada.Sus ojos se humedecieron y comenzó a llorar en silencio.
Quería que todo lo que había pasado fuera una maldita pesadilla. Quería morirse en ese mismo instante.
Sebastián formo una tétrica sonrisa en su rostro mientras una maravillosa idea se le venía a la mente.—¿Quieres vengarte? —preguntó el hombre serio.
—¿A que te refieres? —respondió la menor interesada.
—No me digas que no quieres vengar la muerte de tu hermano.
—¿Como sabe eso? —interrogó la joven mientras mordía su labio con nerviosismo.
—He investigado un poco sobre ti... lo suficiente.Por supuesto que quería venganza, dicen que la venganza es mala, que mata el alma y la envenena, mientras ella en su mente se hacía una pregunta. La venganza, ¿Placer o maldad? Por supuesto la venganza es un plato que sabe mejor en frío y simplemente aplicar la ley del Talión: ojo por ojo, y diente por diente. Quería que ellos pagaran por la muerte de su hermano, tenía el deseo de causar un daño mucho mayor al que ella había recibido.
—Por supuesto que quiero acabar con ellos —dijo la joven con odio.
Una respuesta que fue música para los oídos del mayor.
—Quiero ayudarte —dijo Sebastián con una sonrisa maliciosamente macabra.
—¿Como? —cuestionó interesada.
—Ayundandote a terminar con su miserable vida con una agónica muerte —respondió el hombre mientras enarcaba una ceja.
—¿Por que quieres ayudarme? Ni siquiera me conoces —dijo la jovencita.
—Por ahora no te preocupes de cual va a ser la comisión por ayudarte...
—No se quien eres ¿Por qué confiaría en ti?
—Porque soy el único que puede ayudarte.
—¿Como podría confiar en una persona que en éste momento me está apuntando con un arma?
—Lo siento —dijo el hombre guardando nuevamente el arma.
—¿Por qué me quieres ayudar?
—No lo se... tal vez porqué soy muy bondadoso... ahora dime ¿Donde esta tu familia? —dijo sarcástico el mayor.
—Yo no tengo familia... mi hermano era lo único que tenía... ahora no tengo nada... —dijo la joven con tristeza.
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DIVERSIÓN SIN LÍMITES.
Mystery / Thriller"El dolor y la venganza te hacen un asesino..." Ellos no son unos asesinos en serie como los demás, no han tenido una infancia traumática ni están perturbadados, no tienen un método para asesinar a sus víctimas ni repiten patrones para cometer sus...